El título de este post obedece a que, hace unas semanas, bailando un poco de tap tap con una selección de canciones, un poco antigua, me percaté de que varias de ellas que tengo grabadas para realizar algunas secuencias de este baile, tienen en su letra esta frase “Caminando bajo la lluvia”. Y pareciera increíble que, hasta esta navidad de 2019, no haya reparado en estas canciones -que toda mi vida he bailado- tengan una relación con el blog de caminar.
Quisiera mencionar que tengo dos libros donde he podido transmitir este baile ejecutándose al mismo tiempo con la poesía y con la plástica; uno de ellos es Tap tap y Poesía y el otro es Tap tap, Plástica y Poesía, y en los dos intento transmitir mi experiencia de crear música con la percusión del Tap Tap para armonizar la Poesía y la Plástica, conjuntamente, en una armonía tri-artística. Subrayo que no utilizo ninguna música comercial, sino que fundamentalmente musicalizo con la percusión del sonido creado por el baile de Tap tap.
No obstante esta forma de prescindir de la música comercial, ahora encuentro varias melodías, repito, con la frase de caminando en la lluvia, lo que me sorprendió verdaderamente y decidí hacerlos partícipes de esta sincronicidad (Post LA LECTURA Y LA SINCRONICIDAD-PARTE I, y el Post futuro EL SISTEMA WALK-RWD Y LA SINCRONICIDAD-PARTE II), pues verdaderamente me llena de alegría ser partícipe en estos encuentros.
Una de ellas es Houston, cantada por Dean Martin
Otra es Just walking in the rain, cantada por Johnny Ray
Otra más es Cantando bajo la lluvia, cantada y bailada por Gene Kelly (Singing in the rain)
Y la última es Caminando por el lado soleado de la calle (On the sunny side of the Street) cantada por Frankie Laine, una situación totalmente contraria a las anteriores (los rayos solares), pero dentro del contexto de caminar.
No tiene otro propósito más que el comentar que mi inclinación por el baile y el caminar, me han conducido a esta sincronicidad, que me anima (estimula) para intentar investigar y experimentar más sobre lo interesante –y posiblemente saludable- que podría ser caminar bajo la lluvia.
Ya en el post CAMINAR DESCALZO, PARTE I, había comentado lo siguiente: “Caminar descalzo sobre distintos tipos de suelo son experiencias que debemos tenerlas, todos y todas. Prácticas tan inesperadas y sorprendentes como la de –aprovecho la oportunidad de decirlo- caminar bajo la lluvia”; sin embargo, no había considerado tan importante el desarrollar esta opción, que puede resultar trascendente. Voy a tomar en cuenta este comunicado de mi inconsciente y procederé a investigar y experimentar más esta alternativa.
En el Post LOS ANTIGUOS MAYAS Y SUS CAMINOS BLANCOS PARTE I, he comentado sobre los arcos monumentales y los caminos blancos; decíamos que los antiguos mayas asociaban a esos arcos rituales con el fenómeno del arco iris, simbolizando el gran umbral de la bóveda del cielo, siendo las puertas celestes, que conducían las obras humanas hacia el espacio de lo divino; ese umbral era a la vez un arco y un camino, porque unía al reino celestial con la tierra con el elemento LLUVIA, siendo esta el flujo celeste que inseminaba a la madre tierra, otorgándole vida y nuevos seres que germinarían en sus entrañas. Además decía: “Este binomio artístico arquitectónico cultual ‘camino blanco-arco monumental’ de los antiguos mayas nos permite conducirnos a través de un derrotero espiritual que atraviesa un portal del tiempo para adentrarnos en los distintos momentos que ese pueblo milenario tuvo que recorrer en sus periplos cotidianos, así como cruzar cada arco como umbrales espirituales para utilizarlos en tan diversos usos artísticos y constructivos”.
Aunque eventualmente he experimentado caminar con algo de lluvia durante el día, y además por las noches con “lluvia en forma de rocío”, no tengo muchas experiencias conscientes sobre este caminar bajo la lluvia.
Todo indica que debo tomar más en cuenta esta singularidad de caminar, bajo las circunstancias de hacerlo bajo la lluvia.
Así pues, empezaré a investigar sobre esto pero sobre todo experimentaré las distintas opciones de caminar bajo la lluvia, e independientemente de ello, yo los invito a experimentarlo de inmediato y démosle más fuerza y poder, a través de esta absorción de energía por el contacto de nuestro cuerpo con la lluvia, a la mente y al espíritu.
Existen diferentes intensidades de lluvia, y por supuesto que tendré que seleccionar lluvias tenues que no me vayan a provocar alguna incomodidad.
Considero que no es nada difícil definir en cuál tipo de lluvia por su intensidad deberemos poder caminar sin complicarnos.
De acuerdo a la forma de manifestación de la lluvia, podremos salir a caminar en períodos de rocío y llovizna. También seguramente, de acuerdo al género de la persona (masculino o femenina) y a las edades de cada una, en lluvia que le llaman “Líquida”.
Lo que no es aconsejable es salir a caminar durante “Chubascos”, desde luego, menos con lluvias más fuertes.
En general, lo recomendable es con intensidades con lluvias de tipo débil (menores a 2 mm/hora o 2 pulgadas/24 horas) y también con lluvias moderadas (de 2 a 15 mm/hora o 2 a 15 pulgadas/24 horas). A partir de este nivel de precipitación, mayores a 15 mm/hora (o 15 pulgadas/24 horas), LLUVIAS FUERTES, ya no es aconsejable.
No es fácil saber a qué se refieren con estos números con lo que miden la precipitación pluvial, ya estando bajo la lluvia, pues no podemos medir estas intensidades; sin embargo, por ello sólo tenemos que tener en mente: cualquier nivel de lluvia que nos haga sentir incómodos o con riesgo, no salgamos a caminar. Por otro lado, la experiencia de caminar bajo una llovizna tenue es muy agradable.
Deberemos experimentarlo para conocer qué repercusiones directas (reales y evidentes) tiene la lluvia sobre el organismo, las sensaciones que provoca, cómo responden nuestros sentidos, y cuáles son los efectos mentales y emocionales (niveles de satisfacción y bienestar) que genera una pequeña caminata bajo la lluvia. Es algo que no acostumbramos realizar, salgamos a caminar un día con una ligera llovizna.