DISFRUTANDO NUESTRO CAMINAR MUSICAL PERCUSIVO

El caminar es una actividad que, aunque cotidiana, puede convertirse en una experiencia profundamente musical. Nuestros pies, al tocar el suelo, crean un ritmo natural, una percusión que resuena con cada paso. Esta percusión es la banda sonora de nuestra caminata, un sinfín de cadencias que forman una sinfonía única.

Normalmente escuchamos el sonido percusivo (percusión) de nuestras pisadas, sin embargo, en algunas ocasiones es inaudible ese sonido. Las escuchamos en el interior de nuestro cuerpo, no con el sentido auditivo sino dentro de nuestra interioridad corporal. Es un ritmo interior dentro de nuestro organismo. Nuestras pisadas las realizamos con un compás propio (El Compás de las Pisadas). Se ha de pensar que el compás no es un concepto apropiado para la actividad de caminar, porque está reservado para la música. Pues quisiera mencionar y enfatizar que el caminar como una actividad natural (instintiva) sí comprende una musicalización y por lo mismo se realiza marcando un compás. Y es un compás musical percusivo (percusión). Todavía se podría agregar que como percusivo (percusión) no entraña notas; esto sí es cierto. Entonces, todavía alguien más podría preguntar: ¿Es música o no es música? Claro que sí es música y nos hace caminar con nuestra propia y singular percusión musical, debido a que contiene una cadencia percusiva que implica un ritmo (Ritmo y Cadencia), pero también organización y armonía. En música percusiva (percusión) conlleva el ritmo y los períodos de tiempo. Un ordenamiento que conduce a la entonación y armonía. Es la serie de sonido percusivos (percusión) que se realizan de modo normalizado y regular. La cadencia percusiva (percusión) en el caminar implica también el movimiento que se realiza con el cuerpo para acompasarse con la entonación (tonos) que se produce con los pasos. Es la distribución y organización perfecta y normal de los sonidos generados por los pasos y los movimientos del cuerpo en su conjunto. Esa cadencia al caminar puede combinarse normalmente con sonidos, movimientos y pausas, en ambas esferas cadenciosas, que participan de una entonación física y auditiva, en una plena armonía. Es la armonización normal que alcanza el cuerpo al caminar, al realizar los pasos a un ritmo y compás musical.

Cada vez que nuestros pies golpean el suelo (Percusión de Nuestros Pies), producen sonidos que varían en tono e intensidad. Este fenómeno, conocido como la percusión de nuestros pies, se asemeja a un tamborileo constante que marca el ritmo de nuestro movimiento. La música que realizamos al caminar es sutil pero constante, una melodía que acompaña nuestros pensamientos y emociones. Es por ello que el caminar es fuente de sanidad para nuestras emociones mórbidas (Posts LAS EMOCIONES Y EL SISTEMA WALK-RWD; EL PODER DE LAS EMOCIONES; AUTOLIBERACIÓN DE LAS EMOCIONES NEGATIVAS MEDIANTE LA SUGESTIONABILIDAD PROPIA; COMBATIENDO LAS EMOCIONES NEGATIVAS CON EL SISTEMA WALK-RWD, SOLUCIÓN A LA PROCRASTINACIÓN).

Este ritmo no solo se percibe externamente; tiene una conexión profunda con nuestro cuerpo, tiene una relación intrínseca con nuestro organismo, en todo su conjunto: físico y mental. El caminar activa varios sistemas corporales, desde el cardiovascular hasta el muscular, promoviendo la circulación sanguínea y mejorando la oxigenación de nuestros tejidos. Además, la percusión de nuestros pies puede resonar con algunos de nuestros órganos internos. Por ejemplo, un ritmo constante y equilibrado puede ayudar a regular la respiración y a estabilizar el ritmo cardíaco, promoviendo un estado general de bienestar.

Las pisadas tienen su propio compás, su propio ritmo y cadencia. Este compás puede variar según la velocidad y la intensidad de nuestra caminata. Un paso lento y pausado puede tener un compás más relajado, casi meditativo, mientras que un paso rápido y enérgico tiene un ritmo más acelerado y vibrante. Encontrar nuestro propio compás al caminar es esencial para mantener una buena salud y disfrutar del acto de caminar.

El ritmo de nuestra caminata se define por la frecuencia con la que damos nuestros pasos. Mantener un ritmo constante ayuda a nuestro cuerpo a adaptarse y a optimizar su funcionamiento. La cadencia, por su parte, es la regularidad con la que se producen estos pasos. Una cadencia equilibrada y natural es crucial para evitar lesiones y para maximizar los beneficios del caminar.

