Al iniciar un día cualquiera –hablando del caminar- tenemos la opción de repetir la misma rutina del día anterior, o cambiarla, podemos elegir un nuevo camino, y al llegar a él, tenemos la opción de caminar hacia la derecha o hacia la izquierda, en un sentido o en el sentido contrario, etc.
De igual manera, el vivir puede ser con alegría o con tristeza, con amor o con odio, con autocrítica o aprobándonos, con orden o con desorden, con humildad o compitiendo, con cariño o con desprecio, con gordura o con delgadez, con salud o con enfermedad, en fin, podemos continuar con la analogía y observar más de cerca ambos estadios.
Decíamos en la primera parte que cuando decidimos repetir nuestra caminata por el mismo camino es una analogía a nuestro propio comportamiento existencial, pues vamos teniendo la misma conducta dentro de nuestro ambiente circunstancial, y ello nos debe llevar a reflexionar sobre nuestro caminar para llevarlo a cabo por el sólo gusto de hacerlo, es decir, de aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Al respecto, quisiera comentar sobre lo que han dicho 3 pensadores.
Butler nos dice: “La introducción de elementos sutilmente nuevos en nuestro modo de actuar nos otorga ciertas ventajas: lo nuevo se funde entonces con lo viejo y ello nos ayuda a soportar la monotonía de nuestra acción. Pero si el elemento nuevo nos es bastante ajeno, no se produce la fusión de lo viejo con lo nuevo, pues la naturaleza parece sentir igual horror ante toda desviación demasiado grande de nuestra práctica ordinaria que ante la ausencia de toda desviación”.
Es necesario tener conciencia de que el avance debe realizarse con nuestro propio desarrollo emocional e intelectual.
Poupnel nos expresa: “La idea de progreso se asocia lógicamente a la idea de reanudación y de repetición. El hábito posee ya en sí la significación de un progreso; por efecto del hábito adquirido, el acto que se recomienza se vuelve a empezar con mayor facilidad y mayor precisión; los movimientos que lo ejecutan pierden su amplitud excesiva, su complicación inútil; se simplifican y se acortan. Desaparecen los movimientos parásitos. El acto reduce el gasto al mínimo necesario, a la energía suficiente, al tiempo mínimo. Y a la vez que el dinamismo mejora y se precisa, se perfeccionan la obra y el resultado”.
Por último, Bachelard, para tener una opinión sobre lo que algunas veces hemos oído sobre la rutina, nos comenta: “El hábito es un símil rutinario de una novedad”. “La costumbre es una síntesis de la novedad y de la rutina”. “El órgano se construye mediante la función, y para que los órganos sean complejos, basta con que las funciones sean activas y frecuentes [rutinarias]. Todo equivale entonces a utilizar un número cada vez mayor de los instantes que ofrece el tiempo” (Post futuro EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE. PARTE II). “Un hábito particular es un ritmo sostenido, donde todos los actos se repiten igualando de manera bastante exacta su valor de novedad, pero sin perder nunca ese carácter dominante de ser una novedad”. Y finalmente, nos aclara: “Nos reconocemos en nuestro carácter porque nos imitamos a nosotros mismos y porque nuestra personalidad es así el hábito de nuestro propio nombre”. En otras palabras, nos repetimos a nosotros mismos cuando somos rutinarios, porque nos aceptamos con satisfacción.
Obra # 369 DANZA MAYA DE LA VIDA
Debemos meditar sobre la defenestración que a veces oímos de que la rutina es patética; pues según este pensamiento de Bachelard podríamos decir: Que me repito a mí mismo recurrentemente, porque me acepto tal como soy, y ello significa una gran salud mental. En nuestra analogía metafórica, diríamos: Como amo a mi cuerpo, por eso lo ejercito caminando; me aprecio como soy y por eso avanzo en la vida. Me gusta caminar, ergo, me acepto a mí mismo.
En otro escenario analógico, podemos decir que cuando caminamos lo hacemos en el sentido de “hacia adelante” nunca hacia atrás, y si alguna vez lo experimentamos así, se deberá tener una razón para ello, para lo cual deberemos tomar conciencia y cuidado, pues podríamos caernos o perder el paso (Posts futuros: CAMINANDO PARA ATRÁS; y GIMNASIA CEREBRAL MIENTRAS CAMINAMOS); de la misma manera nos sucede en la vida cuando nuestros pensamientos y actitudes son negaciones, resistencias o protestas. Propongo que caminemos en la vida con sentido positivo, es decir, con alegría, amor, aprobándonos, con orden, con humildad, con cariño, con salud, y arrojemos para siempre fuera de nuestro ser, a la basura, y prendámosles fuego a la tristeza, al odio, a la autocrítica, al desorden, a la competencia, al desprecio, a la enfermedad.
Realicemos nuestras caminatas todos los días, avanzando en el sentido correcto, normal, no lo hagamos en el sentido equivocado, porque vamos a perder el equilibrio y a caernos. (A menos que sea un ejercicio especial como lo que se propone en el Post futuro GIMNASIA CEREBRAL, MIENTRAS CAMINAMOS).
En la vida habitual es más difícil guiarse por el sentido correcto, nos desviamos y volvemos, una y otra vez, a los pensamientos y actitudes negativos; pero pensemos que el caminar sobre nuestros pies, en el sentido natural, hacia adelante, no tiene ningún problema para orientarnos, y así mismo debe ser nuestro actuar, pensar y sentir por la vida teniendo actitudes y pensamientos siempre positivos, siempre en el sentido correcto. Hagámoslo así, probemos y observaremos que todo se nos compone, acomoda y renueva. Recordemos que hasta el comportarnos de modo rutinario, repetitivo, es avanzar y progresar en la vida. Puedo ser yo mismo aceptándome, porque cada momento de mi existencia puede ser una oportunidad para renacer con mi propio ser, con mi yo propio, con nuestra aprobación y nuestra aceptación de nosotros mismos. Dejémonos llevar por nuestro propio sentido de la vida.
Obra # 669 CONSPIRACIÓN DE LA VIDA
Ahora bien, sigamos en marcha por el camino, sendero o vereda que elegimos, evadiendo las piedras y obstáculos que vamos encontrando en su recorrido. Muchas veces reconocemos algunos tramos donde podemos imaginar algunos problemas, por lo que debemos tener más cuidado en donde pisemos. De las misma forma es en el tránsito del vivir cotidiano, debemos observar con mucho cuidado para incurrir en el menor número de equivocaciones.
