LA SELECCIÓN DE LOS LIBROS

Al inicio es muy recomendable elegir aquellos libros que nos apasionen pues serán un atractivo y un mecanismo motivador para caminar y para desarrollar las otras actividades.

Para la lectura es recomendable seleccionar los libros que tengan un interés para nosotros, pues si nos esforzamos en ello, quizás no alcancemos el interés necesario y lo veamos como obligación, como cuando sentimos que tenemos que cumplir con algún programa de estudios insoslayable.

Debemos tener conciencia que cuando estemos dispuestos a caminar con un amplio interés en ello, podemos seleccionar algún tipo de lectura no tan atractiva, sin embargo, deberemos tener mucho cuidado si elegimos algún libro que nos provoque rechazo.

El sistema en sí, logra que la lectura y la escritura sean más agradables, disfrutables y satisfactorios, y por lo mismo, menos difícil de llevar a cabo esas dos actividades. Realizarlas, mientras se camina, las transforma  -la lectura y la escritura-  en parte de nosotros mismos.

Para las primeras caminatas, podemos recomendar libros sencillos, como:

  • Libros de apotegmas, poesía, frases célebres, o algo parecido
  • Aquellos libros que siempre hemos querido leer
  • Libros no complejos, ni difíciles
  • Libros no de gran tamaño, ligeros, de pocas páginas. No como los que se observan en la obra adjunta No. 125 “Infinitos” (acuarela, 1.10 x 0.70 m.). Esta obra se inspiró en un poema titulado: “Un libro a tiempo”.

Es el arte de ser uno mismo a través de la lectura, la escritura y el dibujo, mientras se camina.

POEMA: “UN LIBRO A TIEMPO” Al verte así solitario y aislado un libro es el que habría de acompañarte, es el mejor amigo acércate a él aférrate a su destino y escúchalo óyelo en silencio y en voz alta también, tiene muchas cosas que decirte podrá conducirte por caminos desconocidos, y así tu otro compañero, ese que se hace llamar tiempo podrá disfrutarlo de igual manera; los tres tendrán algo que decirse, aférrate con tus manos a ellos, y de vez en vez deja que los dos te sostengan y caminen juntos, pero perderlos de vista, jamás, dibújalos en tu mente y siempre tenlos presente.                    & Rehuir la lectura de un libro es como el sueño perdido en la noche anterior, no podrás nunca más disfrutar ese placer, se habrá ido para nunca retornar, no podrás compensarlo pues el amigo común se lo habrá llevado, bien ocúpate de ambos que no se suelten de la mano estréchalos tú mientras puedas.

OBRA # 125-INFINITOS

LA CONTEMPLACIÓN DURANTE LA CAMINATA

La contemplación es una actividad que podemos practicar cuando sintamos el deseo de hacerlo, su necesidad imperiosa para llevarla a cabo o bien cuando las otras actividades nos hayan saciado. Si la lectura y la escritura, en cualquier día que hayamos decidido caminar, no son muy atractivas, pensemos que podemos realizar esa caminata con el propósito únicamente de contemplar la naturaleza, en cualquiera de las siguientes opciones:

  1. Escenarios panorámicos
  2. Animales salvajes
  3. Flores y plantas silvestres
  4. Colores de la naturaleza
  5. Aspectos geológicos
  6. El cielo y las nubes
  7. Y decenas de otras cosas más

Esta actividad de la contemplación funciona con nuestra intimidad, pues nos permite dialogar plenamente con nosotros mismos, con nuestro ser interior, al estar siendo acompañados únicamente por la naturaleza, en un estado de intimidad y recogimiento, como si nos aisláramos para acompañarnos únicamente por la señora naturaleza.

Para este tipo de caminatas les recomendamos llevar consigo una cámara fotográfica, para realizar algunas tomas que así se deseen.

Tratemos de dejar descansar a la conciencia, a la razón, al raciocinio, a la reflexión, y a todas las otras funciones que se desarrollan enteramente por el cerebro. Dejemos hacer su parte al inconsciente; este nunca descansa, siempre está activo, nunca se cansa. Seamos únicamente contemplativos.

EL CAMINAR, LA MEDITACIÓN Y LAS ONDAS CEREBRALES

Contra algunas opiniones que se esgrimen sobre el cómo lograr la meditación, este sistema integral de caminar no necesariamente requiere de esas condiciones y requisitos.