Huizinga en su libro HOMO LUDENS (p. 222), comenta: El mismo ritmo que “contiene” el cuerpo, desde siempre, desde las épocas más remotas, que se ha manifestado en la fabricación de alimentos (época arcaica), de modo instintivo, lo observamos también que lo realiza el cuerpo, de manera inconsciente (imperceptible), en el caminar.

“Los sonidos son unidades eternas que residen en la mente, en la interioridad del ser, entidades que participan en la creación cuando se emiten por la voz o se reciben por el oído. Pareciera que alguien nos susurró aconsejando que el arte excelso, el mejor arte, es el que se realiza con el mayor número de los sentidos humanos. Y por ende, podríamos aventurarnos diciendo que el ritmo en los movimientos corpóreos tiene un efecto profundo y sutil en la preparación de los platillos, Esa facultad, sensación y capacidad rítmicos son determinantes en el ser para ello. No deseo extenderme más sobre esto, pero sí comentar que las actividades que se desarrollan en la cocina, tendientes a elaborar los alimentos, se han realizado desde siempre en compañía (asociación, adhesión) de cánticos y tonadas (tonadillas) de trabajo desde los tiempos más antiguos y en actividades muy primitivas como han sido el majar, moler, cortar, amasar, machacar, combinar, picar, descabezar, cercenar, mutilar, desmochar, rebanar, trinchar, mezclar, hornear, asar, y todas ellas tenían seguramente un compás, un canto, un ritmo, una melodía, que las acompañaban y conducían”.(1)

Es verdaderamente retador y motivante el pensar que podamos caminar al ritmo de nuestros propios compases.

Por lo general, cuando caminamos libremente lo hacemos a un compás que nuestro cuerpo lo define de manera inconsciente. Cuando no estamos condicionados y obligados a un ritmo que lo impone el grupo de personas que van caminando a nuestro lado, o bien el tráfico ensordecedor e impulsor a una dinámica desconcertante, podemos lograr caminar –decimos- a nuestro propio ritmo.

La forma más fácil de tomar conciencia de un compás propio es pensar que nuestros pies pueden lograr un sistema percusivo (percusión) que esté animado por compases que nos animen a hacerlo.

Esa forma será en compases del tipo binario, donde se termine en par, y repitiéndose el compás hasta el infinito; sin embargo, también se podrán realizar compases donde uno de los pies no se asiente al igual que su par, y repitiéndose también este compás hasta el infinito.

“Un hábito particular es un ritmo sostenido, donde todos los actos se repiten igualando de manera bastante exacta su valor de novedad, pero sin perder nunca ese carácter dominante de ser una novedad”, LA INTUICIÓN DEL INSTANTE, F.C.E., México, 1987 (1932 en francés), Gaston Bachelard, PP. 61-62.

El caminar con ritmo es acompasar a nuestro organismo como si instituyéramos (estableciéramos) un compás musical, de cualquier tipo, en nuestra caminata.

Ello nos permite poner en movimiento a todo nuestro cuerpo así como cada parte que lo integra, con una cadencia (compás) mientras caminamos.

Esa cadencia que empleamos (y de que nos valemos) al caminar la hemos aprehendido al paso de millones de años.

“El ser humano es una suma integral de ritmos” (p. 64); “Los cronotropismos serán los que integren los hábitos en esa suma integral de ritmos que forman al ser” (p. 65). LA INTUICIÓN DEL INSTANTE, F.C.E., México, 1987 (1932 en francés), Gaston Bachelard.

YIN & YANG

Podríamos equiparar esta armonía que alcanzamos con la caminata mediante la analogía con el Yin y el Yang chinos (Post EL CAMINAR Y LA SEXUALIDAD), que son dos principios que se acompasan en la vida, y mantienen al individuo, masculino o femenino, en equilibrio -armónico y dinámico- con su contraparte complementaria. (Post futuro EL CAMINO DEL TAO: SABIDURÍA ANCESTRAL DEL CAMINAR).

“El caminar por el lado sombreado de la montaña (YIN) o caminar por el lado soleado de la montaña (YANG)”, Historia de las Filosofías, siglo XXI, tomo I, P. 233.

“YANG: Claro, positivo, masculino, activo. Fuerza cosmológica o principio activo y masculino en el taoismo”. Ver Yin. Jung, Tipos psicológicos, Tomo I, p. 290; Ying y yang en Historia de las Filosofías, siglo XXI, tomo I, p. 233, Tao p. 237, Taoismo p. 255.

