CAMINANDO CON LOS COLORES. PARTE I.

Cuando nuestros ojos observan los colores, existe una transmisión de impresiones al cerebro, el que a su vez las retransmite a los sentidos externos e internos, transformándose en sentimientos, sensaciones y emociones.

Existen 3 aspectos que deberemos comentar sobre los colores. Uno de ellos es el simbolismo que tiene cada uno de ellos, y que como imágenes mentales se han conformado en el imaginario colectivo, a lo largo de la historia de la Humanidad, como una reacción que le ha generado al ser humano, al verse excitado en sus sentidos externos e internos. El otro aspecto son los efectos mismos que le producen en sus sentimientos y emociones, durante su percepción física y mental. Y el tercero, se refiere a la inclinación o respuesta –positiva y negativa- que muestra sobre los colores por su carácter y personalidad. Los 3 aspectos están siempre relacionados intrínsecamente, y a veces se confunden. Sin embargo, trataremos de tener en cuenta esta diferenciación para los propósitos específicos del sistema WALK-RWD.

En mi libro Tap Tap, Plástica y Poesía explico someramente las cualidades o propiedades que tienen los objetos en general y los efectos que causan sobre el ser humano, así como las reacciones de este. Trataré de realizar una síntesis rápida.

Las propiedades o cualidades primarias (PI) son aquellas características inseparables a todos los cuerpos existentes en la naturaleza, como son su figura, su contorno, su tamaño, su extensión, su densidad, consistencia, número, movimiento, inmovilidad, peso específico. Lo más relevante de esta categoría es su permanencia, su casi total invariabilidad y su biunivocidad (entre cualidad y objeto).

Las cualidades secundarias (PII) también se les llaman cualidades sensibles; son los efectos que generan las cualidades primarias (PI) al contacto o relación –de cualquier tipo- con el espectador. Es decir, son las facultades que tienen los cuerpos de provocar en el ser humano impresiones sensoriales al impactar los sentidos. Por ellos su clasificación responde a los cinco sentidos: gusto-sabores, olfato-olores, vista-colores, oído-sonidos, tacto-sentires. A diferencia de las cualidades primarias (PI), estas son sumamente variables, es decir, poco constantes.

Las cualidades terciarias (PIII) son las reacciones de los seres humanos en su relación con las cualidades primarias (PI) y secundarias (PII) de los objetos. Son las cualidades que se le atribuyen mentalmente –consciente o inconscientemente- a los objetos. Quizás se puedan considerar –en casos específicos- como proyecciones (reflejos) del propio ser ante el contacto- de cualquier tipo- con los objetos. Por ejemplo: una situación Buena o Mala, Justa o Arbitraria, Estridente o Armónica, Legal o Ilegal, Luminoso u Obscuro, Moral o Inmoral, etc. Como es obvio observar sobre este tipo de propiedades, cada individuo puede tener una forma y grado diferentes para reaccionar ante las otras cualidades del objeto en observación y apreciación.

Cuando las manifestaciones secundarias o sensitivas se generan ante nuestros sentidos se originan percepciones y podemos apreciar que esos sonidos son agudos, fuertes, bajos, etc., o los movimientos son rápidos, lentos, pausados, espaciados, etc., o bien, cosas bellas o feas, repugnantes o atractivas, agradables o insoportables (insufribles); o en nuestro caso específico que estamos analizando: esos colores son intensos, estridentes, brillantes, opacos, oscuros, resplandecientes, etc. En general, todos ellos son estados de reacción consciente e inconsciente, además de lo captado y experimentado por nuestros sentidos físicos.

Cuando hablamos del caminar -en general-, decimos que valoramos o le damos un valor o una función a estas cualidades o reacciones del 3er grado, y en el sistema WALK-RWD nos permiten identificar las acciones que hemos mencionado y explicaremos a continuación cómo se identifican y evalúan.

