Mucho se ha escrito sobre diversas técnicas que nos ayudan a alimentar al cerebro, y todas ellas funcionan; sin embargo, considero que una de las más efectivas y que contiene más atributos y excelencia, es la lectura. Lo sorprendente, y que yo he experimentado personalmente, es que aquellos documentos que he considerado que no me darían nada –un prejuicio manifiesto-, también tuvieron información importante para lo que había estado realizando en ese momento; como si algo o alguien me estuviera dirigiendo hacia ese documento –o texto- que prejuiciosamente no lo había considerado que tuviera algo importante e interesante para mí. Esta observación de re-considerar lecturas, por etiquetarlas como “no aceptables” me remite a Carl Gustav Jung en sus estudios sobre el fenómeno de la sincronicidad, del cual he sido un acérrimo estudioso. Mi consciencia y mi raciocinio me dicen constantemente que no debo perder mi tiempo en la lectura de ese libro “cualquiera”, pero por experiencia propia sé que mi inconsciente me ha colocado en esa posición de “sí leerlo” y siempre le hago caso, e invariablemente encuentro una o varias respuestas a lo que estoy buscando, a los asuntos y tópicos que estoy investigando y analizando. Es tal mi creencia que tengo sobre la existencia de ese fenómeno de la Sincronicidad junguiana que me motivó, años atrás, a escribir un par de libros sobre ese tema: La Sincronicidad. Un fenómeno predecible, 2007 (*); y La sincronicidad en los Antiguos Mayas, 2009 (**). Así es que, no tengo la menor duda, que la lectura es un medio que nos permite ponernos en contacto con las sincronicidades, y éstas nos conduce a encontrar respuestas, que nuestro inconsciente –seguramente- está ciertamente cansado de intentar comunicar a nuestra consciencia de otros diversos modos, y ésta no se ha percatado de ellas –de las respuestas- durante mucho tiempo, ya sea porque está incapacitado para escucharlo, o bien, rehusa a hacerlo.
Debemos dejar llevarnos por lo que nos aconseje nuestra
interioridad y no el raciocinio. Si “decides” leer un libro es quizás que tu
inconsciente te está invitando a hacerlo. Y si “decides” volver a leer algún
otro que ya habías leído, seguramente encontrarás nuevas respuestas; éstas
podrían ser más importantes que aquellas ideas que encontraste en su anterior
lectura.
Debemos considerar los siguientes aspectos cuando hayamos decidido corresponder a los mensajes del inconsciente, ya sea por el fenómeno de la sincronicidad u otros mecanismos y lenguajes simbólicos:
1º. Tenemos que introyectar en nosotros que verdaderamente
ese tipo de acciones provienen y son generadas por nuestro inconsciente. No
podremos escucharlo si no creemos en su existencia.
2º. La Sincronicidad es un fenómeno predecible y además se
puede inducir, por lo que podemos provocar su generación y su incidencia en
manifestaciones externas.
3º. Cada manifestación sincronística del inconsciente
debemos identificarla, develarla y racionalizarla.
4º. Para comprender estos mensajes del inconsciente, cada
manifestación de sincronicidad, debemos analizarla e interpretarla.
Lo más importante y auténtico de nuestro ser interior lo podemos conocer y comprender a través de los diferentes medios (lenguajes) simbólicos que utiliza el inconsciente individual (y el colectivo) y la Sincronicidad es uno de ellos. Para conocer su predictibilidad y las distintas formas mediante las cuales se induce al inconsciente para que se manifieste a través del fenómeno de Sincronicidad, podemos recurrir a mi libro Sincronicidad, fenómeno predecible, o bien, con mucho gusto responderé directa y personalmente a aquellas personas que lo soliciten.
En un futuro inmediato, voy a elaborar una sinopsis que nos permita actuar en este sentido y se la presentaré a ustedes en alguno de los siguientes posts.
