CAMINANDO A TRAVÉS DE LOS ESCORZOS DE LAS CALLES

La propuesta concreta es caminar en cualquier calle, que hayamos seleccionado previamente por algunos aspectos que deseamos observar y disfrutarlos directa y personalmente.

Ortega y Gasset utilizaba mucho el concepto de “ESCORZO” y por su inclinación especial hacia la filosofía por lo general se refería –considero yo- al escorzo intelectual o intelectualizado que las cosas presentaban en sus formas estéticas, metafísicas y doctrinarias.

Ortega y Gasset escribe algo sobre esto, aunque no le llama precisamente ESCORZO INTELECTUAL. El concepto de escorzo era un medio ideal para un modelo de perspectiva en donde el filósofo español intentaba resaltar cierto detalle (o varios de ellos) en su análisis sobre algún tema, inclusive lo utilizaba para contrastar algún elemento (o varios) del mismo, y afirmaba: “el escorzo es el órgano de la profundidad visual; en él hallamos un caso límite donde la simple visión está fundida con un acto puramente intelectual”. (Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote). Estoy muy de acuerdo en que se da en el límite sensible intelectual, sentidos y mente del creador plástico.

Con esto únicamente deseo enfatizar que podemos realizar algunas caminatas con el propósito de observar, durante ellas, ciertos elementos que conforman las calles. Es decir, llevar a la práctica ese escorzo orteguiano cuando estemos caminando dentro de la perspectiva de una calle. Lograr varias posiciones, durante nuestro caminar, para observar distintas perspectivas por las que podremos tener otras (disímiles) “expresiones urbanísticas, artísticas y estéticas”, y así mismo, captar distintas impresiones y sensaciones de una misma calle por la que hayamos decidido transitar.

Una vez que hayamos seleccionado la calle, dispongámonos a caminar sobre cualquiera de sus dos aceras, tomando conciencia de sus orientaciones cardinales. Según su orientación sabremos, en la época que hagamos el recorrido, cuál de ellas estará soleada o sombreada. Elijamos la que nos interesa en ese día (Post futuro EL CAMINAR Y LOS PUNTOS CARDINALES).

El propósito fundamental es el recomendar un “Diálogo Metafórico” Inter-ambiental con los elementos que nos llamen la atención al paso de nuestro caminar, en la calle, la acera, el sentido, así como todo el entorno que se ha elegido para desarrollar la caminata; mismo que estará refrendado por otros sub-objetivos específicos como es el motivo artístico (géneros plásticos, urbanos, etc.), o el de la esteticidad (de lo estético): belleza, fealdad, atracción o repugnancia.

Por ejemplo, a través de una de las calles dentro de la ciudad: las unidades que conforman el equipamiento urbano: una fuente, un monumento, un farol; mismos todos ellos que podrían despertar o estimular la imaginación; o los elementos naturales que encuentre en su recorrido. En cualquiera de estos casos, siempre se podrá iniciar un diálogo –en lenguaje figurativo- con ellos. Preguntarse qué podrían estarse cuestionando y/o respondiéndose; una ventana con las cortinas al aire, o aquella escalera sinuosa, o las lajas (baldosas) del piso.

Lo que usted perciba en este diálogo imaginaivo (ficticio) podría dar curso a cierto tipo de narración literaria. Si no es su intención escribirlo, de cualquier modo, el ejercicio lo estará orientando a despertar y desarrollar su sensibilidad, al otorgarle –imaginativamente- comunicación o vida ficticia a los elementos materiales inanimados –que desde luego no la tienen- y a percibir las posibles respuestas de aquellos organismos que sí la tienen, tanto del reino vegetal como animal, que se va encontrando a su paso.

Con ello, además de beneficiar a su imaginación, despertándola o incrementándola, estará favoreciendo su grado de conciencia en cuanto a aquellas cosas, que por lo general, le restamos o no le damos importancia.

Estos avances en los niveles de conciencia lo conducirá a un más claro y mayor conocimiento de sí mismo y de su entorno socio-ambiental, que lo conminará a continuar caminando.

