EL CAMINAR Y LA ELECCIÓN DE LA SOLEDAD. PARTE II

En esta Parte II del post El caminar y la elección de la soledad, expondremos los diferentes estados anímicos que la sociedad genera en la psique del ser humano, en la actualidad, y los beneficios que se logran al introducirnos al umbral de la soledad, mediante la aplicación del sistema WALK-RWD.

En forma concisa, podemos señalar varios efectos anímicos que la sociedad actual (ciudad, familia, oficios y profesión, falta de dinero y de trabajo, carencia de ejercicios físicos, sedentarismo) provoca en la psique del ser humano y en su respuesta físico-corporal:

  • Rechazo
  • Absorción, enajenación
  • Estrés
  • Presión
  • Turbación
  • Trastornos emocionales
  • Agotamiento, apatía
  • Tristeza
  • Pesimismo
  • Nostalgia, melancolía, añoranza
  • Miedo
  • Culpa
  • Desilusión, desesperanza, decepción, desesperación
  • Aflicción, abatimiento, aburrimiento, tedio, desgano
  • Desaliento, desánimo, apatía, hastío
  • Fastidio, indiferencia, indolencia
  • Disgusto, enojo, irritación
  • Aversión, hartura
  • Aborrecimiento, hostigamiento, enfadamiento
  • Impaciencia, exasperación
  • Indignación, frustración
  • Angustia

Algunas de estas manifestaciones son indicios de problemas más serios, y que muy probablemente, el recurrir periódicamente a un “descanso en soledad” le pueda ayudar a prevenirlos y corregirlos en cierto grado.

OBRA # 1068-SAX-1-ANDANTE en MI-nueto

Regresando al primer estadio, la sugerencia que hago requiere de la práctica; solo así podremos disfrutar de ese paraje, de esa roca, de ese paisaje, de la soledad, de estar solo, casi completamente solo. Únicamente así se puede entender lo que significa estar en los 2 estadios en los que el ser humano puede gozar de sus 2 modos de sentir la vida, de disfrutar su existencia: acompañado y en soledad.

Además que es probable que en ese estado de soledad, únicamente han sido sus ojos, los únicos que han apreciado ese espacio, ese paisaje, esa vista panorámica, y esa experiencia puede ser muy valiosa para el caminante.

Esa búsqueda de soledad con nosotros mismos, se recomienda, al igual que las caminatas, por un período breve, de 1 a 2 horas. No estamos, ni mucho menos, sugiriendo que se lleven a efecto como las recomendaciones de retiros espirituales por 1 semana o más tiempo. Los resultados que obtenemos son muchos más reconstituyentes pues no dejamos de estar en contacto con la sociedad que nos ha propulsado a alejarnos de su relación. El entrar en contacto con la soledad de modo recurrente, medido y constante, nos permite obtener sus beneficios de modo habitual y reiterativo, lo que lo hace verdaderamente revivificador y sanador.

Desde luego, lo que estamos demostrando y logrando con esta recurrencia con lapsos breves, mediante el caminar en soledad, es que definitivamente no estamos respondiendo a un llamado del consciente -o del subconsciente- de “huir”. Una huida que por lo general es motivada por los mecanismos absorbentes y avasalladores de la sociedad, el trabajo y la familia, entre otros. Desde luego, esta necesidad de “huir”, es un proceso de desorden emocional, que por lo general está inconsciente en nuestra mente y aparentemente deseamos resolver toda la problemática existencial generado por ese binomio “libertad-soledad” que hemos señalado brevemente en la primera parte (EL CAMINAR Y LA ELECCIÓN DE LA SOLEDAD. PARTE I). Estamos seguros que dejando escapar esa presión de manera periódica, a través de “soledades recurrentes” podemos dejar de buscar una “huida” inconsciente y alcanzar una tranquilidad plena.

No nos dejemos absorber por esos estados confusos que se generan con el binomio libertad-soledad, que bien expresan ciertos analistas. El caminar puede disipar ese estado de confusión, ya que puede resultar un verdadero “hacedor de la soledad” para disfrutarla y permitirle operar en un sentido benéfico.

El sistema WALK-RWD puede armonizar los dos estadios en que se manifiesta la soledad, ya que sus actividades intrínsecas crean de manera conjunta, un mecanismo de soledad, que se instala por sí mismo en su propio espacio y su tiempo natural.

Tenemos la obligación personal de buscar nuestro círculo virtuoso de SOLEDAD a fin de descubrirnos nosotros mismo: Lo que somos y lo que deseamos ser. (Post ¿QUIÉN DESEO SER? ¿QUIÉN SOY?)