Cada recoveco, recodo o sinuosidad en tu caminata es una nueva fuente de conocimiento, de observación, de contemplación, de admiración. Lo nuevo sustituye lo visto en la curva anterior. Todos los días es un renacer, inclusive cuando elegimos el mismo sendero del día anterior, no debemos mirar para atrás y si lo hacemos será para alimentar las nuevas opciones y decisiones. No tienes que buscar lo que otros han encontrado o logrado, y no necesitas la aprobación de nadie para avanzar.
Ahora bien, si continuas caminando por el sendero elegido, las experiencias sobre los escollos que observaste durante el recorrido, debes guardarlas como lo que son, simples experiencias y nunca asimilarlas de modo traumático, pues podrías paralizarte y no podrías continuar caminando, o lo harías en zigzag o con temores; a menos que hayas sufrido una caída muy fuerte. (Post futuro EL CONCEPTO DE EXPERIENCIA Y EL CAMINAR). Ten presente siempre: ¡que el camino tú solo lo has elegido y lo seguirás haciendo! En la vida diaria con nadie tienes que quedar bien, ni a nadie tienes que pedir su aprobación. En las actividades laborales es algo diferente (Post futuro EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE. PARTE II). Tus experiencias son únicamente tuyas y nadie tiene la culpa de tus pasos, buenos o malos, acertados o equivocados. Todas tus decisiones pasadas te sirven para conformar el sentido de tu vida, consciente o inconscientemente; pero ninguna experiencia negativa debe cohibir tu siguiente toma de decisiones.
Obra # 952 INOCENCIA ES VIDA
Quieres permanecer caminando dentro del sendero elegido, ¡Bien! Nadie te obliga a caminar de alguna forma, ni te exigen tomar cierta velocidad, te has vestido como tú lo decidiste, y si se te hace de noche es por tu gusto. No puedes culpar a nadie si te pierdes en el sendero.
Cada decisión que tomamos, a partir de la adolescencia, es y será con conciencia de nosotros mismos. El cúmulo de ellas nos permite avanzar en nuestra existencia y siempre deseamos abatir nuestras limitaciones físicas e intelectuales con el propósito, consciente o inconsciente, de trascender en la vida. (Post EL CAMINAR Y EL INSTINTO DE SALIR DEL LUGAR DE ORIGEN).
Vayamos a caminar imaginando que esa caminata de 30 minutos, será una representación de lo que podremos experimentar vitalmente durante el día que comienza.
Son muchos los INVESTIGADORES que se han dedicado a indagar sobre el Totemismo. La siguiente lista se queda cortísima: Sigmund Freud, James George Frazer, Bronislaw Malinowski, Andrew Lang, John Ferguson McLennan, Claude Lévi-Strauss, Wilhelm Maximilian Wundt, Franz Uri Boas, J. Long, Emile Durkheim, Marcel Mauss, Alexander A. Goldenweiser, Wilhelm Stekel, y como ha de suponerse, existen, entre ellos, discrepancias en algunas de sus consideraciones hipotéticas y en sus conclusiones a las que llegaron; no obstante, debo agradecer a todos ellos por sus esfuerzos e intensos trabajos desarrollados, porque me permitieron delinear una nueva perspectiva que tiene contacto con sus investigaciones. La parte central de mi tesis recae sobre el origen del Totemismo y el observar (contemplar) que el Tótem fue un efecto espiritual que se generó en el tránsito del nomadismo al sedentarismo; en otras palabras, considero que dicha representación tuvo relación con la actividad natural del caminar del ser humano, exposición que presentaré a continuación, en esta primera parte que es un estudio de esa relación, en sus aspectos antropológicos, y posteriormente, para complementarla con una segunda parte, que se analiza desde una perspectiva e interpretación psicológica.
Para abordar nuestro proyecto, quisiera decir algunas palabras sobre la diferencia entre lo espiritual y la religión, en lo que a mí concierne. En varios posts pasados he transmitido lo que he experimentado personalmente cuando camino. Sus efectos son amplísimos y creo que ya no es necesario repetirlos; si no es del conocimiento de toda la humanidad, de una parte importante, sí.
Sin embargo, me ha faltado esclarecer algunas ideas sobre lo que he podido constatar sobre la parte del alma y lo espiritual, pues también ejerce un estímulo relevante, y quizás sea el más importante pues produce una generalización, a su vez, sobre todas las demás funciones del ser humano.
Quisiera desde este momento, en este nivel del Blog, mencionar que cuando utilizo el vocablo “espiritual” no me refiero exclusivamente al concepto religioso; desde luego que están íntimamente relacionados, pero no son equivalentes. La Religión es una fase evolucionada de la Magia y del Totemismo, como lo menciona atinadamente James George Frazer, y la espiritualidad es la fuerza (energía) sensitiva y dinámica, que escapa a lo racional y a los sentidos para su cuantificación, dimensiones y poder, mediante la cual, el ser humano desarrolla ciertas formas y aspectos religiosos, pero además otras decenas más de funciones y operaciones anímicas, que sólo con esta energía etérea, constitutiva del ser, las podemos lograr.
Por otra lado, el alma, al igual que las otras formas intangibles (inmateriales) del ser, siempre está en movimiento, ya no se diga lo correspondiente al cuerpo y otras partes físicas y materiales del ser humano. Todo indica que el alma no muere cuando muere el cuerpo, y el espíritu se queda en un estado latente; sin embargo, estas dos afirmaciones últimas pertenecen a cuestiones que hasta el momento no se han podido comprobar científicamente.
Después de estas aclaraciones, continúo con nuestro tema central. El Tótem es una representación “material” de un animal, vegetal o cosa, que es objeto de veneración y culto, por un grupo primitivo de seres humanos. Puede ser una figura tridimensional o bidimensional, que tiene parecido con lo que representa o no puede tener ningún parecido. El Tótem no es un fetiche porque no es un objeto único, sino que está generalizado en la especie de animal o vegetal o que se seleccionó como tal; tampoco es un ídolo porque no representa a un dios o diosa.
La concepción socio-antropológica de tótem es la imagen de un animal, vegetal o cosa, que un grupo de personas, grande o pequeño, sea pueblo, tribu, clan, etc., valoran y veneran por diversas características, y se vincula de modo almático o espiritual con todos los miembros de ese grupo humano. Se han definido diferentes categorías de Tótems, pero realmente el que nos debe interesar es el que pertenece a todo un grupo social (Tribu, Clan, etc.), pasando a segundo término –para la exposición presente- el Tótem por Sexo y el Individual.
384. da somo
En los pueblos primitivos, dos características, entre otras, son importantes: una, el tótem lo consideran el progenitor del grupo, y dos, la relación almática lo convierte, para todos los casos individuales, de que si algo le sucede al tótem, lo mismo le sucederá a la persona; es decir, si el animal muere, la persona morirá al poco tiempo, y a la inversa también, si la persona muere, el animal morirá. En ciertos casos específicos esta relación también se extrapola a todo el grupo humano del tótem.
