SARUTAHIKO, DIOS DE LOS VIAJEROS EN EL ANTIGUO JAPÓN

Este es el segundo Post de la serie que he titulado Dioses y Diosas Protectores de los Caminos y Caminantes. Comentaba en el Post inicial, CAMINANDO CON HERMES, lo siguiente: La frecuencia en el número de divinidades (masculinas y/o femeninas) que una mitología tiene, está relacionado casi por lo general, con la importancia que se le da a la condición humana, fenómeno natural o categoría esencial del comportamiento (conducta) que representan. Mientras mayor sea el número de esa representación, mayor es la importancia que tiene en el imaginario colectivo de cada pueblo.

Sin lugar a dudas, todas las mitologías, cuentan con al menos una diosa o dios protector de los viajeros y los caminantes; y así mismo, podemos asegurar que el caminar (y sus derivaciones) es de las representaciones que tienen pocos dioses en sus mitologías, ya es que existen otras condiciones espirituales que son más complejas y que se les atribuye mayor importancia, por lo que se requiere un mayor número de divinidades para su representación.

El carácter sagrado que se le ha otorgado a los caminos y a sus cruces viales, en prácticamente todas las mitologías responde a diversas causas y costumbres. El factor religioso en la actividad de la protección divina de los caminos surge inicialmente con ciertas relaciones y circunstancias mágicas. Efectivamente, la magia descubre elementos que nos muestran esa costumbre sublime de las vialidades y los caminantes, que mueve a los pueblos a buscar en ella, acciones divinas. Ya hemos mencionado algunas cuestiones sobresalientes que tienen relación con la magia, en el post TÓTEM Y CAMINAR-PARTE I, ASPECTOS ANTROPOLÓGICOS; decíamos que: “El Totemismo, sin llegar a ser una religión, sentó las bases para la conformación de todas las religiones del mundo; fue el preámbulo espiritual de ellas. El totemismo fue una de las instituciones, además de la magia, la brujería, el espiritismo, y otras más, en la que el animismo (la creencia en el alma) se proyectó, en la que tomó forma y estructura para desembocar en la religión, siendo ésta la forma animista en que se encuentra actualmente la humanidad. La creencia en el alma y en el demonio está vigente, y todavía siguen siendo sus características principales, que han prevalecido hasta el presente. Ahora bien, cada una de estas 2 características, y otras, representan intentos de la capacidad humana de espiritualidad –el espíritu humano- de sustituir actos, actividades, acciones, prácticas, manifestaciones y funciones del ser que han menguado al paso del tiempo, o han sido trastocados por factores externos a él (medio ambiente físico y social,) o bien, por actos repetitivos de la conciencia humana misma, que los han suprimido en formas exánimes y que necesita recuperar por medio de otras representaciones (formas, prácticas, artes, ceremonias) sustitutas, que por lo regular no son análogas, sin embargo, otras son imitaciones que guardan similitud o equivalencia, o bien, se apoyan en manifestaciones expresivas homólogas en paralelo”.

Los caminos y algunos de sus puntos –principalmente sus bifurcaciones- contaban con una carga y un sentido mágico.

Comenté en el mismo Post: “De todos los caminos que hemos recorrido para analizar, investigar y obtener el conocimiento de las cosas que nos rodean, el que hemos dejado olvidado es la actividad humana de caminar. El análisis de su desempeño –del caminar- en el Totemismo nos conduce a develar ciertas (algunas) conductas religiosas en la sociedad actual. La renuncia al nomadismo (o apartarse de él) es el germen de la necesidad humana de “comunicarse” -espiritualmente- con los espíritus y posteriormente con divinidades”. Y finalmente aseveraba: “El caminar se conservó analógicamente como una práctica espiritual dentro del sistema Totemista. Esa necesidad imperiosa de andar errando, cuyos inicios tienen 2 millones de años, la logramos satisfacer espiritualmente al imitar a los animales en su caminar y con la danza; una danza rítmica y cadenciosa, que comunica con un compás percusivo a su cuerpo con el medio natural externo, de modo espiritual y somático: el Caminar Espiritual. Mientras más se acentúa el sedentarismo, mayor es la necesidad de pedir ayuda a los espíritus, a nuestra espiritualidad interior. El hombre primitivo de esas épocas, se inclina a invocar a los espíritus -a su espiritualidad- por su nuevo estado sedentario que le resta capacidad para tener contacto con su inconsciente y con otras funciones mentales. […]De aquí nace, pero sobre todo florece, una nueva forma de invocar a la espiritualidad humana, y quizás también, sea la génesis de la represión consciente de ciertos estímulos del medio exterior, con lo que se empieza a sustituir la creencia en el medio natural -a confiar en esa realidad objetiva- por los espíritus y muy posteriormente, con los dioses (religión).”