Cada color representa para nuestra percepción física-mental una distinta vibración para nuestros sentidos, tanto externos como internos (Post futuro EL CAMINAR Y LOS SENTIDOS EXTERNOS E INTERNOS). Aunque existe una relación biunívoca entre colores y sentimientos (emociones, percepciones e impresiones del tipo anímico), los efectos que generan –como ya se mencionó- pueden variar de una persona a otra. Esto lo podríamos definir con la siguiente declaración: La matiz de un color se relaciona con una combinación de sentimientos.

El sentido externo impresionado más directamente es el de la vista (Post futuro EL SENTIDO DE LA VISTA Y EL SISTEMA WALK-RWD) y se puede decir que a través de su captación, transmite esa percepción hacia los otros sentidos. Es decir, una vez que nuestro cerebro se ha impactado por las gamas (los espectros) de colores, este transmite sus impresiones a todo el organismo y también se ven excitados algunos otros sentidos como son el sentido del equilibrio (Post futuro EJERCICIOS SOBRE EL SENTIDO DE EQUILIBRIO, AL CAMINAR), el de la orientación (Post futuro EJERCICIOS LABERÍNTICOS DE CAMINATAS SOBRE EL SENTIDO DE ORIENTACIÓN), el sentido espacial (Post futuro EJERCICIOS SOBRE EL SENTIDO ESPACIAL MEDIANTE EL CAMINAR) y otros más.

Así que, el color es un elemento que tiene una influencia sobre el comportamiento humano y sobre las posturas del cuerpo.

Aunque sí existe una acentuada inclinación de un color hacia un sentimiento, no tiene exclusividad; es decir, el mismo sentimiento puede ser manifestado –en otra calidad e intensidad- por otro color; en otras palabras, otros colores pueden tener cierto nivel de representación hacia ese mismo sentimiento.

Lo único que podemos asegurar, en este contexto, es que cualquier color ejerce siempre alguna impresión física y mental sobre el ser humano, y por lo mismo, se puede considerar que tiene una simbología, que de hecho la tiene.

La variación de su efecto –de cualquier color-, está en función de varios parámetros, que se deben considerar al momento del análisis y evaluación correspondiente. Por un lado, cada persona responde de acuerdo a su carácter y personalidad, a su estado emocional y sentimental de ese preciso momento. La magnitud e intensidad del color es otro factor que se debe tomar en cuenta: puede ser la superficie muy grande o muy pequeña, donde se perciba el color que impacta la vista del observador. Otra particularidad es el objeto o el contexto ambiental donde se observa el color: no es lo mismo ver el mismo color azul del cielo, que pintado sobre la pared de un cuarto.

Dos características que se deben tomar muy en cuanta, es que -en términos generales- 1) los colores oscuros nos reducirán –en apariencia- el espacio donde nos encontremos; y los claros, lo aumentarán; 2) los colores “fríos” equilibrarán nuestros sentimientos y emociones, mientras que los colores “calientes” nos excitarán. Los colores típicamente “fríos” son: azul, gris, índigo, morado; y los “calientes” son: amarillo, café, anaranjado, rojo.

No hay duda de estos efectos que ejercen los colores sobre la naturaleza humana; sin embargo, pueden variar, como ya lo comentamos, según se presenten en combinación (unos con otros), con la intensidad de luminosidad, el objeto o escenario, y el propio observador.

Si desea revalidar, lo que a usted le provocan los distintos colores, simplemente enciérrese en un cuarto pintado completamente del color que desea corroborar su efecto; pero también escoja otro escenario en el mismo momento que realice el experimento, y sólo así podrá tener una valoración más aceptable y correcta.

Respecto al simbolismo, se dice que la representación de los símbolos  en la Humanidad siempre es la misma, debido a que son creados por el mismo inconsciente colectivo; por ello consideramos que en la gama de los colores podemos contar con una relación más o menos idéntica e inalterable desde tiempos inmemoriales, en su representación simbólica.