El Totemismo en su desenvolvimiento histórico se ha manifestado en 3 esferas culturales: espiritual, social y religioso, siendo esta última la fase última de él. Desde nuestro enfoque, su práctica espiritual fue la más importante, dando lugar a las otras dos manifestaciones humanas.
Desde el punto de vista de su configuración, tanto social como religiosa, el Totemismo es una institución cultural socio-religiosa que ha dejado sus huellas primitivas, prístinas, en las posteriores formaciones y organizaciones religiosas universales dentro de sus rituales y formas dogmáticas, por lo que todavía en la época actual, encontramos costumbres y rituales sociales que son fidedignos –o al menos tienen una relación que fácilmente se identifica su correlación- tanto al ambiente social como al religioso, en nuestros días. Existe una analogía entre los dones y dádivas obtenidas por la relación almática con el Tótem (animal, vegetal o cosa) en las épocas remotas, y las otorgadas por los dioses en las religiones actuales, en plena vigencia: la curación de enfermedades, consecución de la ayuda divina en decenas de actividades humanas, presagios positivos y negativos, etc.
Existen también otras definiciones, según la especialidad disciplinaria, que mantienen elementos comunes a la anterior, pero que tienen otros enfoques y perspectivas, para su análisis.
Uno de esos elementos comunes con esas otras definiciones es que el grupo social adopta invariablemente el nombre del animal elegido. Así tenemos la tribu “Lobo”, “Venado”, Ciervo”, “Águila”, “Halcón”, “Castor”, etc. Una forma de observar el impacto espiritual que traía consigo esa imitación animal, es la adopción del nombre del animal al del grupo humano. Es indudable que el nombre que llevamos -ya sea porque nos lo pusieron o lo elegimos voluntariamente- implica parte de la esencia de nuestro ser, pues nos identificamos plenamente en el transcurso del tiempo, intrínsecamente con él, formamos una unidad, una unidad del yo con nuestro nombre, una identidad consciente pero fundamentalmente subliminal, que no es otra cosa que la unión del alma con el yo. El nombre es parte del alma humana. Esto lo analiza Stekel y lo califica como la “Compulsión del Nombre”: La importancia crucial y determinante, que tiene el nombre de una persona en sus inclinaciones y comportamientos inconscientes.
Todo indica que el Totemismo es una etapa universal de evolución por la que atravesó el ser humano, por lo que este sistema lo encontramos en una amplísima diversidad de pueblos, desde los tiempos más remotos, por lo que se considera una institución arcaica, generalizada en la humanidad, y por lo mismo, la Psicología lo considera como parte del inconsciente colectivo. (Post futuro EL CAMINAR Y LOS ARQUETIPOS-EL INCONSCIENTE COLECTIVO). Seguramente de ella emanan varios arquetipos -mismos que no podríamos analizar aquí-, o bien se construye dentro del arquetipo “Magia” (Post EL CAMINAR Y EL ARQUETIPO MAGIA-PARTE I) como una necesidad humana-espiritual (Quizás también como una reminiscencia) y otros elementos de tipo inconsciente e instintivo.
Así, el Totemismo es una institución -o sistema- netamente espiritual por medio de la cual los grupos humanos primitivos veneraban a un Tótem (animal, vegetal o cosa), engendrando por lo general una organización social alrededor de ese Tótem, y que muy posteriormente desembocó en religión.
Toda definición de una institución cultural, como es el Tótem, debe contemplar en parte la explicación de su origen y las causas de su génesis. Las definiciones que hemos dado previamente –atendiendo al enfoque disciplinario (socio-antropológico) incorporan algo de ello; sin embargo, quisiera ser más explícito, ya que eso permitirá encontrar y comprender su propio proceso de evolución para aceptarle como una fase importante del desarrollo personal y grupal, que nos permitirá vislumbrar parte de sus imágenes hereditarias (transitivas, transmisibles hereditariamente), tanto en el comportamiento como en las costumbres actuales, en toda la humanidad.
El tótem es una proyección colectiva y se inicia como una imitación y resulta en el “afianzamiento” del arquetipo “Magia”, cuando el ser humano empieza a transformarse de un ser nómada a uno sedentario. Su espiritualidad proyectada en el Tótem elegido, le permite a la colectividad que lo venera y valora, sobrellevar ciertas costumbres arraigadas en su ser, como es la necesidad eterna –como otras más- de nomadismo. Un tránsito natural –u obligado- del nomadismo al sedentarismo, que lo inclina a la práctica del Totemismo, imitando al animal-tótem elegido, y principalmente en su postura y en su caminar. Al respecto, debemos tener presente, para esta consideración, que en sus orígenes prístinos del totemismo, los Tótems que se seleccionaban (se elegían, utilizaban) de modo almático, eran únicamente animales; esta fue la 1ª fase del totemismo, el Tótem-animal, y posteriormente –en las siguientes fases- se fueron incorporando los vegetales (Post EL CAMINAR Y EL CAPSICUM; Post futuro EL CAMINAR DE LOS ANTIGUOS MAYAS Y SU TÓTEM “CHILE”; Post futuro EL CAMINAR DE LOS ANTIGUOS MAYAS Y SU TÓTEM “MAÍZ”) y las cosas inanimadas, en general. Comentábamos en el Post EL CAMINAR Y EL ARQUETIPO “MAGIA” que: “El desplazamiento que se logra mediante el arquetipo Magia, el alma o espíritu del individuo -o grupo- que se ve envuelto en el proceso de las imágenes arquetípicas, por lo general participaba disfrazándose con indumentaria animal o vegetal, con o sin mascarilla, y con ritmos (dancísticos) y movimientos que asemejaban a los animales que quería y necesitaba que estuvieran presentes en la ceremonia o en el ritual mágico, por ello siempre existe una relación entre la vestimenta (o la pintura rupestre que mencionamos atrás) que se denomina por lo general totemismo y el arquetipo Magia”.
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523. PSIQUE DEL ÁRBOL
El Totemismo es un sistema espiritual que se originó por la necesidad y transformación que tuvo el ser humano en su tránsito del nomadismo al sedentarismo. Tesis que nadie ha analizado… al menos eso creo.
El elemento que nos interesa analizar como parte de esa génesis arquetípica, es el caminar innato en el ser humano, y que nos coloca en una perspectiva que inicia hace dos millones de años (PostHOMO-ITER: HOMBRE CAMINANTE. PARTE I, Post HOMO-ITER: HOMBRE CAMINANTE. PARTE II) cuando el HOMO SAPIENS se irguió y emprende ese proceso innato, caminando únicamente sobre sus 2 extremidades inferiores.