Ya he señalado las distancias que podemos recorrer caminando al mismo tiempo que leemos o escribimos, en el post DISTANCIAS RECOMENDADAS; ahora me permitiré especificar los parámetros que considero podrían alcanzarse sobre la lectura misma mientras se camina, es decir, el número de páginas que podemos leer de un libro simultáneamente mientras caminamos.
A continuación se presentan 3
cuadros donde se señalan los recorridos que se pueden realizar leyendo, por
sesión de 30, 45 y 60 minutos, y todas ellas por día, por semana y por mes;
señalándose las distancias máximas, mínimas y normales.
CAMINATA LEYENDO
Respecto
a la lectura, también en el mismo lapso de una semana, deberemos lograr un
mínimo, dependiendo del tipo de género literario, de 63 páginas, es decir, de 3
páginas por caminata de 2.6 kilómetros. También podemos alcanzar niveles de 105
páginas a la semana, en sesiones de 60 minutos.
En
relación al número de páginas que se pueden leer al caminar, dependerá del tipo
de lectura y de la capacidad que tenga para ello cada persona.; es decir, no es
lo mismo acompañarse de una novela, de unos versos o de un ensayo, o mucho más
difícil, de libros técnicos como de biología, economía o física. También
dependerá de la actividad misma que tengamos que desarrollar, si es para
entretenernos, para estudiar o para enseñar, inclusive si tenemos que
memorizar, interpretar, comprender o tomar notas de algunas partes del
documento.
Sin
embargo, un promedio aceptable es de 5 páginas cada hora de caminata, lo que
equivale a 15 páginas cada día. Sin embargo, habrá ocasiones en que se lea una
página por cada kilómetro. El beneficio final es que se caminó el kilómetro
y se leyó la página.
En el
siguiente cuadro podemos observar los mínimos y máximos de lectura y escritura,
que obtendríamos por sesión de 60
minutos, por día (tres sesiones), por semana y por mes.
Fuera de
estos datos reales que se obtienen con la práctica de este sistema, no se
necesitan más esfuerzos para persuadirlo, amable lector, con el único propósito
de que inicie esta fantástica aventura llena de infalibles y evidentes
resultados.
Todas las
personas somos diferentes, hombres y mujeres, tanto física como mental, por lo
que no puede existir un programa de ejercitación uniforme que pueda servir para todos.
Cada quien debe diseñarlo de acuerdo a los tiempos disponibles, horarios
convenientes y por supuesto, libros y géneros literarios apropiados y
adecuados.
Debo
comentar que este sistema de ejercitación no sólo está pensado para personas de
edad adulta, sino también para jóvenes y para ancianos, tanto hombres como
mujeres. Para cumplir con los parámetros mínimos o máximos que hemos indicado,
de acuerdo a la experiencia, se debe tomar en cuenta la edad de la persona que
lleve a la práctica el sistema. Es casi seguro que una persona joven (de 20
años), podrá caminar más y mejor que otra de edad avanzada (de 80 años). Cada
individuo deberá evaluarse a sí mismo para desarrollar el método de acuerdo a
sus propias capacidades y gustos.
Con el
sistema podrá sentirse mejor física y psicológicamente durante toda su vida,
prolongando el número de años de vida, además con una mejor calidad, más
saludable y confortable, y con mayor gusto, ya que las mejoras se alcanzan en
todos los órdenes: en el físico, en el mental, cultural, artístico, en la salud
y en lo psicológico. Y cada uno de ellos es una fuente para sentirnos motivados
para continuar experimentando sus respuestas.
Con este método quiero transmitir ciertas experiencias personales que me han permitido mantener un nivel de salud aceptable, tanto físico como mental, además de las ventajas obtenidas en la lectura, la escritura y el dibujo.
El sistema WALK-RWD, en su aplicación integral, es un SIMULADOR práctico y eficaz que podemos utilizar para experimentar la vida en varios escenarios vitales del comportamiento humano, en diferentes estados anímicos, psicológicos y culturales, observando nuestras actitudes y toma de decisiones, y así mismo en la conformación del carácter y la personalidad de cada caminante.
