CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL. PARTE 1 DE 4.

Una manera de apreciar mejor y darnos cuenta de lo que puede representar el caminar en nuestra existencia es hacer una analogía metafórica de nuestros procederes y actitudes durante cualquier caminata que desarrollemos.

Ponernos a caminar es avanzar. Una caminata está compuesta de una cantidad muy grande de opciones y actividades simples.

Cada vez que nos disponemos a caminar, subliminalmente (inconscientemente) nos estamos indicando que vamos a avanzar en cualquiera de los caminos que deseamos hacerlo, en el emocional, físico, intelectual, en la salud, en la afirmación de la personalidad, creatividad, trabajo, amor, en la toma de decisiones, alegría, esperanza, dinero, fuerza de voluntad, seguridad en sí mismo, libertad, tranquilidad, pensamientos positivos, responsabilidad, y en cualquiera otra de las actitudes en las que deseamos fortalecernos, y desde luego, evolucionar.

Cada vez que damos algunos pasos más, recibimos nuevas experiencias, y cada uno de estos momentos son creadores a su vez de los siguientes pasos.

Cada paso que realizas está diseñado por los que le precedieron, y éste, al conjuntarse con los anteriores, le darán forma y sentido al siguiente, uno a uno; sin embargo, la conjunción de todos ellos le otorgará a la caminata una perspectiva hacia donde te estás dirigiendo. En la existencia de una persona, el conjunto de actitudes y de acciones representan la conformación del sentido de la vida, pues se estarán estructurando las experiencias que se tendrán en el futuro.

Debe mantenerse la atención en que las caminatas que nos propongamos realizar las debemos llevar a cabo con gusto, pues al igual que en la vida cotidiana, si nuestras sensaciones y pensamientos son negativos, el camino lo estaremos minando con situaciones también negativas. Un camino futuro lleno de piedras, hoyos, siempre será riesgoso y podemos tener tropiezos y caídas.

Sensaciones y pensamientos positivos y sanos, nos mostrarán caminos llanos y agradables.

Cada una de las piedras u obstáculos físicos con que te topas durante cada caminata, pueden representarse con las distintas actitudes o sentimientos propios con los que te conduces por la vida: temor, culpa, dolor, resentimiento, odio, y los 50 o más malestares que traemos cargando cotidianamente. A todos ellos los tenemos que evadir durante nuestro “caminar”.

Como decíamos, cada paso nos conduce por el camino que hemos elegido, y esos pasos podrán evadir las piedras y escollos con oportunidad, si permanecemos en estado de alerta.

Cada piedra puede provocarnos daño, de diferente manera. Rodeémoslas o brinquemos sobre de ellas.

La vida es un laboratorio donde nuestras actitudes que tenemos frente a ella y ante las demás personas, las estamos calibrando, y algunas de ellas las tenemos que eliminar de nuestro modo de ser.

Cuando repetimos nuestra caminata por el mismo camino o sendero, es una analogía a nuestro propio comportamiento existencial. Nos topamos con las mismas piedras, es decir, tenemos las mismas conductas dentro de nuestro ambiente circunstancial. Y todas ellas son la causalidad de una felicidad o un sufrimiento. Lo único que tenemos que considerar con vehemencia es que caminaremos por el gusto de hacerlo, es decir, de aceptarnos y amarnos a nosotros mismos.

Amo a mi cuerpo y por eso camino; me amo como soy y por eso avanzo en la vida.

Me gusta caminar, ergo, me acepto a mí mismo.

*****Cada paso que se da en el camino, es un nuevo principio y una nueva oportunidad.

*****Cada nuevo momento en la existencia se debe considerar como un nuevo inicio en la vida cotidiana.

Cada vez que realizo una caminata, siento que toda esa experiencia fluye dentro de mi ser. Todo camino que elijo ¿al azar? es fuente de respuestas y de soluciones.

El caminar es avanzar, lo que implica una dirección y un sentido.

El hecho de vivir no es sólo el hecho de estar vivo, sino que ello implica sentir, pensar, disfrutar, conocer, etc.

El tomar una dirección no necesariamente estamos eligiendo el sentido de nuestro caminar, podemos hacerlo en un sentido o en el sentido contrario:

Pongámonos a caminar con dirección, pero sobre todo con sentido y significado.

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99 Replies to “CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL. PARTE 1 DE 4.”

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