El Totemismo no sólo es importante para conocer la historia del hombre primitivo, sino para la comprensión de la historia presente del hombre actual, y sobre todo para “programar” la historia por donde tendrá que atravesar, caminando a pie, el hombre del futuro; es un paso intermedio que el ser humano realiza del estadio Magia al de la Religión; es el ascendente mágico que, en distintas regiones del mundo, transforma para darle entrada a la mayor parte de sus necesidades espirituales.
El Totemismo, sin llegar a ser una religión, sentó las bases para la conformación de todas las religiones del mundo, como el preámbulo espiritual de ellas. Fue una de las instituciones, además de la magia, la brujería, el espiritismo, y otras más, en la que el animismo (la creencia en el alma) se proyectó, en la que toma forma y estructura para desembocar en la religión, siendo ésta la forma animista en que se encuentra actualmente la humanidad. La creencia en el alma y en el demonio está vigente, y todavía siguen siendo sus características principales, que han prevalecido hasta el presente. Ahora bien, cada una de estas características, y otras, representan intentos de la capacidad humana de espiritualidad –el espíritu humano- de sustituir actos, actividades, acciones, prácticas, manifestaciones y funciones del ser que han menguado al paso del tiempo, o han sido trastocados por factores externos a él (medio ambiente físico y social,) o bien, por actos repetitivos de la conciencia humana misma, que los han suprimido en formas exánimes y que necesita recuperar por medio de otras representaciones (formas, prácticas, artes, ceremonias) sustitutas, que por lo regular no son análogas, sin embargo, otras son imitaciones que guardan similitud o equivalencia, o bien, se apoyan en manifestaciones expresivas homólogas en paralelo.
79. LAMENTO DESCARNADO
Así pues, el Totemismo es ese período de transición, donde uno de sus componentes estructurales principales que lo conforman, le dan respuesta a la declinación del nomadismo en el ser humano, alentándolo espiritualmente en su gran pérdida, sustituyendo su desarrollo pedestre, por otras manifestaciones y acciones espirituales y de movimiento, que fueron combinadas con sonidos percusivos y rítmicos, estructuradas con la música y la danza. Como un complemento fundamental, como hemos mencionado, fue la imitación a distintos animales sagrados en sus formas de caminar y en sus movimientos rituales y de acción, utilizando tallos, ramas y troncos huecos provenientes de árboles y arbustos seleccionados como sagrados para producir música (tambores y flautas).
Específicamente fue la imitación del caminar de sus animales sagrados y la danza que florecieron con el desarrollo espiritual del Tótem, que pudieron alcanzar esa etapa del animismo.
El caminar nos permite, en esa etapa histórica totemista, una interpretación del comportamiento antropológico del ser humano; esa función desempeñada como un mecanismo espiritual en los grupos primitivos, como base fundamental del Totemismo.
De todos los caminos que hemos recorrido para analizar, investigar y obtener el conocimiento de las cosas que nos rodean, el que hemos dejado olvidado es la actividad humana de caminar. El análisis de su desempeño –del caminar- en el Totemismo nos conduce a develar ciertas (algunas) conductas religiosas en la sociedad actual. La renuncia al nomadismo (o apartarse de él) es el germen de la necesidad humana de “comunicarse” -espiritualmente- con los espíritus y posteriormente con divinidades.
Cabe hacer la pregunta: ¿Esa necesidad espiritual creó el sedentarismo o, la renuncia al nomadismo creó esa necesidad espiritual?
El caminar se conservó analógicamente como una práctica espiritual dentro del sistema Totemista. Esa necesidad imperiosa de andar errando, cuyos inicios tienen 2 millones de años, la logramos satisfacer espiritualmente al imitar a los animales en su caminar y con la danza; una danza rítmica y cadenciosa, que comunica con un compás percusivo a su cuerpo con el medio natural externo, de modo espiritual y somático: el Caminar Espiritual. Mientras más se acentúa el sedentarismo, mayor es la necesidad de pedir ayuda a los espíritus, a nuestra espiritualidad interior. El hombre primitivo de esas épocas, se inclina a invocar a los espíritus -a su espiritualidad- por su nuevo estado sedentario que le resta capacidad para tener contacto con su inconsciente y con otras funciones mentales. ¿Qué tanto nos imposibilita? La respuesta a esta pregunta, la dejaremos, por su elevada complejidad en su demostración científica, para los investigadores de las generaciones venideras.
DANZANTE MAYA
Durante el nomadismo el alma de cada individuo, hombre o mujer, caminaba junto a él; en el inicio del sedentarismo, y específicamente en el Totemismo, el alma fluye del ser para identificarse con los animales-tótem, se posesiona en ese tótem y “aprende” a caminar como el mismo animal; es decir, camina espiritualmente. La representación del alma, en aquellos orígenes totémicos, era el alma del animal seleccionado como el tótem personal. Esa alma totémica era una imagen -y reemplazo- inconsciente –y también consciente- que fluía de una personificación y encarnación, de un cuerpo a otro, con una absoluta y completa movilidad, saliendo de un cuerpo y entrando al otro, y esta movilidad almática le confería sustento al inconsciente del individuo, urgentemente necesitado de ello, por haber disminuido -casi eliminado- su función motora de caminar, y por ende de su espiritualidad (Post futuro CAMINAR: UN MOTOR ANÍMICO-ESPIRITUAL). De aquí nace, pero sobre todo florece, una nueva forma de invocar a la espiritualidad humana, y quizás también, sea la génesis de la represión consciente de ciertos estímulos del medio exterior, con lo que se empieza a sustituir la creencia en el medio natural -a confiar en esa realidad objetiva- por los espíritus y muy posteriormente, con los dioses (religión).
Un aspecto relevante que observamos en el Totemismo –desde nuestra perspectiva- es que en la realización de algunos rituales, todos los miembros del grupo totémico, de un tótem-animal, se reúnen alrededor de un centro ceremonial donde se encuentra localizado la representación física del Tótem, con el propósito de venerarlo e imitarlo en sus movimientos (y ademanes), fundamentalmente en su caminar -y según el animal seleccionado- también en otras formas características y sobresalientes de su movilidad, marcha, circulación y desplazamiento (que mostraban su rapidez, velocidad, lentitud, dinamismo, así como los distintos tiempos que utilizan en sus diferentes actividades de pre-apareamiento, caza, alimento, etc.). Seguramente esta imitación del Tótem-animal fue transformándose en movimientos rítmicos que dieron lugar a la danza (Post Futuro EL CAMINAR Y LA DANZA), misma que fue incorporándose en las ceremonias totémicas como parte inherente de ellas al compás y al ritmo musical de instrumentos percusivos y de viento. Así pues, las ceremonias totémicas se desenvolvieron hacia otras etapas de desarrollo, que estaban acompañadas de su fase inicial imitando el caminar de los animales y la danza como una prolongación de ese mimetismo totémico. De este modo, tanto el hombre y la mujer, de estas épocas primitivas, se vieron implicados inconscientemente en un proceso espiritual que le daba curso al tránsito paulatino del nomadismo al sedentarismo.