El individuo que sabe (domina) estar solo y disfruta la soledad, tendrá capacidad emocional para integrarse saludablemente a la sociedad. El que puede y logra recrearse en su propia soledad, podrá llegar a conocerse a sí mismo y en consecuencia mejorar su comprensión del medio social en el que está inmerso. Por ello, aquella persona que se siente bien consigo mismo y confía en su propio sentir, está apto para incluirse formalmente en la sociedad (Ver post EL CAMINAR Y LA ELECCIÓN DE LA SOLEDAD. PARTE I)
El caminar es un libre fluir de nuestro ser que nos permite
abandonarnos en nosotros mismos, y cada una de las caminatas que realizamos, pueden
servirnos, la mayoría de las veces, como un símil (analogía) de nuestra
existencia de vida.
Así pues, el caminar en soledad es una analogía práctica y muy efectiva de la vida real, que nos ayuda a instruirnos para comprender el sentido de nuestra existencia; es un SIMULADOR de aprendizaje para ilustrarnos en el cómo podemos ser independientes, responsables y capaces de tomar libremente decisiones por nosotros mismos.
Avanzar mientras caminamos es un proceso natural que se
realiza durante la aplicación del sistema WALK-RWD, de la misma manera que se
realiza el proceso que enfrentamos en el acontecer cotidiano de nuestra
existencia.
El realizar una caminata a solas es como una analogía de una
parte discontinua de nuestra vida, de nuestra experiencia de vivir. Una caminata
en soledad nos puede orientar en el cometido de avanzar en nuestra existencia
diaria.
El caminar en soledad nos permite reflexionar sobre nuestras posibilidades que tenemos para desempeñarnos alejados del condicionamiento externo. Para todo tipo de vida y en cualquier etapa por la que se atraviese, nos hemos de encontrar solos; y en esas circunstancias de soledad tenemos que dialogar con nosotros mismos, cuestionándonos, animándonos, criticándonos (la autocrítica, por lo regular, no es muy conveniente) y multitud de otras formas de examinar –consciente e inconscientemente- el cómo nos sentimos, con el objeto último de advertir de qué modo daremos el siguiente paso en nuestro medio socio-psíquico-económico (Ver post EL CAMINAR Y LA FALTA DE TIEMPO que menciona aspectos importantes sobre el tiempo de ocio).
Cada caminata nos ofrece ese símil de cada uno de los
posibles momentos donde se nos presentan diferentes opciones para el actuar en
la vida diaria, que podemos escudriñar alejados de ese instante crucial que
muchas veces no sabemos cómo reaccionar, o bien, no entendemos a ciencia
cierta, de qué manera debemos conducirnos. Esos momentos de soledad pueden
instruirnos y aleccionarnos antes de vernos inmersos en esos dilemas de
comportamiento –en soledad- que difícilmente podemos encontrar a alguien que nos
pueda orientar en el cómo y el cuándo. Sólo nosotros mismos debemos encarar
esas dificultades, y por lo general las afrontamos solos.
Ese símil que podemos realizar de esos momentos cruciales, mediante nuestras caminatas, que durante las actividades cotidianas, se nos vienen encima y nos asfixian, pueden resumirse en las siguientes acciones:
Solos debemos iniciar la caminata y decidir el momento justo de su inicio.
Sólo nosotros deberemos terminar la caminata y decidir el momento adecuado.
En soledad debemos de disminuir o aumentar la velocidad de nuestro caminar.
Solos debemos decidir si continuamos por un sendero o por otro.
En soledad debemos tomar diversas decisiones para leer, escribir o dibujar, o simplemente mantenernos en contemplación.
Sentirnos libres para que en la soledad con nosotros mismos pensemos sobre un tema específico; o bien observemos las aves o cualquier elemento del medio que nos rodee.
Nuestros sentidos (los 5 físicos externos y los demás internos) debemos tenerlos despiertos y alertas, sin que nos interrumpan otras personas, para ponerlos en atención consciente sobre lo que deseemos percibir, durante nuestro caminar.
En soledad, nosotros podemos y debemos decidir, durante las caminatas, si hablamos, escuchamos, vemos, olemos, etc., en determinadas circunstancias y momentos.
