PROPÓSITOS Y MOTIVOS HABITUALES PARA ESCRIBIR

Es importante tener conocimiento de los propósitos y motivos del por qué una persona escribe, tanto en la manera propia e íntima como por las formas comerciales y lucrativos tradicionales, ya que el practicante de este sistema WALK-RWD, podría reorientar sus intenciones y aspiraciones. Ya he comentado en el post ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ ESCRIBIR? que en primera instancia, el escribir nos permite expresarnos nosotros mismos y eso sería un propósito suficiente, pues nos conduce a expresar de un modo más sincero nuestros sentimientos y pensamientos, sin ningún otro objetivo.

Por tal motivo, y aunque no es la intención de este blog de canalizar los esfuerzos por los escenarios comerciales y lucrativos, me permito, de una manera breve, describir esos distintos propósitos y motivos, para aquella persona que desee aventurarse por esos caminos de la escritura. Antes de ello, quisiera definir los vocablos “propósito” y “motivo”, porque entre ellos existe una línea delgada que los separa en sus acepciones. Propósito, según los diccionarios, es “Intención de hacer una cosa, fin u objetivo que se pretende alcanzar”; mientras que motivo, es “causa o razón que determina la realización de una cosa”.

Así, los “propósitos” tradicionales de por qué escribir son, de modo sucinto, los siguientes:

  1. Explicar y describir. El significado, valor o simbolismo de cualquier cosa, el cómo funciona o se desarrolla en el espacio y en el tiempo, por qué sucede. Por qué falla algo.
  2. Persuadir. Para realizar cualquier cosa, para que se crea en alguna situación, opinión o idea, o actuación, para realizar algo. Para convencer a otros sobre ideas personales acerca de algo o alguna situación o ideología, para convencer acerca de ciertos juicios personales sobre un libro, comida, imágenes, impresiones, afectos, etc. Para persuadir que se inscriban en algún curso, voten por alguna persona para un cargo administrativo o político, o que compren un producto o servicio que se está anunciando.
  3. Informar. Sobre el contenido de algo. Sobre un tema, asunto, hecho, datos, sensaciones, emociones, dolores, sentimientos, gente, eventos, sucesos y noticias de interés general.
  4. Investigar. Sobre algunas ideas, opiniones, cuestionamientos; para examinar qué tanto han cambiado tus ideas y las de otros individuos sobre un asunto en particular; para realizar preguntas que no tienen respuestas sencillas; y así compartir tus pensamientos, criterios y resultados, al reflexionar en tus escritos y hallazgos, con otras personas.
  5. Compartir. Comunicar tus ideas, pensamientos, reflexiones, juicios, razonamientos, consejos, advertencias, preocupaciones, meditaciones, especulaciones, sobre los temas, asuntos y tópicos importantes sobre los que tú has estado trabajando y que se vuelven más claros en nuestras mentes al escribirlos.
  6. Entretener y divertir. Estas actividades de entretener enseñando y divertir comunicando se pueden desarrollar como un propósito primario y único; sin embargo, también se pueden llevar a efecto de modo compartido, es decir, combinado con los otros 5 propósitos anteriores, además de ser utilizados para inducir a los lectores sobre cualquier tema considerado importante, haciéndolo con humorismo, jovialidad y un lenguaje ágil y creativo.
  7. Conocernos mejor a nosotros mismos. Al escribir dejamos salir a nuestro inconsciente y de esa manera somos más sinceros en lo que sentimos y en lo que pensamos.

Quizás una actividad que podríamos señalar como común denominador en los 7 propósitos anteriores, es el de enseñar, con sus sinónimos y derivaciones: educar, aleccionar, orientar, documentar e instruir.

Ahora bien, sobre los “motivos” del por qué se escribe, bien podríamos recurrir a lo que algunos escritores han expresado, como por ejemplo, George Orwell, en su momento mencionó que, dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, “creo que hay 4 grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos:

1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que le despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta. Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.

2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte, en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.

3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.

4. Propósito político, y empleo la palabra ‘político’ en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política. -Y termina diciendo: Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto … veo que he hecho parecer que mis motivos al escribir han estado inspirados sólo por el espíritu público. No quiero dejar que esa impresión sea la última. Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio. Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad”. Hasta ahí las palabras de Orwell sobre el ¿por qué escribo?

Queda en nosotros, validar cada uno de todos los propósitos y motivos que se han mencionado, en este y en otros posts. Lo importante es que deseemos caminar simultáneamente con las actividades de leer, escribir y dibujar, cuando sintamos el impulso de hacerlo.

Tarde o temprano nos daremos cuenta cuáles fueron nuestros propósitos y motivos para escribir, mientras caminábamos.

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