Una necesidad espiritual por lo que seguramente se identificaban con aquellos que conservaban –a juicio de ellos y por sus observaciones- un caminar innato y natural, lo que les inclinaba a seleccionarlos porque además mantenían algunas formas de movimiento, [que a juicio del hombre y la mujer primitivos], que se asemejaban a sus pasadas conductas de comportarse, en diversas circunstancias importantes: trasladándose de un lugar a otro, cazando presas para alimentarse (Post futuro CAMINANDO CON PROMETEO DESENCADENADO), recolección de alimentos, alimentándose, pre-apareamiento, apareamiento, defendiéndose de animales depredadores, huyendo de algún peligro, etc.
A la pregunta que se han hecho varios pensadores, estudiosos del Totemismo, de: ¿Cómo sucedió que el hombre primitivo adoptó un Tótem-Animal? La respuesta está, en gran parte, en ese tránsito del nomadismo al sedentarismo que he expuesto someramente.
¿Fue una renuncia, un impedimento o un tránsito natural del nomadismo al sedentarismo?
La respuesta la dejamos para la parte II, TOTEM Y CAMINAR, INTERPRETACIÓN PSICOLÓGICA.
Por lo pronto, dispongámonos a pensar sobre esta respuesta, mientras caminamos.
Ya he mencionado en varios posts que el vocablo de CAMINAR se utiliza como metáfora y con diferentes derivaciones y sinónimos. Uno de ellos es el SALIR. Indudablemente que me refiero en este Post a marcharse del lugar de donde somos originarios. Es un despedirse de ese sitio (ambiente) pero que se regresará seguramente después de un tiempo indispensable y perentorio, aunque no es vital ni obligatorio. Tiene una significación bastante amplia y profunda, y así mismo, de los resultados que genera en la formación de la personalidad del individuo que así lo realiza.
El salir a caminar no sólo es un impulso físico para ejercitar el cuerpo y dar movimiento a la mente, sino que tiene relación estrecha con algo mucho más profundo del alma: salir para fortalecer la personalidad individual. Ese salir a caminar es una metáfora del inconsciente que busca el sano despertar de la personalidad del ser.
También he mencionado el aforismo siguiente en uno o dos posts anteriores, lo usaré en este como un epígrafe que define claramente una parte de lo que expondré respecto a la necesidad que manifiesta el ser humano de salir de su lugar de origen (ciudad, casa paterna, escuela) para poder desarrollarse plenamente con su propia personalidad: “El cuerpo humano se marchita cuando no busca y no encuentra la forma o la senda para CAMINAR, de igual manera le sucede a las aguas que no tienen salida y no se mueven, se transforman en un pantano” (Post futuro NO CAMINAR ES COMO CONVERTIRSE EN UN PANTANO). Se oye este pensamiento bastante fuerte, pero es mejor decirlo así que considerar que no es muy importante para el desarrollo del ser en varios aspectos.
88. LLAMARADAS LÍTICAS
Usando la palabra “caminar” de modo literal y un poco como alegoría, quisiera subrayar la importancia que tiene para todo ser humano el salir de su lugar de origen, de su casa “paterna”, de su barrio, de su cuadra, de su vecindario, de su colonia, de su pueblo o ciudad, donde han vivido –todos por lo regular- los primeros años de la vida.
Decimos en alguna ocasión y alguna época de nuestra niñez o adolescencia: “no quisiera dejar nunca a mis amigos y amigas”; no obstante, siempre nos llega el momento de dejarlos, de abandonarlos, debido a diversas razones. Lo cierto es que algunos y algunas no lo llevan a cabo y permanecen el resto de sus vidas en el mismo pueblo o en la misma ciudad, aunque no en la misma colonia ni vecindario. Nos cambiamos de casa pero seguimos bajo la tutela de nuestro grupo familiar, y no únicamente de nuestros padres, sino del resto del grupo familiar: abuelos y abuelas, tíos y tías, hermanos y hermanas, etc.
No podemos abandonar esas hermandades. Pero tampoco queremos abandonar a nuestros compañeros de juegos, de escuela, a nuestros maestros, en sí, a nadie que haya participado en la composición de nuestro ambiente social.
La salida del lugar de origen oportunamente –a cierta edad- permite desenvolverse mejor y buscar una personalidad propia. Esto no es una mera recomendación por mi parte, sino que esta es una necesidad natural del ser humano para lograr su propia personalidad y que no se vea frustrado, en su futuro inmediato, por no realizar esa salida con oportunidad. (Post Futuro EL CAMINAR Y LOS INSTINTOS). Sin embargo, buscar obtener una re-integración de la personalidad que se pierde por vivir cómodamente dentro del seno familiar, después de cierta edad: Después de haber pasado nuestra juventud, donde la injerencia de la participación de la casa paterna –los padres, la familia y los educadores- que han evitado un sano desenvolvimiento de la personalidad, es bastante complicado desde el punto de vista psíquico y conductual.
Se generan, muchas veces, vivencias en el centro paterno, durante la niñez y la adolescencia, que si no se inicia oportunamente una etapa de valerse por sí mismo, no permiten construir la propia identidad intelectual y de carácter. Ese valerse por sí mismo se logra cuando nos alejamos de nuestro lugar de origen, a una edad aceptable.
Definitivamente esta es una acción que todo ser humano –hombre y mujer- debe llevar a la práctica por sí mismo, como decisión propia y alentado por los padres. El salir de la casa paterna a determinada edad, de manera oportuna, seguramente que tendremos experiencias positivas pero también negativas, lo que reforzará nuestra posición de olvido y de negación a nuestras propias experiencias. Algo que nos podría ayudar a comprender mejor esto, es una pregunta que realizamos en el Post Futuro EL CONCEPTO DE EXPERIENCIA Y EL CAMINAR: “¿Qué correlación existe entre estos 2 escenarios, el de olvido o negación de la experiencia y las huellas que nuestros pies han dejado en los recorridos por diversos caminos o con el quedarnos guardados en la casa paterna?” Esta locución no debe entenderse que debemos abandonar a nuestros seres queridos. Por obvias razones, debemos mantenernos alejados de las necesidades e inclinaciones patológicas de viajar (Post futuro DROMOMANÍA).