Durante las caminatas en soledad, contemplaremos y percibiremos las cosas que nos agraden, o no lo haremos, sin tener que escuchar opiniones al respecto.
La concienciación de todas estas pequeñas experiencias en soledad –mientras caminamos- nos ayudarán a soportar mejor el condicionamiento del mundo social, por la misma toma de conciencia, pero además, porque el sistema de caminar, coordinadamente con el leer, escribir y dibujar, nos libera durante el tiempo que realizamos la caminata, incrustando en nuestra esencia una sensación de satisfacción que sobrepasa ese período, dándonos confianza en nuestras actitudes, acciones y toma de decisiones para con el mundo complejo y comprometido que nos rodea y avasalla.
Decidamos ahora realizar la siguiente caminata pensando que
será un verdadero trayecto analógico con nuestra particular e íntima
existencia, con lo cual aprenderemos a transitarla con mayor esmero y
tranquilidad, porque, al menos, nuestras decisiones en soledad serán observadas
desde otra óptica.
En soledad, tú caminas por senderos que te conducen a tu yo interior, a conocerte a ti mismo. (Ver los posts ¿QUIÉN DESEO SER? ¿QUIÉN SOY?; DIBUJAR, PARA CONOCERNOS MEJOR; DIBUJAR Y UMBRALISMO, PARA CONOCER NUESTRO YO INTERIOR). En ella, en la soledad, podrás comprender mejor a cada una de tus emociones, de tus sentimientos y actitudes, y a sus respectivas formas antitéticas, a la certidumbre y la incertidumbre, constancia e inconstancia, precisión e imprecisión, a la seguridad e inseguridad, estabilidad e inestabilidad, consistencia e inconsistencia, perseverancia y negligencia, posibilidad e imposibilidad, fortaleza y fragilidad, tenacidad y renuncia, disciplina e indisciplina, firmeza y debilidad, movilidad e inmovilidad, paciencia e impaciencia, dependencia e independencia, decisión e indecisión, a diferenciar entre opciones y alternativas, la decisión voluntaria y la indecisión, y así muchos de aquellos estados de condicionamiento social, anímicos y psicológicos por los que atravesamos y que nos cuestionan constantemente en la vida. Ella, la soledad, mientras caminas, te ayudará a construir, consciente e inconscientemente, tu carácter y tu personalidad.
El caminar
en soledad es una práctica analógica para experimentar la vida. Agarremos
a la soledad de la mano y acompañémonos con ella en las próximas caminatas.
Hagamos conciencia que el caminar con ella podrá orientarnos en los asuntos cotidianos
que nos molestan y a veces nos asfixian. Durante el trayecto, seguramente
podremos encontrar similitudes con algunas difíciles vivencias sociales,
laborales o familiares, que no hemos podido resolver y así podremos visualizar
una existencia más tranquila.
Considero que la disponibilidad de tiempo y su
administración es una de las características fundamentales para el éxito de
este programa WALK-RWD, tanto del destinado a la realización de las actividades
como del ocio, indispensable para cualquier acción que deseemos llevar a cabo.
Nos quejamos siempre de la falta de
tiempo, y esta es una percepción desconcertante que se suscita más en la ciudad
que en el campo. Pareciera que a todo el mundo le falta tiempo; tiempo para
todo, para cualquier cosa, para realizar lo cotidiano, para realizar algo
nuevo, en fin, nos falta tiempo; sin embargo, paradójicamente, en muchas
ocasiones oímos decir a la gente: “aquí estoy, matando el tiempo”; y no falta
alguien que les responda: “dime dónde lo dejaste, para hacerlo revivir, y
utilizarlo”. Desde luego, la expresión de matar el tiempo contiene, en una
mayor frecuencia de las veces, por un lado, intentar descansar de lo abrumador
de las actividades, ya sea por ser repetitivas (que generan cansancio o
aversión) o por ser intensivas en el esfuerzo que se les destinan (físico o
mental), o por el otro lado, liberarse de modo inconsciente del tedio, el
aburrimiento o el hastío.