El caminar con un compás (ritmo, cadencia) –cualquiera- es un símil de movimiento de equilibrio dinámico, equiparable a mantener el ritmo (compás, cadencia) de la vida (ritmo vital). Ese compás que instrumentamos en el caminar, lo realizamos siempre –consciente o inconscientemente-, a fin de otorgarle a nuestro organismo físico y a sus partes integrantes, una fortaleza dinámica, y así mismo, a nuestra mente un equilibrio estable y armónico.

PIERNAS Y BRAZOS EN EL YIN Y YANG

Ambas piernas las podemos asemejar a esos dos principios naturales: la pierna izquierda corresponde al Yin, es decir, a la mujer, y la pierna derecha relaciona (se refiere) al Yang, al hombre.

Ambas partes se ejercitan mancomunadamente cuando se camina, con un cierto compás.

Por otro lado, debemos señalar que el caminar con nuestro propio ritmo implica una sincronización de diversas partes del cuerpo y fundamentalmente de las extremidades superiores e inferiores. Por ejemplo, la coordinación natural del movimiento de pierna y brazo contrarios, es decir, cuando la pierna derecha está adelantada lo realiza naturalmente con el brazo izquierdo, y cuando es la pierna izquierda se coloca en la parte adelantada del cuerpo la acompaña el brazo derecho.

Como podemos observar en las figuras anteriores, la pierna derecha y el brazo izquierdo se encuentran balanceados hacia adelante, mientras que sus contrarios van hacia atrás, y viceversa.

En términos generales, no es sano que el medio social nos imponga su ritmo en todas sus indicaciones y manifestaciones: en el comer, en el trabajo, en los transportes, en el mismo caminar, etc.; nosotros debemos imponer nuestro ritmo, y con lo primero que tenemos que empezar es caminando con nuestra propia cadencia rítmica, con nuestro caminar propio natural.

ACTITUDES Y ACCIONES PARA CAMINAR EN NUESTRO PROPIO COMPÁS

Para caminar de acuerdo a nuestro propio compás y asegurar que sea saludable, es importante adoptar ciertas actitudes y acciones:

  1. Escuchar a Nuestro Cuerpo: Prestar atención a cómo nos sentimos al caminar. Si nos sentimos cansados o con dolor, es importante ajustar nuestro ritmo.
  2. Adoptar una Buena Postura: Mantener una postura erguida y relajada ayuda a caminar de manera más eficiente y evita tensiones innecesarias.
  3. Respirar Profundamente: La respiración profunda y regular sincronizada con nuestros pasos puede mejorar nuestra oxigenación y reducir el estrés.
  4. Utilizar Calzado Adecuado: Usar zapatos que proporcionen un buen soporte y amortiguación ayuda a proteger nuestros pies y a mantener un ritmo saludable.
  5. Practicar la Atención Plena: Estar presentes en el momento, disfrutando del entorno y del acto de caminar, puede transformar nuestra caminata en una experiencia más placentera y significativa (Post CAMINANDO CON LOS ÁRBOLES).
  6. Variar el Terreno y el Ritmo: Cambiar el terreno (como caminar en parques, playas o senderos) y variar el ritmo de vez en cuando puede hacer que la caminata sea más interesante y beneficiosa (Post CAMINAR DESCALZO. PARTE I. Tipos de suelo).

En conclusión, la percusión de nuestros pies al caminar es una melodía intrínseca a nuestra existencia, una conexión íntima entre nuestro cuerpo y el entorno. Encontrar y caminar al compás de nuestro propio ritmo no solo mejora nuestra salud física, sino que también nos permite disfrutar plenamente de cada paso que damos.

Salgamos a caminar con nuestro propio compás y escuchémoslo cómo palpita.

(1)Loya Lopategui, Carlos, Cocinopea, EMULISA, México, 2011, p. 9

SÉNECA Y SUS CAMINATAS FILOSÓFICAS: UN REFERENTE DEL SISTEMA WALK-RWD

Además, el camino de la virtud no es, como algunos han creído, áspero y difícil, sino que se marcha por él con planta segura. No vengo a referiros cosas vanas: fácil es el camino hacia la vida feliz”. Séneca, “De la Ira”

Séneca como estoico buscaba la felicidad como objetivo principal y para ello comentaba que deberemos acercarnos a todas las emociones agradables y alejarnos de las emociones negativas (Posts LAS EMOCIONES Y EL SISTEMA WALK-RWD; EL PODER DE LAS EMOCIONES; AUTOLIBERACIÓN DE LAS EMOCIONES NEGATIVAS MEDIANTE LA SUGESTIONABILIDAD PROPIA; COMBATIENDO LAS EMOCIONES NEGATIVAS CON EL SISTEMA WALK-RWD, SOLUCIÓN A LA PROCRASTINACIÓN).