Desde luego que esa salida no debe realizarse antes de cierta edad cuando el ser no puede sustentarse por sí mismo; ni después de cierta edad, donde la personalidad ya sufre distorsiones, impidiéndole su desarrollo autónomo, y la labor inconsciente que se debe llevar a efecto por medio de esta partida (evasión, ausencia), resulta lacerante para la persona que no logra hacerlo oportunamente.
La adolescencia presenta en todos los seres humanos –hombres y mujeres- ciertos ahogos que obligan al individuo a tomar diversas decisiones inconscientes; en esta edad, se dice: “las hormonas se tornan turbulentas”, y el joven (hombre o mujer) que lo experimenta no sabe ni comprende el por qué le sucede esto. Una de esas necesidades agitadas es precisamente que necesita salir del lugar de origen, cualquiera que sea la definición de origen: ambiente escolar, escenario amistoso, entorno hogareño, medio social, espacio laboral, etc., la suma de algunas de estas o todas en conjunto. La realidad es que su temperamento lo acicatea (espolea) para desarrollar su propia personalidad y el camino es ese: un distanciamiento de aquello que le dio formación y fuerza para desenvolverse desde que nació hasta esta edad –entre los 11 y 15 años. Esa separación que debe emprenderse en este período fortalecerá su desarrollo en la personalidad: Fortaleciendo tu personalidad encontrarás tu destino.
Este impulso es un instinto del ser humano, sin embargo existen otras incitaciones que impelen al individuo a realizar actos por los que trata de romper con la monotonía (Post futuro EL MANEJO ADECUADO DE LA HOLGURA EN LA DECISIÓN DE CAMINAR). Por ejemplo el IMPULSO EL VIAJAR o EL SÓLO QUERER CAMBIAR DE LUGAR yendo a cualquier otro, por el sólo hecho de irse de ese sitio donde ha permanecido largas horas o meses; MODIFICAR UN ESTILO DE CUALQUIER ACTIVIDAD, por ejemplo, el estilo que un pintor utiliza en sus obras, llega un momento que le fastidia y necesita crear con otro estilo artístico; CAMBIAR DE RITMO; MODIFICAR LAS ACTIVIDADES LABORALES, por ejemplo, si está un individuo actuando en una obra de teatro, llega el momento en que se aburre y se cansa de realizar la misma actuación y decir los mismos parlamentos; INTERRUMPIR EL EQUILIBRIO EN UN MOMENTO CUALQUIERA; ANULAR LA SIMETRIA; SE INQUIERE LA ASONANCIA, y otros más. La mayoría de estos impulsos o inclinaciones se buscan e incorporan después de estar largos períodos en una MONOTONÍA, situación muy diferente al proceso que hemos descrito, porque, aparte de ser instintivo y congénito, este es una necesidad teleológica, grabada en el inconsciente individual del ser humano, para poder desarrollar su personalidad, sin la cual no puede alcanzar sus metas en la vida, el sentido y el destino de su vida, siendo que no tiene relación directa con la monotonía.
“Fortalece tu personalidad y encontrarás el camino, cuando encuentres el camino hallarás tu destino” [o DESCUBRA Y TRANSITE SU PROPIO CAMINO, ELLO LO DIRIGIRÁ A ENCONTRAR SU DESTINO]. (Post futuro EL HOMO SOCIABILI versus HOMO SOLITARIUS).
Observemos que nos dice al respecto, un personaje de una de mis novelas “Diálogos en un lugar de La mancha” (*): “-El viaje, significa simbólicamente la necesidad intrínseca de liberarse, como la búsqueda de una experiencia iniciadora, de cambio. Es un símbolo de trascendencia. Tratar de romper con el status social que le rodea: amigos, compañeros, familia, trabajo, estudios, etc. Viajes en Peregrinación o de manera solitaria. Es un ‘salir’ con el afán de dar los primeros pasos en la vida. Búsqueda de enfrentarse con nuevas experiencias y descubrimientos, liberación, renunciación, expiación. Se genera por un estado natural de descontento con uno mismo y con el medio que nos rodea. Búsqueda de un cambio, búsqueda del conocimiento de la naturaleza de la vida y de la muerte; para conocer qué hacer con la existencia propia. Dependiendo del individuo, puede ser un viaje alrededor del mundo, salir de su pueblo o simplemente cambiarse de casa. Para trascender interiormente hacia una nueva forma de vivir y morir”.
Esto significa sencillamente de dar inicio a una vida por sí mismo, no importando si todavía se depende económicamente de los padres. Lo que no debe permitirse es depender de ellos completamente.
Parafraseando a Lincoln, respecto a nuestro tópico, diríamos: Podemos depender de lo económico, podemos depender algún tiempo, pero lo que no podemos permitirnos es depender en todos los aspectos, todo el tiempo.
Así pues: ¡caminemos!, pues cada caminata que realicemos podrá inducirnos metafórica y simbólicamente a salir de ese”lugar” que nuestro instinto nos señale.
(*) Loya Lopátegui, Carlos, Diálogos en un lugar de La mancha, EMULISA, México, 2019. Disponible en Amazon, Edición Kindle: https://www.amazon.es/dp/B0BSB15WS6
La propuesta concreta es caminar en cualquier calle, que hayamos seleccionado previamente por algunos aspectos que deseamos observar y disfrutarlos directa y personalmente.
Ortega y Gasset utilizaba mucho el concepto de “ESCORZO” y por su inclinación especial hacia la filosofía por lo general se refería –considero yo- al escorzo intelectual o intelectualizado que las cosas presentaban en sus formas estéticas, metafísicas y doctrinarias.
Ortega y Gasset escribe algo sobre esto, aunque no le llama precisamente ESCORZO INTELECTUAL. El concepto de escorzo era un medio ideal para un modelo de perspectiva en donde el filósofo español intentaba resaltar cierto detalle (o varios de ellos) en su análisis sobre algún tema, inclusive lo utilizaba para contrastar algún elemento (o varios) del mismo, y afirmaba: “el escorzo es el órgano de la profundidad visual; en él hallamos un caso límite donde la simple visión está fundida con un acto puramente intelectual”. (Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote). Estoy muy de acuerdo en que se da en el límite sensible intelectual, sentidos y mente del creador plástico.
Con esto únicamente deseo enfatizar que podemos realizar algunas caminatas con el propósito de observar, durante ellas, ciertos elementos que conforman las calles. Es decir, llevar a la práctica ese escorzo orteguiano cuando estemos caminando dentro de la perspectiva de una calle. Lograr varias posiciones, durante nuestro caminar, para observar distintas perspectivas por las que podremos tener otras (disímiles) “expresiones urbanísticas, artísticas y estéticas”, y así mismo, captar distintas impresiones y sensaciones de una misma calle por la que hayamos decidido transitar.