A continuación, de modo escueto, señalamos los significados simbólicos de algunos colores:

Amarillo: alegría

Rojo: fuerza e ímpetu

Anaranjado: amor y compañía

Verde: saludable y tranquilizante

Azul: diversión y apresuramiento

Blanco: ligereza

Violeta: transformación y cambio,

Café: tensión y resistencia

Gris: tristeza

Negro: pesadez

Estas significaciones son los efectos que generan los colores en la interioridad del ser humano.

Para completar la lista de colores respecto a su simbolismo y efectos que generan, podemos recurrir a cualquier manual para ello. Quizás sea importante analizar más profundamente este efecto de los colores sobre toda la naturaleza humana, sobre sus sistemas fisiológicos, sus órganos, sus sentidos (pulso, ritmo cardíaco, ritmo respiratorio, palpitaciones, dilataciones, etc.), sin embargo lo dejaremos para una segunda parte, si consideramos hacerlo convenientemente, aquí solo utilizaremos sus conocidos efectos por parte de la experiencia, sin llegar a su especificidad analítica y quizás química-fisiológica.

Respecto a la inclinación –positiva y negativa- que mostramos al tener el contacto consciente o inconsciente sobre los colores, es una herramienta fundamental para el conocimiento de nosotros mismos. Es decir, también podemos utilizarlos para conocer algunas de nuestras inclinaciones cromáticas que indudablemente representan tipologías en cuanto a la personalidad y el estado anímico, así como a sintomatologías, como pueden ser malestares físicos, alteraciones emocionales y síntomas neuróticos. Es decir, cada uno de nosotros tiene preferencia o predilección (inclinación positiva) por algún color, o varios, y ello nos muestra cierta afinidad o disposición hacia lo que los propios colores representan. Lo mismo podemos inferir sobre la repulsión o rechazo a un color o algunos de ellos. Tengamos presente que las manifestaciones del inconsciente y los deseos esenciales reprimidos en la conciencia están, en parte definidos, por esa gama de colores (ocultos o velados) de su preferencia (o de su negación). La gama pictórica de una obra plástica de un pintor, es una muestra evidente de su carácter, personalidad e inclinaciones a las que estuvo sujeto durante su creación artística. La obra habla por sí misma.

En suma, podemos asegurar que los 3 aspectos (simbolismo, efectos, inclinación) que hemos señalado, están interrelacionados cuando nos avocamos al análisis, a la evaluación y a la aplicación de los colores en cualquiera de las labores que desarrollemos, dentro del amplísimo comportamiento humano; toda la naturaleza humana frente a la gama de colores. De tal manera es esa amplitud, que su uso se ha expandido hacia las ramas de la medicina, la psicología y otras disciplinas de la ciencia y el esoterismo, que tienen relación con la salud, la curación de enfermedades, terapias de sanación, construcción y modificación de comportamientos, al usarse como mecanismo de sublimación (opinión pública), influencia en el inconsciente individual y en el colectivo (masas de poblaciones y grupos humanos), etc. Y por no dejar de mencionarlo, también se utilizan en el análisis y en el tratamiento de los hábitos conductuales de algunos animales, así como en sus prácticas y regímenes alimenticios y de apareamiento.

Específicamente, podemos incorporar esta estructura funcional a nuestro sistema WALK-RWD a fin de mejorarlo, buscando potencializar sus beneficios en cuanto a salud (curación y previsión)

La práctica del sistema WALK-RWD, como hemos venido señalando, produce diversos resultados –benéficos y positivos- en nuestra salud, comportamiento, actitudes, hábitos, creatividad, etc., mismos que pueden incrementarse y mejorar –o disminuirse- en función de los colores de que nos rodeamos. No es lo mismo caminar en la ciudad: la cual nos comunica una trama de colores grisáceos, que nos transmiten un estado de tristeza y pesadumbre, que caminar inmersos, dentro de la naturaleza: a través de un sendero “coloreado” y encauzado en un Parque Nacional, donde nos encontramos rodeados de plantas, arbustos y árboles, “pintados” del color verde. Aquí tendremos calma y tranquilidad; nos sentiremos relajados y saludables.