En el ámbito ético-moral buscaba la sabiduría la cual debería encontrarse siguiendo los pasos de la Naturaleza, guiándose por sus leyes naturales. Para alcanzar la plenitud en la vida y la felicidad se debe imitar a la Naturaleza, con el cuerpo y espíritu sano, y esto se alcanza viviendo con la razón, función humana que debería tener injerencia y dominio en el resto de las actividades humanas, sujetándose (sometiéndose) a las virtudes, evitando las angustias y manteniendo un cuerpo saludable.

Decíamos en el Post CAMINAR Y LOS PERIPATÉTICOS: “Por otra parte, en la Roma antigua tenemos a Séneca, en el siglo I de nuestra era, el cual comentaba que por el amor que les tenía a las letras se había vuelto perezoso y esto le hacía descuidar su salud y su físico, lo que le indicaba que debía atender también a su cuerpo mediante el ejercicio. Decidió por lo mismo ponerse a caminar mientras leía, para no desatender su devoción, ya que de esa manera, además de quitarle la pereza le convenía a su salud”.

Consideraba a la lectura como la más importante de sus necesidades a satisfacer, ya que alimentaba su espíritu, pero no sólo debía limitarse a leer, sino que debería complementarla con la escritura; recomendaba que se combinaran alternadamente: lo que de la lectura se recoja, en la composición se utilice. Y recomendaba que el hombre debe ingerir toda clase de conocimientos y de conceptos para procesarlos y hacerlos tender a nuevas ideas.

Séneca practicaba las caminatas, leyendo, meditando, disertando o explicando algunas ideas. Durante esas caminatas filosóficas, Séneca solía arengar que no se puede controlar nada, nada de las cosas exteriores; sólo podemos tener dominio de nosotros mismos, de nuestro cuerpo. Por ello recomendaba caminar todos los días para escuchar al cuerpo físico decir lo que él no deseaba escuchar de otros. Parafraseando las exhortaciones senequistas, podríamos recomendar -lo que deberemos hacernos al final de cada día- los siguientes 3 cuestionamientos: 1) ¿He caminado hoy?, 2) ¿Cuánto pude haber caminado más?, y 3) ¿Qué pensamientos tuve y qué otras actividades realicé mientras caminaba.

Estas anotaciones las he extraído de una de las cartas de Séneca a Lucilo, titulada “Del Leer y del Escribir”; no obstante, quisiera ser un poco más enfático y profundo en la interpretación de esta carta, considerando el pensamiento filosófico, en general, de Séneca, con el único propósito de convencer a mis lectores de la importancia del sistema WALK-RWD que el propio Séneca lo transmite. A continuación expongo la relación entre su pensamiento y el sistema WALK-RWD (1).

Séneca señala 3 actividades fundamentales que están profundamente conectadas con el sistema WALK-RWD tratado durante 6 años a través del blog “WALKREADANDWRITE.COM.” Séneca, un filósofo estoico que buscaba equilibrio en todas las facetas de la vida, ofrece una reflexión sobre tres de sus actividades esenciales: caminar, leer y escribir. Cada una de ellas no solo tiene valor intrínseco, sino que también sirve para corregir, complementar y nutrir a las otras dos. En el contexto del Blog, se promueve la interacción dinámica entre caminar, leer y escribir, además la de dibujar, y esta carta tiene una resonancia particular.

Caminar: Un antídoto contra la pereza y un alimento para el cuerpo

Séneca comienza señalando cómo el caminar le ha ayudado a combatir la pereza y a mejorar su salud física. Esta noción es una confirmación filosófica de lo que ya se ha resaltado en el Blog: caminar no es solo un acto físico, sino una herramienta que permite despejar la mente, liberar tensiones y revitalizar el cuerpo. En un tiempo en que la vida sedentaria dominaba a los académicos y filósofos, Séneca recalca la necesidad de movimiento como parte de un equilibrio saludable entre cuerpo y mente. En el sistema WALK-RWD se ha promovido el caminar como una forma de vida, y este énfasis filosófico le añade una capa de profundidad al simple acto de caminar. No es solo un medio de traslación o un ejercicio físico; es una forma de movilizar el cuerpo para activar la mente.

Leer: Una ventana al diálogo y al descanso intelectual

Cuando Séneca habla de la lectura, destaca dos funciones importantes: por un lado, nos protege de la arrogancia intelectual, recordándonos que no somos los únicos ni los primeros en pensar en ciertas ideas. Esto, según él, nos introduce en un diálogo continuo con otros pensadores, permitiendo que nuestra mente evolucione a través de lo ya pensado y descubierto. En el Blog, donde he destacado de mil maneras el valor de la lectura, la reflexión de Séneca adquiere especial relevancia. La lectura es un acto de humildad intelectual, una oportunidad para escuchar otras voces, incorporar sus ideas y adaptarlas a las propias.