Efectivamente son bastantes profundas las causas por las que se nos orientó a definir diversas y numerosas divinidades en esta actividad natural del caminar del ser humano.

Todas estas manifestaciones y evoluciones al paso del tiempo, provocó en los distintos pueblos de la humanidad entera, esa necesidad espiritual religiosa de venerar a sus respectivas divinidades vigilantes de los senderos y protectoras de los caminantes.

Ahora bien, en la mitología japonesa, dentro de su panteón, figuran (dispone de) varias divinidades que se consideran patronos de los caminantes, viajantes, exploradores y andarines. En este post nos avocaremos a comentar sobre el dios SARUTAHIKO, debido a que por lo que he podido investigar, este dios se abocaba a vigilar los puntos de intersección de los caminos, los cruces o cruceros viales, las bifurcaciones, aspecto que lo hemos detectado en varios dioses de diversas mitologías que es verdaderamente importante, al igual que lo representó en el panteón de este pueblo, además de cuidar los caminos y a los caminantes.

Este aspecto de bifurcación se debe tomar con mucho interés, para su análisis, (disyuntivas, cruces, intersección, ramales, ramificaciones, divisiones, separaciones, divergencias, desvíos, ramificación, cruceros, ramal, desviación, ramas) tanto en el aspecto físico de la estructura constitutiva de los caminos como desde la perspectiva del comportamiento humano; y desde luego, el metafísico que nos da oportunidad de reunir a los dos anteriores. Para ello habré de asociarlo a la disyuntiva (opciones) del porvenir, a la oportunidad de varios futuros, o más puntual y definitorio: ¡de más de un futuro! (Post CAMINAR Y LAS OPORTUNIDADES VITALES).

No obstante, en lo que sigue trataremos de enfocarnos más específicamente en el comportamiento humano, tomando en cuenta los aspectos metafísicos bosquejados.

Respecto al por qué es importante analizar esta práctica del caminar respecto a la atención espiritual, mediante su representación con dioses y diosas, es doblemente relevante debido a que nuestra espiritualidad está dirigida a esta actividad natural de ser humano, porque tanto el inconsciente individual como el colectivo se orientan a atender únicamente a aquellas cuestiones que son esenciales para su existencia, y ello nos encauza a atender todas aquellas cuestiones que así se definan como importantes en esa esfera espiritual. Y por otro lado, a que una comprensión mejor del panteón divino de un pueblo, nos arrojará siempre aspectos relevantes de su comportamiento existencial, que en el caso del dios japonés SARUTAHIKO, nos conduce a que ese pueblo ha estado orientado a la confrontación de su forma de vivir, con las distintas opciones que la vida le pueda mostrar para elegir la mejor, en cuanto al futuro de su existencia.

En el otro aspecto, debemos comprender, desde el enfoque epistemológico y del comportamiento humano, que el sólo encontrar una bifurcación que nos dé 2 sendas en las cuales se pueda encontrar un futuro diferente, sería suficiente para buscar esa bifurcación. En el Post CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL. PARTE 3 DE 4, indico lo importante que es para nuestra experiencia el concepto de BIFURCACIÓN –señalo la probabilidad de observar una bifurcación que encontráramos en el sendero, nos pondría de modo metafórico ante la vida.-, y precisamente en esta parte III del Post, realizo una analogía con la vida cuando nos enfrentamos ante una bifurcación en el camino, lo que puede significar (esa importancia crucial) para nuestras vidas descubrirnos ante diferentes opciones y la difícil toma de decisiones, para encontrarnos frente a frente con nuestro sentido de vida, con nuestro destino, con nuestro futuro.

Siguiendo con la metáfora: ¿Qué es encontrarnos con una bifurcación en el sendero?

Primero antes que nada, la respuesta es que posiblemente nos hayamos equivocado del camino elegido o del sentido que elegimos transitarlo. Quizás debimos haber caminado en sentido contrario, y así no hubiéramos llegado a esa bifurcación.

Si estuviéramos en el camino correcto, no nos hubiera aparecido esa bifurcación. Pero quizás debamos adquirir esta experiencia y habremos de elegir una de las 2 opciones viales (o más) que tenemos. He ahí la gran experiencia. Es verdaderamente grandioso que tengamos objetivamente esa toma de elección. La gran mayoría de las veces, la “vida” no nos da esa oportunidad, o no lo vemos muy claro. Por lo general un alto porcentaje de nuestras acciones debemos realizarlas sin ninguna reflexión en la toma de decisiones. Todo está condicionado por el medio físico, social, familiar, amistoso, laboral, etc., en que nos movemos y desempeñamos.

Una “bifurcación” de cualquier tipo es una de las oportunidades vitales más relevantes que puede tener un ser humano en su deambular existencial (Post CAMINAR Y LAS OPORTUNIDADES VITALES), desgraciadamente, no siempre se nos presenta.