Es importante sustraernos en ese mecanismo de soledad, mientras caminamos, porque son diversos los beneficios que se logran al entrar en ese umbral, que precisamente pueden corregir de modo efectivo los distintos estados emocionales negativos que hemos señalado, y que la sociedad genera en el ser humano; a saber:

  • Es creadora de ideas
  • Fomenta la inspiración
  • Impulsa la reflexión
  • Es edificante y estimulante, pues se acompaña, si así lo deseamos, del silencio
  • Genera y estimula el diálogo con nosotros mismos; y en ese mecanismo nos permite ser más auténticos, ya que en el inconsciente de nosotros habita la verdad.
  • Sanadora del estrés, de la ansiedad, la angustia, la incertidumbre, la intranquilidad y la impaciencia.
  • Renueva las energías del cuerpo y de la mente
  • De modo natural, estimula la catarsis, lo que nos permite eliminar las sobrecargas emocionales.
  • Nos enseña a lograr ser felices también en ese mismo estado de soledad, por lo que tomamos conciencia de que no necesariamente necesitamos estar rodeados de multitudes para ser felices.
  • De la misma manera, nos enseña ciertos caminos para permitirnos comprender, tolerar, digerir y aceptar nuestras penas y tristezas, sin que necesitemos para ello estar rodeado de personas, y ello nos enseña a ser más tolerantes y comprensivos con nuestras aflicciones.
  • Nuestras verdades se anidan en nuestro inconsciente, en ese interior sano profundo, y las podemos extraer y develar, tranquila, en silencio y llanamente en la soledad, en un diálogo con nosotros mismos.

Todos estos efectos consiguen, en el ser humano que se logra sustraer en la soledad, corregir los diversos estados anímicos en los que nos vemos inmersos cotidianamente por la sociedad que nos avasalla y nos asfixia.

Un elemento adjunto a la soledad es el ocio. Este es un factor importante que podemos asociar, según ha sido analizado por expertos, a ese estadio que logramos al conseguir la soledad individual y que en ocasiones buscamos en y con libertad y encontramos para descansar y recuperar la energía perdida, pues le permite al ser humano el desarrollo de la personalidad, la satisfacción del sí mismo y la autorealización.

Como he señalado en el Post EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE-PARTE II, el ocio se realiza dentro de la disponibilidad del tiempo libre pero que el ser humano lo lleva a efecto con una libertad absoluta para elegir las actividades que él prefiere, que a él le gustan, y que no están dentro de esas necesidades, obligaciones y condicionamientos, conscientes o inconscientes, que se dan dentro de esos ambientes de compromiso y bastante abrumadores. El ocio es un comportamiento natural y vital del ser humano, en el que siente una libertad para hacer o inclusive para no hacer nada, pero no es sinónimo de pereza, negligencia, indolencia o desinterés, o perder el tiempo.

El ocio es poder tener conciencia plena tanto de gusto y de disfrute, como de la libertad; es un concepto más cualitativo que cuantitativo y cada individuo deberá realizarlo según sus apetencias y gustos, y siempre de acuerdo a su esfera y escorzo intelectual de libertad. (Post CAMINANDO A TRAVÉS DE LOS ESCORZOS DE LAS CALLES).

Podríamos señalar, que el no hacer nada y estar en completa soledad, podría caer dentro del cesto (canasta) del ocio, puesto que eso es lo que desea realizar esa persona, estar solo y no hacer nada.

El individuo que puede disponer de tiempo de ocio y además sabe -domina- estar solo y disfruta de la soledad, tendrá capacidad emocional para integrarse saludablemente a la sociedad; y por otro lado, el que puede y logra disfrutar de la soledad, podrá llegar a conocerse a sí mismo y también comprender el medio social en el que está inmerso. Por ello, aquella persona que se siente bien consigo misma, confía en su propio sentir y busca la soledad ocasionalmente, está apta para incluirse formalmente en la sociedad.

Concentrémonos en aquellas actividades que podemos desarrollar en soledad en la secuencia que proponemos en el post mencionado, de ordenamiento, disposición y utilización del tiempo libre y del ocio (Post EL CAMINAR Y EL TIEMPO LIBRE-PARTE II) ¿Cuáles se pueden practicar en soledad? Algunas de nuestras actividades de ocio las desarrollamos mejor cuando estamos solos. ¿Hasta dónde buscamos la soledad para llevarlas a cabo, consciente o inconscientemente?

Vayamos a caminar, agarremos de la mano a la soledad para no estar completamente solos y constatemos todas sus sensaciones y beneficios. O bien, dispongámonos a experimentar esa lectura recoleta, esa que se realiza de una manera solitaria, mientras estemos caminando.

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