Además, Séneca añade que la lectura ofrece un descanso necesario del “verdadero estudio.” Aquí introduce una distinción interesante: no es lo mismo leer que estudiar, así como caminar no es simplemente un ejercicio físico. La lectura es una actividad que nos alimenta, nos permite disfrutar del pensamiento ajeno, pero sin el peso de la creación activa que conlleva escribir o componer. Para quienes hacen de la lectura un pilar fundamental, esta distinción enfatiza que la lectura no solo es preparación para escribir, sino también un espacio de recreo mental, de relajación intelectual, que evita el agotamiento creativo.

Escribir: Un ejercicio que condensa y canaliza el conocimiento

Finalmente, Séneca plantea que escribir no debe ser un ejercicio aislado, sino el resultado de la síntesis de lo que la lectura nos ha dejado. Lo que hemos absorbido, lo utilizamos en la escritura. La escritura para Séneca es un acto de creación, pero es también un proceso de destilación de ideas previamente recogidas. Esto refuerza la noción de que leer y escribir no son opuestos, sino actividades complementarias. Leer disuelve, escribir condensa. Leer expande, escribir organiza. En el sistema WALK-RWD, donde ambas actividades son fundamentales, se sugiere –al igual que Séneca- que no pueden existir una sin la otra, si se busca un proceso creativo equilibrado. La lectura nutre y diversifica las ideas, pero la escritura las concreta y les da forma.

La relación entre las tres actividades: Caminar, Leer y Escribir

Lo más interesante en esta carta es cómo Séneca entrelaza las tres actividades —caminar, leer y escribir— como partes de un todo indivisible que beneficia tanto al cuerpo como a la mente. El caminar, en su función de despejar la mente y activar el cuerpo, parece generar un espacio propicio para la reflexión y, por ende, para el acto de leer y escribir. En el blog y en el sistema WALK-RWD, donde estas tres actividades ya forman parte de un mismo esquema, esta reflexión de Séneca subraya que el verdadero equilibrio intelectual y físico se logra cuando ninguna de estas tres actividades es aislada. Caminar facilita la reflexión que se nutre con la lectura, y esta, a su vez, se condensa y encuentra su culminación en la escritura.

Séneca advierte de los peligros de limitarse a una sola actividad: solo escribir agota las fuerzas; solo leer disuelve la mente. Por tanto, ambas deben alternarse, y aquí es donde caminar entra como un tercer elemento correctivo. En el sistema WALK-RWD, donde se promueve la fusión de estas tres prácticas, más el dibujar, parece que se prefigura la idea central de la tesis de Séneca: el caminar activa el cuerpo y la mente; la lectura introduce nuevas ideas y puntos de vista; y la escritura cristaliza esos pensamientos en algo más concreto y personal.

Reflexión final

La carta de Séneca ofrece una guía filosófica que encaja a la perfección con la misión del sistema WALK-RWD. Al reflexionar sobre la interconexión entre caminar, leer y escribir, encontramos un equilibrio estoico entre el cuerpo y la mente, una integración de las actividades humanas que evita la sobrecarga en cualquier ámbito y fomenta un proceso creativo y reflexivo más saludable(2). Para quienes puedan seguir las pautas que recomiendo en mi Blog WALKREADANDWRITE.COM y los principios fundamentales del sistema ALK-RWD, esta carta de Séneca sirve como un recordatorio de que el verdadero desarrollo intelectual y físico no se logra con la dedicación exclusiva a una sola actividad, sino con la alternancia armoniosa entre cuerpo, mente y espíritu.

Imitemos a Seneca, poniéndonos a leer y escribir, mientras caminamos, y si es posible, trazando algunas imágenes que nos vengan a la mente, mientras disfrutamos de un paseo al aire libre.

(1)Loya Lopategui. Carlos, El Sistema WALK-RWD, EMULISA, México 2022. dISPONIBLE EN aMAZON, eDICIÓN kINDLE: https://www.amazon.es/dp/B0B9PCH33Q

(2) Loya Lopategui, Carlos, Caminar: del acto físico al acto filosófico, EMULISA, México, 2024. Dispoinible en Amazon, Edición Kindle: https://www.amazon.es/dp/B0DDDLHKHC

EL CAMINAR Y EL ETERNO RETORNO

“Caminar, un eterno retorno a nuestros orígenes y un constante avance hacia nuestro destino.”