El pueblo japonés ha representado su respeto a los caminos por medio de su devoción a varios dioses, entre ellos, a su dios SARUTAHIKO, quien le ha impedido la entrada de los espíritus malignos y esencialmente protegen a los caminantes en las bifurcaciones, en los cruces viales. (Son varios los dioses que son venerados por estos atributos y poderes divinos).

La tradición japonesa incluye prácticas y rituales específicos para asegurar un viaje seguro, como el “ema” (En español se les llama “tablillas votivas” o “exvotos”. En japonés se les llama “ema”. En inglés se les llama “votive tablets” o “ema boards”), pequeñas placas de madera donde los fieles escriben sus oraciones y deseos, que se cuelgan en los santuarios.

Veamos las características más sobresalientes de este dios japonés:

Rol y atributos: Sarutahiko es conocido como el kami de la encrucijada, y su papel principal es actuar como guía y protector en los cruces (bifurcación) de caminos. Se le asocia con la orientación y la toma de decisiones en la vida, ya que los cruces (bifurcación) de caminos a menudo simbolizan momentos críticos donde se debe elegir un camino (Post CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL. PARTE 3 DE 4, y Post CAMINAR Y LAS OPORTUNIDADES VITALES).

Leyendas y mitos: Sarutahiko es mencionado en varios mitos japoneses. En uno de ellos, es el guía de Ninigi-no-Mikoto, el nieto de la diosa del sol Amaterasu, cuando desciende a la Tierra. En este papel, Sarutahiko lo conduce y lo aconseja en su viaje por la Tierra.

Aspecto y representación: A menudo se representa a Sarutahiko como un hombre mayor con una barba larga y una nariz prominente. También es común verlo con un bastón o vara que simboliza su papel como guía. Su imagen puede variar según las representaciones artísticas y las regiones.

Relación con otros dioses: Sarutahiko está conectado con la diosa de la tierra, Ame-no-Uzume, y juntos son considerados los padres de la diosa del arroz, Inada-hime. Esta conexión resalta la importancia de Sarutahiko en la fertilidad y la prosperidad agrícola.

Culto y adoración: A lo largo de la historia, se han erigido santuarios en honor a Sarutahiko en lugares que se consideran críticos o sagrados, como en los cruces (bifurcación) de caminos. Los peregrinos y viajeros a menudo rezan a Sarutahiko buscando orientación y seguridad en sus viajes.

A continuación presento ciertos pasajes mitológicos que resaltan la figura de Sarutahiko como un protector y guía de los viajeros en los diferentes caminos y desafíos.

1.            El encuentro en el cruce de caminos: Según la leyenda, Sarutahiko suele aparecer en los cruces de caminos para asistir a los viajeros perdidos o confundidos. Se dice que aquellos que están indecisos sobre qué camino tomar pueden invocar su nombre y él les mostrará la dirección correcta.

2.            La protección durante tormentas: En otra historia, Sarutahiko es invocado por un grupo de viajeros que se ven atrapados en medio de una tormenta furiosa en las montañas. El dios aparece ante ellos como un hombre de gran estatura con una linterna en la mano, guiándolos de manera segura hasta encontrar refugio.

3.            La ayuda en el bosque encantado: Se cuenta que un grupo de peregrinos se extravía en un bosque conocido por ser el hogar de espíritus malignos. Sarutahiko se les aparece como un anciano sabio y les ofrece su guía y protección, permitiéndoles encontrar la salida del bosque y continuar su viaje.

4.            La salvación en el cruce de ríos: En cierta ocasión, un comerciante se ve impedido de cruzar un río crecido por las lluvias recientes. Sarutahiko se manifiesta como un pescador y le ofrece su balsa para cruzar las aguas turbulentas de manera segura, asegurándose de que el comerciante llegue a salvo al otro lado.

5.            El auxilio en la montaña nevada: Durante una travesía invernal por las montañas, un grupo de viajeros se encuentra con una avalancha que bloquea su camino. Sarutahiko se muestra ante ellos como un montañista experimentado y los guía a través de un paso seguro, ayudándoles a evitar peligros y llegar a salvo a su destino.

En resumen, Sarutahiko desempeña un papel crucial en la mitología japonesa como el guía en los cruces (bifurcación) de caminos, ofreciendo orientación y protección en momentos decisivos de la vida y los viajes.

Y para terminar, quisiera insistir en recomendar que nos debemos poner a caminar pues cada caminata podemos utilizarla como una analogía que nos comunica físicamente con nuestro inconsciente, ya que al caminar por cualquier sendero, podemos utilizar cada bifurcación como una metáfora existencial que nos ilumine en nuestras propias decisiones circunstanciales. Ello nos ayudará a comprender mejor y a tomar decisiones en nuestras vidas y también a motivarnos para realizar caminatas diarias.

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