Cuando existe o persiste en la persona un desánimo, desgano o apatía –estado anímico o psicológico- es un problema más difícil de resolver, pero no imposible. Aun contando con todo el tiempo, el individuo no está dispuesto a dar un paso para realizar nada: no desea salir a caminar. Desde luego, en casos severos, es necesario que la persona se atienda psicológica y emocionalmente; sin embargo, si partimos de la idea de que el caminar no es una actividad obligatoria, es decir, si pudiéramos sentir verdaderamente dentro de nuestro ser que salir a caminar es destinar nuestro tiempo (libre) a lo que nos gusta y no a algo que se nos impone, habremos dado un paso firme para liberarnos de ese desgano patológico; y menciono la palabra liberarnos porque el caminar nos puede ayudar a descargar de esa energía recargada (sobrecargada) por nuestro organismo que nos impide comprender, por un lado, a nuestro yo interior (o realidad interna), lo que sentimos y por qué lo sentimos, y por el otro, conocer y entender la realidad exterior. El sistema WALK-RWD, aplicándolo de modo integral, leyendo, escribiendo y dibujando, mientras caminamos, nos equilibra, compensa y armoniza en nuestra interioridad en relación con las emociones negativas, y nos mantiene a cierta distancia saludable de las preocupaciones y relaciones desagradables de todo tipo (sociales, familiares, escolares, laborales, etc.).
El manejo adecuado del tiempo es uno de los elementos más importantes en el sistema WALK-RWD, así como también en todas las demás actividades importantes que desarrollamos en la vida. Nos preocupa utilizarlo equivocadamente. A veces sentimos que no nos alcanza y que pasa demasiado rápido, y otras veces que transcurre exageradamente lento. En algunas ocasiones queremos estar haciendo varias cosas a la vez, porque el tiempo vuela. Independientemente de cuál situación percibimos, debemos tomar conciencia del aquí y el ahora “Hic et nunc” (ver post EL “AQUÍ Y AHORA” CON EL SISTEMA WALK-RWD). Concentrarnos en nuestra caminata, en la lectura, y la mejor forma es aliarnos con el Señor Tiempo (Post futuro EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE. PARTE II). Que nuestra mente no nos arrastre al pasado ni al futuro, quedémonos con este señor que nos acompaña en cada instante de nuestra vida, disfrutemos de su compañía en el presente, experimentando el sistema WALK-RWD y aprenderemos a administrarlo.
Adjunto 2 obras plásticas de la serie CRONOPATENIA, donde se observan relojes que están desconcertados y delirantes por no poder acompasarse con el Señor Tiempo. Están expuestas en estructuras ligeras, con montajes virtuales, localizadas en donde el tiempo ha estado transcurriendo con soltura y transmitiendo su abundancia. Tienen el propósito de destacar y confrontar la toma de conciencia del tiempo que ha usado el ser humano (las horas, los meses, los años) repitiendo trayectos por esos lugares.
Debemos darnos tiempo para encontrar un “tiempo libre”, ese amigo que sentimos está alejado de nosotros, y que a veces lo percibimos como un verdugo con sus fechas tope o que en ocasiones nos rehúye. Permitámosle hablar a nuestro yo interior y entremos a revisar los “claustros” que absorben nuestro tiempo y que nos impiden decidir de modo independiente (no condicionado) lo que deseamos verdaderamente realizar en nuestro tiempo libre; a esos bloqueos (obstáculos) que nosotros mismos nos construimos, impedimentos que nos interrumpen el paso para acercarnos a ese amigo y que nos cierran puertas y ventanas para no dejarlo entrar.
Hay que invitarlo –al tiempo libre- a estar con nosotros, que no se nos pierda, para acompañar a nuestra intimidad profunda. Él nos aconsejará cómo combatir y desterrar de nosotros ese pretexto que se convierte en un obstáculo y en nuestro enemigo: la “falta de tiempo”. No permitamos que este adversario y los claustros que hayamos edificado (laboral, profesional, científico, intelectual, académico, técnico, maestro, doctor, organizador, catedrático, directivo, etc.) nos hagan sentir como un extraño en nuestra propia casa.