El caminar se relaciona estrechamente con el arquetipo del Eterno Retorno (1) de diversas maneras, ya sea como un ciclo repetitivo, una conexión con el pasado o un símbolo de renovación y cambio.

Esta práctica ancestral y natural del ser humano nos puede proporcionar también una perspectiva metafórica sobre la naturaleza cíclica de la vida y la importancia de seguir adelante, a pesar de las repeticiones aparentes en nuestra existencia (Posts EL CAMINAR COMO PRÁCTICA FÍSICA Y COMO ALEGORÍA; CAMINAR, UNA METÁFORA EXISTENCIAL. PARTE 1 DE 4).

El arquetipo del Eterno Retorno, sugiere la repetición cíclica de eventos en la historia o en la vida personal, y puede relacionarse indefectiblemente con el acto de caminar de varios modos, como lo explico detalladamente en seguida.

Uno de los aspectos más evidentes es la idea de que, a través del caminar, repetimos un ciclo similar cada vez que damos un paso. Cada paso adelante nos lleva a un nuevo punto en el camino, pero también nos acerca al punto de partida en un ciclo continuo. Esto puede simbolizar la idea de que, aunque avanzamos en nuestras vidas, también volvemos al mismo lugar físico o emocional de donde comenzamos, creando así una sensación de repetición y continuidad.

Otra forma de observar esa analogía, es que el caminar puede verse como un acto que nos conecta con el pasado y con las generaciones anteriores. Muchas rutas y senderos han sido utilizados durante siglos, y al caminar en ellos, estamos siguiendo los mismos pasos que aquellos que los caminaron antes que nosotros. Esto puede evocar la idea de que estamos repitiendo los pasos de nuestros antepasados, manteniendo viva una tradición ancestral.

Un tercer aspecto, es que el acto de caminar también puede representar la idea de renovación y rejuvenecimiento. Cada vez que damos un paso, estamos creando un nuevo momento en nuestra vida, dejando atrás el pasado y avanzando hacia un futuro desconocido. Esta idea de renovación constante puede asociarse con la noción de que, aunque la vida puede parecer repetitiva, siempre hay espacio para el cambio y la transformación.

Veamos someramente su relación con lo arquetípico y lo espiritual.

Carl Gustav Jung, el psicólogo suizo y fundador de la psicología analítica, sin duda encontraría interesante la relación entre el arquetipo del Eterno Retorno y el acto de caminar. Para Jung, los arquetipos son patrones universales e innatos que forman parte del inconsciente colectivo de la humanidad y que influyen en nuestro comportamiento y experiencias.

“En cada paso, el caminante revive el pasado y se proyecta hacia un futuro infinito, en un eterno retorno.”

En el contexto del Eterno Retorno y el caminar, Jung podría interpretar esta conexión como una manifestación del arquetipo del viaje o la búsqueda. El caminar, en este sentido, representaría el viaje de autodescubrimiento y transformación que cada individuo emprende a lo largo de su vida, volteando hacia el pasado y mirando hacia el futuro.

Cada paso dado en el camino simbolizaría un avance en este viaje interior, donde el individuo se enfrenta a sus miedos, descubre nuevas perspectivas y se renueva constantemente.

Además, Jung podría ver en el acto de caminar una expresión de la dualidad de la naturaleza humana, donde cada paso adelante también implica un retorno a nuestras raíces y a lo básico. Esto reflejaría la idea junguiana de la integración de los opuestos, donde el individuo busca equilibrar las diferentes facetas de su ser para alcanzar la totalidad.

Jung probablemente consideraría la relación entre el Eterno Retorno y el caminar como una expresión simbólica profunda de la condición humana, donde el individuo se embarca en un viaje constante de autodescubrimiento y crecimiento, enfrentándose a la repetición y la continuidad de la vida mientras busca alcanzar la totalidad y la integración de su ser.

Mircea Eliade, el destacado historiador de las religiones y filósofo rumano, tendría una perspectiva espiritual interesante sobre la relación entre el Eterno Retorno y el caminar. Para Eliade, el Eterno Retorno es un concepto fundamental en muchas tradiciones religiosas y mitológicas, que representa la idea de que los eventos cósmicos, históricos y personales se repiten cíclicamente.

