El sistema WALK-RWD, en su aplicación integral, es un SIMULADOR práctico y eficaz que podemos utilizar para experimentar la vida en varios escenarios vitales del comportamiento humano, en diferentes estados anímicos, psicológicos y culturales, observando nuestras actitudes y toma de decisiones, y así mismo en la conformación del carácter y la personalidad de cada caminante.
El individuo que sabe (domina) estar solo y disfruta la soledad, tendrá capacidad emocional para integrarse saludablemente a la sociedad. El que puede y logra recrearse en su propia soledad, podrá llegar a conocerse a sí mismo y en consecuencia mejorar su comprensión del medio social en el que está inmerso. Por ello, aquella persona que se siente bien consigo mismo y confía en su propio sentir, está apto para incluirse formalmente en la sociedad (Ver post EL CAMINAR Y LA ELECCIÓN DE LA SOLEDAD. PARTE I)
El caminar es un libre fluir de nuestro ser que nos permite abandonarnos en nosotros mismos, y cada una de las caminatas que realizamos, pueden servirnos, la mayoría de las veces, como un símil (analogía) de nuestra existencia de vida.
Así pues, el caminar en soledad es una analogía práctica y muy efectiva de la vida real, que nos ayuda a instruirnos para comprender el sentido de nuestra existencia; es un SIMULADOR de aprendizaje para ilustrarnos en el cómo podemos ser independientes, responsables y capaces de tomar libremente decisiones por nosotros mismos.
Avanzar mientras caminamos es un proceso natural que se realiza durante la aplicación del sistema WALK-RWD, de la misma manera que se realiza el proceso que enfrentamos en el acontecer cotidiano de nuestra existencia.
El realizar una caminata a solas es como una analogía de una parte discontinua de nuestra vida, de nuestra experiencia de vivir. Una caminata en soledad nos puede orientar en el cometido de avanzar en nuestra existencia diaria.
Sin que una caminata reúna el desarrollo total de cada una de las diversas etapas vitales (post futuro CAMINAR Y LAS OPORTUNIDADES VITALES), sí representa a muchos de los momentos cruciales que en todas y cada una de ellas aparecen (Ver post CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL, PARTE 1 DE 4).
El caminar en soledad nos permite reflexionar sobre nuestras posibilidades que tenemos para desempeñarnos alejados del condicionamiento externo. Para todo tipo de vida y en cualquier etapa por la que se atraviese, nos hemos de encontrar solos; y en esas circunstancias de soledad tenemos que dialogar con nosotros mismos, cuestionándonos, animándonos, criticándonos (la autocrítica, por lo regular, no es muy conveniente) y multitud de otras formas de examinar –consciente e inconscientemente- el cómo nos sentimos, con el objeto último de advertir de qué modo daremos el siguiente paso en nuestro medio socio-psíquico-económico (Ver post EL CAMINAR Y LA FALTA DE TIEMPO que menciona aspectos importantes sobre el tiempo de ocio).
Cada caminata nos ofrece ese símil de cada uno de los posibles momentos donde se nos presentan diferentes opciones para el actuar en la vida diaria, que podemos escudriñar alejados de ese instante crucial que muchas veces no sabemos cómo reaccionar, o bien, no entendemos a ciencia cierta, de qué manera debemos conducirnos. Esos momentos de soledad pueden instruirnos y aleccionarnos antes de vernos inmersos en esos dilemas de comportamiento –en soledad- que difícilmente podemos encontrar a alguien que nos pueda orientar en el cómo y el cuándo. Sólo nosotros mismos debemos encarar esas dificultades, y por lo general las afrontamos solos.
Ese símil que podemos realizar de esos momentos cruciales, mediante nuestras caminatas, que durante las actividades cotidianas, se nos vienen encima y nos asfixian, pueden resumirse en las siguientes acciones:
- Solos debemos iniciar la caminata y decidir el
momento justo de su inicio. - Sólo nosotros deberemos terminar la caminata y
decidir el momento adecuado. - En soledad debemos de disminuir o aumentar la
velocidad de nuestro caminar. - Solos debemos decidir si continuamos por un
sendero o por otro. - En soledad debemos tomar diversas decisiones
para leer, escribir o dibujar, o simplemente mantenernos en contemplación. - Sentirnos libres para que en la soledad con
nosotros mismos pensemos sobre un tema específico; o bien observemos las aves o
cualquier elemento del medio que nos rodee. - Nuestros sentidos (los 5 físicos externos y los
demás internos) debemos tenerlos despiertos y alertas, sin que nos interrumpan otras
personas, para ponerlos en atención consciente sobre lo que deseemos percibir,
durante nuestro caminar. - En soledad, nosotros podemos y debemos decidir,
durante las caminatas, si hablamos, escuchamos, vemos, olemos, etc., en
determinadas circunstancias y momentos. - Durante las caminatas en soledad, contemplaremos
y percibiremos las cosas que nos agraden, o no lo haremos, sin tener que
escuchar opiniones al respecto.
La concienciación de todas estas pequeñas experiencias en soledad –mientras caminamos- nos ayudarán a soportar mejor el condicionamiento del mundo social, por la misma toma de conciencia, pero además, porque el sistema de caminar, coordinadamente con el leer, escribir y dibujar, nos libera durante el tiempo que realizamos la caminata, incrustando en nuestra esencia una sensación de satisfacción que sobrepasa ese período, dándonos confianza en nuestras actitudes, acciones y toma de decisiones para con el mundo complejo y comprometido que nos rodea y avasalla.
Decidamos ahora realizar la siguiente caminata pensando que será un verdadero trayecto analógico con nuestra particular e íntima existencia, con lo cual aprenderemos a transitarla con mayor esmero y tranquilidad, porque, al menos, nuestras decisiones en soledad serán observadas desde otra óptica.
En soledad, tú caminas por senderos que te conducen a tu yo interior, a conocerte a ti mismo. (Ver los posts ¿QUIÉN DESEO SER? ¿QUIÉN SOY?; DIBUJAR, PARA CONOCERNOS MEJOR; DIBUJAR Y UMBRALISMO, PARA CONOCER NUESTRO YO INTERIOR). En ella, en la soledad, podrás comprender mejor a cada una de tus emociones, de tus sentimientos y actitudes, y a sus respectivas formas antitéticas, a la certidumbre y la incertidumbre, constancia e inconstancia, precisión e imprecisión, a la seguridad e inseguridad, estabilidad e inestabilidad, consistencia e inconsistencia, perseverancia y negligencia, posibilidad e imposibilidad, fortaleza y fragilidad, tenacidad y renuncia, disciplina e indisciplina, firmeza y debilidad, movilidad e inmovilidad, paciencia e impaciencia, dependencia e independencia, decisión e indecisión, a diferenciar entre opciones y alternativas, la decisión voluntaria y la indecisión, y así muchos de aquellos estados de condicionamiento social, anímicos y psicológicos por los que atravesamos y que nos cuestionan constantemente en la vida. Ella, la soledad, mientras caminas, te ayudará a construir, consciente e inconscientemente, tu carácter y tu personalidad.
El caminar en soledad es una práctica analógica para experimentar la vida. Agarremos a la soledad de la mano y acompañémonos con ella en las próximas caminatas. Hagamos conciencia que el caminar con ella podrá orientarnos en los asuntos cotidianos que nos molestan y a veces nos asfixian. Durante el trayecto, seguramente podremos encontrar similitudes con algunas difíciles vivencias sociales, laborales o familiares, que no hemos podido resolver y así podremos visualizar una existencia más tranquila.