Una vez que hayamos seleccionado la calle, dispongámonos a caminar sobre cualquiera de sus dos aceras, tomando conciencia de sus orientaciones cardinales. Según su orientación sabremos, en la época que hagamos el recorrido, cuál de ellas estará soleada o sombreada. Elijamos la que nos interesa en ese día (Post futuro EL CAMINAR Y LOS PUNTOS CARDINALES).
El propósito fundamental es el recomendar un “Diálogo Metafórico” Inter-ambiental con los elementos que nos llamen la atención al paso de nuestro caminar, en la calle, la acera, el sentido, así como todo el entorno que se ha elegido para desarrollar la caminata; mismo que estará refrendado por otros sub-objetivos específicos como es el motivo artístico (géneros plásticos, urbanos, etc.), o el de la esteticidad (de lo estético): belleza, fealdad, atracción o repugnancia.
Por ejemplo, a través de una de las calles dentro de la ciudad: las unidades que conforman el equipamiento urbano: una fuente, un monumento, un farol; mismos todos ellos que podrían despertar o estimular la imaginación; o los elementos naturales que encuentre en su recorrido. En cualquiera de estos casos, siempre se podrá iniciar un diálogo –en lenguaje figurativo- con ellos. Preguntarse qué podrían estarse cuestionando y/o respondiéndose; una ventana con las cortinas al aire, o aquella escalera sinuosa, o las lajas (baldosas) del piso.
Lo que usted perciba en este diálogo imaginaivo (ficticio) podría dar curso a cierto tipo de narración literaria. Si no es su intención escribirlo, de cualquier modo, el ejercicio lo estará orientando a despertar y desarrollar su sensibilidad, al otorgarle –imaginativamente- comunicación o vida ficticia a los elementos materiales inanimados –que desde luego no la tienen- y a percibir las posibles respuestas de aquellos organismos que sí la tienen, tanto del reino vegetal como animal, que se va encontrando a su paso.
Con ello, además de beneficiar a su imaginación, despertándola o incrementándola, estará favoreciendo su grado de conciencia en cuanto a aquellas cosas, que por lo general, le restamos o no le damos importancia.
Estos avances en los niveles de conciencia lo conducirá a un más claro y mayor conocimiento de sí mismo y de su entorno socio-ambiental, que lo conminará a continuar caminando.
Si está caminando en algunas calles de la ciudad, entonces podrá fijarse en sus respectivos nombres y ello podría impulsarlo a desarrollar un diálogo –nuevamente del tipo ficticio- con el personaje o con el concepto que le da el nombre al trayecto de su caminata en ese día, haciendo participar conceptos (como Libertad, Manantial, Cañada) o individuos (como Washington, Lincoln, Bolivar, Gandhi, etc.), todos ellos como personajes dentro de un esquema novelado que nos puede conducir a conocer nuevos perfiles psicológicos y estilos literarios (Post futuro DIALOGO ANACRÓNICO CON PERSONAJES LITERARIOS MIENTRAS SE CAMINA).
En los subsecuentes días que realice sus caminatas, podrá hacer usted dialogar a los personajes y conceptos que llevan por nombre las calles, con el fin de escribir esos diálogos alegóricos (ficticios) que le van a ir surgiendo en su imaginación, cada vez que las transite a pie y que desee hacerlo, lo que podrían constituir ¡por qué no! un pequeño relato creativo, de tipo literario.
Cuando menciono “Diálogo” no me refiero específicamente a que nos pongamos a platicar con los objetos, animales o plantas, sino que hagamos un esfuerzo para pensar qué significan para nosotros, qué hemos pensado que son o si han influido en nuestras vidas.
Por ejemplo, encontramos el nombre de una calle: Libertad; pensar o imaginar qué ha significado o representa este concepto para nosotros; ese “diálogo” será realizado con nosotros mismos, no con la placa del nombre de la calle. Si por ejemplo, nos encontramos con un gran silencio, cuestionarnos por qué se encontrará esta parte de la calle tan silenciosa; en sí, podremos conjeturar lo qué representa el silencio: ¿Es la ausencia de sonido? o ¿la presencia de un vacío? ¿Caminarán juntos los ruidos y los silencios?
En un instante que fijamos la vista hacia algún rincón de cualquier calle: ¿Cuáles colores son los que dominan? ¿Podrían los colores explicar nuestro estado de ánimo?
¿Se escucha el viento? Este es otro elemento que pasamos desapercibido, por lo general; busquemos su presencia.
Si está lloviendo: ¿Nos molesta? Podríamos cuestionar si es grato que el agua nos caiga sobre la cara. (Post CAMINANDO BAJO LA LLUVIA. PARTE I).
Podríamos caminar sobre la acera sin zapatos, pero … entonces nos diríamos que eso no es correcto; o quizás nos respondan nuestros pies: ¡Eso nunca lo habías hecho! ¿Nos sentiremos incómodos o sentiremos gusto por haberlo realizado? (Post CAMINAR DESCALZO. PARTE I).
Cualquier elemento que observemos podría invitarnos a reflexionar sobre él o sobre aspectos que pueden tener relacion. Por ejemplo: autos, bicicletas, nubes, iglesias, parroquias, tabernas, cantinas, vendedores ambulantes de todo tipo, tuberías de agua, albañales, arbotantes de luz, parques, perros, gatos, cualquier animal que veamos durante nuestro caminar por las calles. En mi libro Pueblo Quieto. Las caídas de la Libertad, intento ciertos diálogos metafóricos, en donde participan varias calles, dentro del desarrollo literario de la novela.
Lo importante es que disfrutemos nuestras caminatas por las calles y no sintamos que nos aburren y que al día siguiente estemos animosos a salir en una siguiente caminata porque encontraremos algo mas que nos animará a poner nuestros pies, calzados o sin zapatos, sobre el pavimento de las banquetas y las calles.
Ahora bien, es diferente caminar por las calles de una ciudad de día que por la noche. No sobra señalar que debemos tomar ciertos cuidados extra cuando caminemos de noche. Las configuraciones urbanísticas son distintas cuando se observan con la luz natural del día que aquellas que se generan con luz artificial. Muchas veces las sombras de la noche muestran formas vivas que de día se muestran muertas a nuestros ojos.
Hagamos un escorzo del tipo urbano-deambulante (urbano-paseante), que nos permita tener varias posturas estéticas-urbanísticas, durante nuestras caminatas por (en) las calles, (Post futuro EL CAMINAR EN UNA NUEVA PERSPECTIVA URBANISTICA) y disfrutemos la creación de esas perspectivas individuales e irrepetibles, que por lo mismo son expresiones originales de nuestra interioridad.