En el contexto del caminar, Eliade podría interpretar esta práctica como un acto ritualístico que nos conecta con lo sagrado y lo trascendental. El caminar, en muchas tradiciones religiosas y mitológicas, es un elemento importante en rituales y peregrinaciones (2) (Post EL PEREGRINAR, UNA PRÁCTICA ANTIGUA DE CAMINAR), donde se busca alcanzar un estado de conciencia superior o comunicarse con lo divino. En este sentido, cada paso dado en el camino podría verse como una forma de participar en el Eterno Retorno, donde el individuo se une al ciclo cósmico de la “creación-la destrucción-y un reinicio”. Un reinicio que debemos tomar muy en cuenta para el futuro inmediato (3) “Caminar: Futuro de la Humanidad”.

Además, Eliade podría destacar el aspecto iniciático del caminar, donde el individuo atraviesa un proceso de transformación y renacimiento al recorrer un camino sagrado. Cada paso dado en el camino podría simbolizar un paso hacia una nueva comprensión de sí mismo y del mundo que lo rodea, en línea con la idea de que el Eterno Retorno implica no solo la repetición de eventos, sino también la posibilidad de renovación y cambio.

“El caminar, un ritual de renovación donde el Eterno Retorno se manifiesta en cada sendero recorrido.”

Esta perspectiva resalta la importancia del caminar como una práctica que trasciende lo físico y se convierte en una experiencia espiritual y existencial profunda.

Los invito a caminar sosteniendo a ese ser arquetípico-ritualista con nuestras dos manos, una, su parte ancestral y por la otra, su parte espiritual-creativa-artística. Respondamos apropiadamente a Prometeo cuando rompió sus cadenas y le reveló al ser humano de aquellos ancestrales tiempos que su misión insoslayable que debería realizar eternamente, era: “Caminar sobre el Planeta Tierra” (Posts CAMINANDO CON PROMETEO DESENCADENADO; EL CASTIGO DE PROMETEO Y SU ASCENDENTE PSICOLÓGICO. ASPECTOS NEUROCOGNITIVOS).

(1) El arquetipo del Eterno Retorno, profundamente arraigado en el inconsciente colectivo, refleja la idea de que los eventos y situaciones en la historia siguen un ciclo repetitivo. Este arquetipo propone que ciertos acontecimientos, patrones y experiencias se repiten tanto en la vida individual como en la colectiva, y que estos ciclos pueden ser inevitables o escapar al control humano. Se trata de una proyección psíquica que alude a la repetición periódica de determinados hechos y circunstancias en la existencia humana. Así, este arquetipo sugiere que ciertos aspectos de la experiencia humana tienden a manifestarse una y otra vez, sin importar las particularidades de cada situación.

(2) Loya Lopategui, Calos, El Camino de los Milagros, EMULISA, México, 2024. Disponible en Amazon, Edición Kindle: https://www.amazon.es/dp/B0DH2V4VCF

(3) Loya Lopátegui, Carlos, Caminar: Futuro de la Humanidad, EMULISA, México, 2024. Disponible en Amazon, Edición Kindle: https://www.amazon.es/dp/B0DNGLS67N

LOS SENDEROS DEL TAI CHÍ.

La concepción de este post tiene su inicio en el año 2008 cuando estaba decidiendo escribir un manual sobre el caminar. En este libro (MANUAL PARA CAMINAR, LEYENDO, ESCRIBIENDO Y DIBUJANDO) expresaba: “Fue en esta ocasión cuando, después de haber caminado alrededor de 1 Km, hice una relación entre la técnica de meditación trascendental, el Tai Chí, el Yoga y mis ejercicios de caminata, pues al caminar invariablemente llevo conmigo un libro, el cual voy leyendo a medida que camino; y también llevo conmigo algunas hojas pequeñas (hojas tamaño oficio 28×33 cm., cortadas en ¼)  que mientras realizo este ejercicio diariamente, puedo avanzar en mis lecturas y mis escritos”.

La meditación es muy parecida o casi equivalente a la concentración que efectúo en mis caminatas (Post EL CAMINAR, LA MEDITACIÓN Y LAS ONDAS CEREBRALES; Post MEDITACIÓN DINÁMICA O ACTIVA), ya sea a través de la lectura o bien en la escritura de algún tema que estoy desarrollando. Por otro lado, el Tai Chí es similar en cuanto a los principios del sistema WALK-RWD (Post LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA WALK-RWD) y equivalente a los propios ejercicios de caminata que realizo. Desde luego -me dije-, habrá que revisar qué es esa filosofía del Tai Chí y profundizar en la meditación trascendental para conocer mejor estas técnicas y poderlos relacionar satisfactoriamente con el nuevo sistema que estaba creando; así que cuando decidí escribir el Manual, empecé a documentarme mejor sobre estos sistemas para conocer sus aspectos sobresalientes, mismos que organicé de manera independiente, para un mejor aprovechamiento y análisis. Este mismo modelo funcional utilicé para investigar el sistema Yoga (Posts futuros EL CAMINAR EN EL YOGAKARA; Post EL SISTEMA WALK-RWD Y EL YOGA KUNDALINI).