De esta manera, dependiendo de la emoción que deseamos sentir o combatir, es como habremos de seleccionar el escenario donde nos pondremos a leer, escribir o dibujar, mientras caminamos.

Para cualquier actividad de estas –o combinación de ellas- que deseemos realizar, habremos de tener conciencia de los colores que nos rodearán. Así mismo, para cualquier estado anímico que tengamos, previamente deberemos analizar los colores que nos favorecerán o empeorarán ese estado.

Por otro lado, resulta muy interesante, definir qué es el caminar, en cuanto a sus colores que lo representan. El caminar es la actividad natural del ser humano que se deriva de la combinación de calma, desequilibrio físico y avanzar. Un desequilibrio armónico.

¿Cuál es la gama de colores que resultan con ese simbolismo del caminar?

Resulta en un color que lo tipifican dentro del nivel de subordinados; está compuesto por un básico o primario, el rojo, por un secundario, el verde, y por un complementario, el violeta.

El verde representa a la naturaleza, lo normal, lo natural.

El rojo representa al fuego, al resplandor.

El violeta representa a la evolución, la renovación.

LOS COLORES REPRESENTATIVOS DEL CAMINAR

El verde tiene el significado simbólico de saludable y tranquilizante, trasmitiendo a quien lo observa un descanso y relajación.

El rojo tiene el significado simbólico de fuerza e ímpetu, transmitiendo a quien lo observa un estado de entusiasmo y pasión, de provocación y desequilibrio.

El violeta tiene el significado simbólico de transformación y cambio, transmitiendo a quien lo observa un estado de deseo de trasladarse y de avanzar en todos los sentidos.

El verde es un color secundario y sus orígenes provenientes del azul y del amarillo lo hacen rebelde a la participación de otros colores, siendo muy sensible a la luz artificial, pues cambia muy fácilmente con las variaciones de ella, situación diferente con la luz natural, pues permanece bastante firme a sus cambios (a sus variaciones). No obstante su inalterabilidad relativa, al combinarse con el violeta su significado simbólico resulta de transición. De la misma manera, resulta desequilibrante si se combina con el rojo. En el aspecto del equilibrio corporal físico, al combinarse con los dos, con el violeta y el rojo, resulta un matiz desequilibrante; sin embargo, en el campo mental, dentro del ambiente de la psicología aplicada, se le admite con significación equilibrante.

Su transmisión simbólica sobre la temperatura es de un nivel equilibrado y agradable para el cuerpo.

El color rojo es movimiento, es desequilibrio estabilizado; el verde es tranquilidad, es equilibrio y seguridad; el violeta transición, es avance.

El verde como composición lo usamos para reemplazar algunos elementos del entorno que hemos transformado, otorgándole el símbolo de lo sano, de lo normal, de lo natural; es por ello que al confrontarse con el violeta es cuando logra su mayor presencia.

En resumen, el caminar es la actividad del ser humano que se realiza contrastando el equilibrio, al transformar el entorno para nuestra propia armonía, relajación y contemplación; así mismo, confirmando la renovación y el cambio con la tranquilidad; y finalmente, imprimiendo el movimiento y el avanzar con la naturaleza; lo que en suma resulta muy saludable para el caminante, en todos los órdenes físicos y mentales, y fundamentalmente con una vitalidad suprema.

Cada quien puede buscar su propia inclinación de carácter y de su personalidad, pero siempre caminando, es decir, acompañándonos de esa gama de colores que siempre trae arrastrando el caminar. La conjunción de los tres, es el caminar.

Loya Lopategui, Carlos, Tap Tap, Plástica y Poesía. Bailando con Poemas y Colores, EMULISA, México, 2017.

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