Aquellas recomiendan estar en una posición confortable y de reposo; en un lugar agradable, de preferencia en un cuarto aislado, para lograr que esté silencioso y apacible; y poner la mente “vacía”.

Con el sistema de leer, escribir o dibujar mientras se camina, podemos alcanzar esos mismos niveles de abstracción, concentración y relajamiento, es decir, una meditación plena, pero todavía se va más allá. No necesariamente tenemos que recurrir a cuartos cerrados, sino todo lo contrario; tampoco deben realizarse indefectiblemente las caminatas en un ambiente apacible y silencioso, aunque el no contar con esto último puede ser generador de distracción; y la posición no es precisamente de reposo, sino erguido y caminando, siempre caminando.

La meditación -y así mismo sus componentes principales-, no es un estado donde tengamos que poner la mente “vacía”, sino que la ponemos a trabajar concentrada, en tópicos muy concretos, que para el que medita son tan apasionantes  -o pueden llegar a serlo-  que los abstraen de todo y sienten que flotan en el “no espacio” y en el “no tiempo”; en otras palabras, nos sustraemos del medio circundante, pues nuestra mente y nuestros 5 sentidos físicos y los espirituales se abstraen (de la realidad inmediata), y se enfocan, reflexionando y sintiendo, respectivamente, en ese tópico, tema o actividad simultanea al caminar, que nos apasiona.

MEDITACIÓN - ONDAS CEREBRALES

Tengamos presente que la meditación no es únicamente alcanzar la relajación. El caminar asociado al leer, o escribir o dibujar, nos permite producir las ondas alfa pero también las theta. La ondas alfa están asociadas a la relajación y a otros estados más de atenuación de conciencia (menor racionalismo), mientras las theta son aquellas que se generan en nuestro cerebro cuando logramos colocarnos en una calma profunda y la conciencia del tiempo y el espacio se pierden, son las ondas que se establecen y se implantan –con organización-  en la mente cuando hacemos contacto con nuestro inconsciente, pero seguimos con una conciencia aparente, es decir, nuestra atención se relaja y nuestras ejecuciones físicas y mentales no se gobiernan con las acciones racionales, de tal manera que nos colocamos en un estado hipnagógico: caminamos y no nos percatamos de ello, leemos y tampoco sabemos que lo realizamos, y cuando despertamos de ese estado, tomamos conciencia que hemos caminado 5-6 millas y leído 10-15 páginas de un libro.

Por este estado que se alcanza mediante el caminar de modo integral, es que he recomendado en posts anteriores que se debe tener mucho cuidado de realizar este tipo de meditación activa en entornos donde pueden tener contacto con automóviles, bicicletas, y otro tipo de vehículos, sino que se debe realizar en lugares seguros, habituales y bien conocidos.

Los invito a leer esta otra publicación que escribí sobre el tema: SE LOGRA EL ÉXTASIS DURANTE LA CAMINATA.

JUSTIFICACIÓN DEL SISTEMA

Sí, sí se puede leer y escribir, mientras caminamos, no es una quimera; lo podemos lograr de una manera fácil. Tenga la seguridad que el lograrlo le cambiará el ritmo a su vida, y empezará a sentirse bien físicamente y satisfecho psicológicamente consigo mismo; solo deberá desarrollar su lectura y escritura, mientras camina.

El trasladarse, el pensar y el comunicarse, son tres funciones innatas en el ser humano.

El caminar es una de las formas que nos permiten trasladarnos de manera natural. Hay que tener siempre presente que el ser humano, desde que se irguió sobre sus dos extremidades inferiores, ha caminado; ésta es su forma innata y natural de trasladarse.

La lectura y la escritura son actividades que han evolucionado respondiendo a la cultura que ha creado el ser humano, para pensar y comunicarse entre sí, en diferentes formas hasta el momento presente.

El ser humano ha dejado su huella cultural, a lo largo de la historia, mediante la escritura, con el objeto de registrar la evolución de su pensamiento, el conocimiento y de comunicarse de una manera permanente, eficaz y eficiente. El caminar, como medio natural para trasladarse; el leer y el escribir, como medios naturales para aprender.