CUANDO EL MUNDO DEJA DE CAMINAR, EL SENTIDO COMÚN SE DETIENE

Este post es el primero de una serie en la que exploraremos la profunda conexión entre el caminar y el sentido común. A simple vista, podrían parecer conceptos ajenos, pero al analizarlos con detenimiento, descubrimos que caminar no solo es un ejercicio físico, sino también un acto de pensamiento, reflexión y orientación en la vida. Cuando dejamos de caminar, no solo perdemos movimiento, sino que también corremos el riesgo de perder claridad mental, perspectiva y, en muchos casos, sentido común.

Caminar: Una Práctica de Sentido Común

Si pensamos en nuestra evolución, caminar ha sido una de las acciones más esenciales y lógicas para la supervivencia humana. Nos ha permitido explorar, comunicarnos, trasladarnos y, sobre todo, pensar. Sin embargo, en la modernidad, el sedentarismo y la dependencia tecnológica han desplazado este hábito hasta volverlo casi una rareza en muchas sociedades. Lo que en otro tiempo era una acción obvia hoy es una elección consciente, casi un lujo. ¿No es paradójico que tengamos que recordar algo tan natural como caminar?

El sentido común nos dice que movernos es necesario, que el cuerpo está diseñado para ello, que nuestra mente se beneficia de la actividad física y que nuestros pensamientos fluyen mejor al ritmo de nuestros pasos (Posts EL EMPIRISMO O PENSAR CON LOS PIES; RITMO, COMPÁS Y CADENCIA EN NUESTRO CAMINAR). Sin embargo, millones de personas eligen ignorar este conocimiento básico, atrapadas en la inercia de la comodidad y la desconexión con su propia naturaleza.

Caminar como Herramienta de Reflexión

Históricamente, grandes pensadores han utilizado la caminata como un método para ordenar sus ideas. Kant recorría las calles de Königsberg con la misma precisión con la que estructuraba su filosofía. Nietzsche aseguraba que “los mejores pensamientos llegan caminando, es decir, cuando yo camino” (Post futuro NIETZSCHE Y LOS GRIEGOS EN EL CAMINAR). Aristóteles impartía sus enseñanzas mientras caminaba con sus discípulos, dando origen a la escuela peripatética (Posts CAMINAR Y LOS PERIPATETICOS; ARISTÓTELES Y SUS DISCURSOS DURANTE SUS CAMINATAS PERIPATÉTICAS).

¿Por qué esta conexión entre caminar y pensar? Porque el movimiento activa la mente. La caminata rompe la rigidez, permite la contemplación del entorno y nos da la sensación de avanzar, no solo físicamente, sino también en nuestras ideas. Es en el acto de caminar donde muchas veces encontramos respuestas, perspectivas nuevas y soluciones prácticas a problemas cotidianos (Posts EL SISTEMA WALK-RWD ESTIMULA EL PENSAMIENTO CREATIVO.PARTE I; y EL SISTEMA WALK-RWD Y EL RENDIMIENTO COGNITIVO).

La Pérdida del Sentido Común en un Mundo Estático

Hoy en día, el sedentarismo se ha convertido en la norma. La tecnología, en lugar de ser una herramienta complementaria, ha reemplazado muchas de nuestras funciones esenciales. La capacidad de tomar decisiones simples, de leer el contexto, de encontrar soluciones sin depender de dispositivos, parece haberse debilitado.

Cuando el cuerpo deja de caminar, la mente también se estanca (Post NO CAMINAR ES COMO CONVERTIRSE EN UN PANTANO). Se pierde la conexión con el espacio, con el tiempo, con la realidad tangible. El sentido común, esa capacidad de discernir lo lógico y lo práctico en la vida cotidiana, se ve afectado por la falta de movimiento.

Recuperar el Ritmo, Recuperar el Juicio

No se trata solo de hacer ejercicio. Se trata de recuperar una forma de vivir que nos haga más conscientes Post futuro MINDFULNESS Y EL CAMINAR, UNA SINERGIA PERFECTA PARTE 1 DE 3), más equilibrados (Post LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA WALK-RWD) y más lúcidos (Posts EL SISTEMA WALK-RWD ESTIMULA EL PENSAMIENTO CREATIVO.PARTE I; y EL SISTEMA WALK-RWD Y EL RENDIMIENTO COGNITIVO). Caminar es, en muchos sentidos, un recordatorio de lo esencial. Nos devuelve el control sobre nuestro propio desplazamiento, nos permite observar, pensar y sentir la realidad sin filtros digitales.

En los próximos posts de esta serie, exploraremos cómo caminar influye en la toma de decisiones, en la claridad mental y en la recuperación del sentido común en un mundo que parece haberlo perdido.

Reflexiones finales:

¿No sería de sentido común caminar más, en lugar de depender exclusivamente de vehículos? La respuesta sería titulada de la siguiente manera: Caminar como ejercicio del sentido común.

¿Qué tanto el caminar potencia nuestra capacidad de aplicar el sentido común en la vida cotidiana? Una respuesta sería bajo el título de: Caminar como un acto de reflexión y claridad mental.

¿Expresiones como “tomar el camino correcto”, “seguir un sendero lógico”, o “perder el rumbo” nos advierten que tomar decisiones con sentido común es similar a elegir una ruta adecuada al caminar? Su respuesta sería titulada: Varios senderos nos conducen al sentido común.

¿Cuántas veces hemos sentido que nuestro sentido común nos aconseja a dar un paseo lo que nos ayudaría a poner en orden nuestros pensamientos y tomar decisiones más acertadas? Una respuesta sería bajo el título de: El sentido común como “camino” en la toma de decisiones.

¿Será que la vida sedentaria y digital ha hecho que perdamos tanto el hábito de caminar como el uso del sentido común? La respuesta a esto sería: La desconexión moderna y la pérdida del sentido común.

Todos necesitamos respuestas, pero, por ahora, la mejor reflexión es simple: sal a caminar. Muévete. Recupera tu propio ritmo y observa cómo, paso a paso, el sentido común regresa contigo.

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