461. ESCORZO BAILARINA
Loya Lopategui, Carlos, Pueblo Quieto. Las caídas de la Libertad, EMULISA, México, 2015.
El título de este post obedece a que, hace unas semanas, bailando un poco de tap tap con una selección de canciones, un poco antigua, me percaté de que varias de ellas que tengo grabadas para realizar algunas secuencias de este baile, tienen en su letra esta frase “Caminando bajo la lluvia”. Y pareciera increíble que, hasta esta navidad de 2019, no haya reparado en estas canciones -que toda mi vida he bailado- tengan una relación con el blog de caminar.
Quisiera mencionar que tengo dos libros donde he podido transmitir este baile ejecutándose al mismo tiempo con la poesía y con la plástica; uno de ellos es Tap tap y Poesía y el otro es Tap tap, Plástica y Poesía, y en los dos intento transmitir mi experiencia de crear música con la percusión del Tap Tap para armonizar la Poesía y la Plástica, conjuntamente, en una armonía tri-artística. Subrayo que no utilizo ninguna música comercial, sino que fundamentalmente musicalizo con la percusión del sonido creado por el baile de Tap tap.
No obstante esta forma de prescindir de la música comercial, ahora encuentro varias melodías, repito, con la frase de caminando en la lluvia, lo que me sorprendió verdaderamente y decidí hacerlos partícipes de esta sincronicidad (Post LA LECTURA Y LA SINCRONICIDAD-PARTE I, y el Post futuro EL SISTEMA WALK-RWD Y LA SINCRONICIDAD-PARTE II), pues verdaderamente me llena de alegría ser partícipe en estos encuentros.
Una de ellas es Houston, cantada por Dean Martin
Otra es Just walking in the rain, cantada por Johnny Ray
Otra más es Cantando bajo la lluvia, cantada y bailada por Gene Kelly (Singing in the rain)
Y la última es Caminando por el lado soleado de la calle (On the sunny side of the Street) cantada por Frankie Laine, una situación totalmente contraria a las anteriores (los rayos solares), pero dentro del contexto de caminar.
No tiene otro propósito más que el comentar que mi inclinación por el baile y el caminar, me han conducido a esta sincronicidad, que me anima (estimula) para intentar investigar y experimentar más sobre lo interesante –y posiblemente saludable- que podría ser caminar bajo la lluvia.
59. BAILANDO BAJO LA LLUVIA
Ya en el post CAMINAR DESCALZO, PARTE I, había comentado lo siguiente: “Caminar descalzo sobre distintos tipos de suelo son experiencias que debemos tenerlas, todos y todas. Prácticas tan inesperadas y sorprendentes como la de –aprovecho la oportunidad de decirlo- caminar bajo la lluvia”; sin embargo, no había considerado tan importante el desarrollar esta opción, que puede resultar trascendente. Voy a tomar en cuenta este comunicado de mi inconsciente y procederé a investigar y experimentar más esta alternativa.
En el Post LOS ANTIGUOS MAYAS Y SUS CAMINOS BLANCOS PARTE I, he comentado sobre los arcos monumentales y los caminos blancos; decíamos que los antiguos mayas asociaban a esos arcos rituales con el fenómeno del arco iris, simbolizando el gran umbral de la bóveda del cielo, siendo las puertas celestes, que conducían las obras humanas hacia el espacio de lo divino; ese umbral era a la vez un arco y un camino, porque unía al reino celestial con la tierra con el elemento LLUVIA, siendo esta el flujo celeste que inseminaba a la madre tierra, otorgándole vida y nuevos seres que germinarían en sus entrañas. Además decía: “Este binomio artístico arquitectónico cultual ‘camino blanco-arco monumental’ de los antiguos mayas nos permite conducirnos a través de un derrotero espiritual que atraviesa un portal del tiempo para adentrarnos en los distintos momentos que ese pueblo milenario tuvo que recorrer en sus periplos cotidianos, así como cruzar cada arco como umbrales espirituales para utilizarlos en tan diversos usos artísticos y constructivos”.
Aunque eventualmente he experimentado caminar con algo de lluvia durante el día, y además por las noches con “lluvia en forma de rocío”, no tengo muchas experiencias conscientes sobre este caminar bajo la lluvia.
Todo indica que debo tomar más en cuenta esta singularidad de caminar, bajo las circunstancias de hacerlo bajo la lluvia.
Así pues, empezaré a investigar sobre esto pero sobre todo experimentaré las distintas opciones de caminar bajo la lluvia, e independientemente de ello, yo los invito a experimentarlo de inmediato y démosle más fuerza y poder, a través de esta absorción de energía por el contacto de nuestro cuerpo con la lluvia, a la mente y al espíritu.
Existen diferentes intensidades de lluvia, y por supuesto que tendré que seleccionar lluvias tenues que no me vayan a provocar alguna incomodidad.
Considero que no es nada difícil definir en cuál tipo de lluvia por su intensidad deberemos poder caminar sin complicarnos.
De acuerdo a la forma de manifestación de la lluvia, podremos salir a caminar en períodos de rocío y llovizna. También seguramente, de acuerdo al género de la persona (masculino o femenina) y a las edades de cada una, en lluvia que le llaman “Líquida”.
Lo que no es aconsejable es salir a caminar durante “Chubascos”, desde luego, menos con lluvias más fuertes.
En general, lo recomendable es con intensidades con lluvias de tipo débil (menores a 2 mm/hora o 2 pulgadas/24 horas) y también con lluvias moderadas (de 2 a 15 mm/hora o 2 a 15 pulgadas/24 horas). A partir de este nivel de precipitación, mayores a 15 mm/hora (o 15 pulgadas/24 horas), LLUVIAS FUERTES, ya no es aconsejable.
No es fácil saber a qué se refieren con estos números con lo que miden la precipitación pluvial, ya estando bajo la lluvia, pues no podemos medir estas intensidades; sin embargo, por ello sólo tenemos que tener en mente: cualquier nivel de lluvia que nos haga sentir incómodos o con riesgo, no salgamos a caminar. Por otro lado, la experiencia de caminar bajo una llovizna tenue es muy agradable.
Deberemos experimentarlo para conocer qué repercusiones directas (reales y evidentes) tiene la lluvia sobre el organismo, las sensaciones que provoca, cómo responden nuestros sentidos, y cuáles son los efectos mentales y emocionales (niveles de satisfacción y bienestar) que genera una pequeña caminata bajo la lluvia. Es algo que no acostumbramos realizar, salgamos a caminar un día con una ligera llovizna.
Loya Lopategui, Carlos, Tap Tap y Poesía, EMULISA, México, 2016.Loya Lopategui, Carlos, Tap Tap, Plástica y Poesía, EMULISA, México, 2017.