Si está caminando en algunas calles de la ciudad, entonces podrá fijarse en sus respectivos nombres y ello podría impulsarlo a desarrollar un diálogo –nuevamente del tipo ficticio- con el personaje o con el concepto que le da el nombre al trayecto de su caminata en ese día, haciendo participar conceptos (como Libertad, Manantial, Cañada) o individuos (como Washington, Lincoln, Bolivar, Gandhi, etc.), todos ellos como personajes dentro de un esquema novelado que nos puede conducir a conocer nuevos perfiles psicológicos y estilos literarios (Post futuro DIALOGO ANACRÓNICO CON PERSONAJES LITERARIOS MIENTRAS SE CAMINA).

En los subsecuentes días que realice sus caminatas, podrá hacer usted dialogar a los personajes y conceptos que llevan por nombre las calles, con el fin de escribir esos diálogos alegóricos (ficticios) que le van a ir surgiendo en su imaginación, cada vez que las transite a pie y que desee hacerlo, lo que podrían constituir ¡por qué no! un pequeño relato creativo, de tipo literario.

Cuando menciono “Diálogo” no me refiero específicamente a que nos pongamos a platicar con los objetos, animales o plantas, sino que hagamos un esfuerzo para pensar qué significan para nosotros, qué hemos pensado que son o si han influido en nuestras vidas.

Por ejemplo, encontramos el nombre de una calle: Libertad; pensar o imaginar qué ha significado o representa este concepto para nosotros; ese “diálogo” será realizado con nosotros mismos, no con la placa del nombre de la calle. Si por ejemplo, nos encontramos con un gran silencio, cuestionarnos por qué se encontrará esta parte de la calle tan silenciosa; en sí, podremos conjeturar lo qué representa el silencio: ¿Es la ausencia de sonido? o ¿la presencia de un vacío? ¿Caminarán juntos los ruidos y los silencios?

En un instante que fijamos la vista hacia algún rincón de cualquier calle: ¿Cuáles colores son los que dominan? ¿Podrían los colores explicar nuestro estado de ánimo?

¿Se escucha el viento? Este es otro elemento que pasamos desapercibido, por lo general; busquemos su presencia.

Si está lloviendo: ¿Nos molesta? Podríamos cuestionar si es grato que el agua nos caiga sobre la cara. (Post CAMINANDO BAJO LA LLUVIA. PARTE I).

Podríamos caminar sobre la acera sin zapatos, pero … entonces nos diríamos que eso no es correcto; o quizás nos respondan nuestros pies: ¡Eso nunca lo habías hecho! ¿Nos sentiremos incómodos o sentiremos gusto por haberlo realizado? (Post CAMINAR DESCALZO. PARTE I).

Cualquier elemento que observemos podría invitarnos a reflexionar sobre él o sobre aspectos que pueden tener relacion. Por ejemplo: autos, bicicletas, nubes, iglesias, parroquias, tabernas, cantinas, vendedores ambulantes de todo tipo, tuberías de agua, albañales, arbotantes de luz, parques, perros, gatos, cualquier animal que veamos durante nuestro caminar por las calles. En mi libro Pueblo Quieto. Las caídas de la Libertad, intento ciertos diálogos metafóricos, en donde participan varias calles, dentro del desarrollo literario de la novela.

Lo importante es que disfrutemos nuestras caminatas por las calles y no sintamos que nos aburren y que al día siguiente estemos animosos a salir en una siguiente caminata porque encontraremos algo mas que nos animará a poner nuestros pies, calzados o sin zapatos, sobre el pavimento de las banquetas y las calles.

Ahora bien, es diferente caminar por las calles de una ciudad de día que por la noche. No sobra señalar que debemos tomar ciertos cuidados extra cuando caminemos de noche. Las configuraciones urbanísticas son distintas cuando se observan con la luz natural del día que aquellas que se generan con luz artificial. Muchas veces las sombras de la noche muestran formas vivas que de día se muestran muertas a nuestros ojos.

Hagamos un escorzo del tipo urbano-deambulante (urbano-paseante), que nos permita tener varias posturas estéticas-urbanísticas, durante nuestras caminatas por (en) las calles, (Post futuro EL CAMINAR EN UNA NUEVA PERSPECTIVA URBANISTICA) y disfrutemos la creación de esas perspectivas individuales e irrepetibles, que por lo mismo son expresiones originales de nuestra interioridad.

461. ESCORZO BAILARINA

Loya Lopategui, Carlos, Pueblo Quieto. Las caídas de la Libertad, EMULISA, México, 2015.

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