Esos claustros que son tan iguales –entre sí- en este asunto
de la disponibilidad de tiempo, que siempre están necesitando todo el tiempo
para ellos y a otras actividades se lo escatiman, argumentando que necesitan
más tiempo para ellos.
Al hacer a un lado a estos “claustros” momentáneamente,
podremos localizar a ese amigo entrañable, a ese que se nos ha escondido
durante muchos meses, y quizás años, el “tiempo libre”.
Posteriormente presentaremos las posiciones teóricas que se han manifestado, para comprender lo que el tiempo libre, el tiempo social y el de ocio, han significado para el ser humano, a lo largo de diferentes épocas (Post futuro EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE. PARTE II).
Una pregunta que deberemos hacernos regularmente es: ¿En qué
actividad voy a utilizar o a perder el tiempo? Desde luego que ello no lo
podemos saber a ciencia cierta. Deberemos por esa razón separar los tiempos que
le dedicamos a los “claustros” para conocer en cuáles de ellos lo utilizamos y
en qué medida. Así como evaluar el resultado de cómo nos sentimos al aprovechar
nuestro tiempo en ellos: ¿Felices, infelices, satisfechos o insatisfechos?
Ahora bien, ya que nos hemos dado cuenta que esa parte del tiempo que requerimos está ahí, siempre ha estado ahí, logremos su disponibilidad hacia nosotros, en las actividades cotidianas, erradiquemos de nuestras vidas ese “grillete”: convencerme de que no existe una falta de tiempo, y así podamos dedicar 30 o 60 minutos a desarrollar una caminata, que al combinarla con las actividades estructurales del sistema WALK-RWD (leer, escribir y dibujar), nos impulsarán a otros niveles de satisfacción, concienciación y creación.
Busquemos inmediatamente, y sobre todas las cosas, el encuentro con el “verdadero” tiempo libre. Hagamos de esta búsqueda una oportunidad vital.
Tengamos presente que existen necesidades que no podemos eludir satisfacerlas, como son el trabajo para obtener una remuneración para el sustento, la atención a nuestra familia, compromisos sociales, desarrollo cultural y educativo, y otras más; también existen ciertos condicionamientos que nos obligan a desarrollar ciertas actividades de modo inconsciente, como es el disponer nuestro tiempo libre para entretenimientos, deportes, televisión, que debemos al menos tomar conciencia de ello, y por último, debemos tener en mente que debemos tomar acciones concretas por aquello que nos apasiona –o buscar apasionarnos- pues de ese modo podremos ayudarnos nosotros mismos a tener tiempo de sobra.
RECOMENDACIÓN: Una forma concreta para poder utilizar
nuestro tiempo libre, y lograr que no nos falte tiempo, es mediante la
elaboración de un programa específico, diario o semanal, donde se pueda apreciar
claramente los distintos períodos, holguras, duraciones, actividades regulares
y cíclicas, tiempos laborales, actividades familiares, etc., a fin de poder
esquematizar perfectamente el tiempo libre que se dispone, donde se podrán
desarrollar todas aquellas actividades que con libertad la persona puede
asignarle la jerarquía e importancia para sí misma, y que desde luego debe
incorporar el sistema WALK-RWD, donde podrá alcanzar su libertad leyendo,
escribiendo y dibujando, mientras camina.
Una premisa para elaborar este programa es abandonar los mecanismos que utilizamos en el trabajo mismo y que nos controlan completamente. Evitemos que ese programa sea una prolongación del trabajo o consecuencia del mismo; impidamos que se convierta en un residuo de él. Lo primero que debemos realizar es quitarle lo obligatorio a la aplicación del sistema WALK-RWD; únicamente deberemos buscar la forma de llevarlo a la práctica con gusto, con pasión. Creo que siempre podremos encontrar tiempo para desarrollar actividades que nos apasionan.