He mencionado durante los últimos 5 años, a través de este Blog, que el desequilibrio estable genera estimulaciones a diversos órganos, sistemas y glándulas del cuerpo, y fundamentalmente al cerebro (Post EL SISTEMA WALK-RWD ESTIMULA EL PENSAMIENTO CREATIVO, PARTE I). La parte más evidente de ese desequilibrio estable se puede observar en que el propio organismo genera una centena de substancias que son esenciales para su correcto funcionamiento (Post EL SISTEMA WALK-RWD Y LA AUTO-PRODUCCIÓN DE SUBSTANCIAS ORGÁNICAS), aparte de que existen las pruebas suficientes de que impulsa la creatividad y otros beneficios específicos (buena digestión, mejor respiración y circulación, mejora la memoria, y un largo etcétera). El eje funcional y esencial del sistema WALK-RWD es el proceso que se logra mediante el leer, escribir y dibujar, mientras se camina, al colocar al cuerpo en un permanente desequilibrio estable.

Ese desequilibrio estable se observa también, tanto en el sistema Yoga como en el sistema Tai Chí, aunque considero que en este último el desarrollo funcional es más profundo que el Yoga, y por lo mismo estimula al cuerpo físico y a la mente de una manera más eficiente. Este incremento en su poder -y la eficiencia- se logra porque en el Tai Chí el número de las posturas en desequilibrio estable se realizan en el 100% de ellas, mientras que en el Yoga únicamente el 75%; además, en el Tai Chí, el tránsito y traslación de una postura a otra se desarrolla mediante encadenamientos dinámicos, es decir, a través de evoluciones en movimiento, en una continua fluidez, y es lo que le da mayor eficiencia.

Al igual que se desarrolla el sistema WALK-RWD de una manera apacible, tal cual caminamos de modo natural, el Tai Chí se realiza respetando su principio esencial que es la tranquilidad. Todas sus secuencias se realizan también de modo relajado y suelto. Tanto el WALK-RWD como el TAI CHÍ, se desarrollan en movimiento y de manera fluida.

Lo natural, la suavidad y la flexibilidad son características de ambos sistemas, que les permiten a sus practicantes lograr la meditación y la introspección personal. Así mismo, se puede lograr la concentración tanto física como mental. (Post futuro CAMINAR O CORRER, HE AHÍ UN DILEMA).

La práctica de ambos sistemas se logra mediante la cultivación de la respiración, relajación física y mental, sin la obligación de realizar ejercicios con grandes esfuerzos, ni de altas velocidades, ni aceleramientos, y menos de esfuerzos que obliguen a la rigidez de la musculatura, piernas, brazos, o algunos otros miembros del cuerpo.

Cada secuencia (o Forma) del Tai Chí está compuesta de un número de pasos o figuras (posturas), que se desarrollan de modo continuo y fluido, es decir, con desplazamientos y traslaciones constantes. El practicante de Tai Chí avanza entre una figura (postura) y otra mediante ciertos movimientos que le colocan en la siguiente; y así, permanente y sucesivamente hasta terminar la secuencia.

La fuerza del Tai Chí, tanto la física como la dirigida hacia la mente, está localizada en estas dos grandes vertientes de las leyes del movimiento: en las figuras (posiciones del cuerpo en desequilibrio estable) y en el tránsito de una a otra de esas posturas.

Analicemos de modo genérico las “posturas” del Tai Chí a fin de corroborar lo anteriormente mencionado.

Decíamos que esas posturas están sustentadas en un desequilibrio estable, donde el cuerpo y la mente buscan mantenerse en equilibrio, y ello es lo que .estimula tanto al cuerpo físico como al cerebro.

Analizar la inestabilidad de las “posturas” y las “figuras” del Tai Chí resulta fácil, hasta cierto punto; no así para los desarrollos en movimiento del tránsito de una posición a la siguiente, aunque estas estén predefinidas, y se realicen de manera lenta y calmada. No obstante, el propio movimiento entre las distintas figuras, conlleva una inestabilidad del cuerpo físico, que no es necesario demostrarla. El sustento axiomático o evidente de la cinemática, es: un cuerpo se encuentra en desequilibrio cuando está en movimiento por sí mismo o por causa de otro cuerpo.

El cuerpo en su conjunto se analiza durante todo la traslación que sufre de una figura a otra, y en todo ese tránsito sobresalen los movimientos que las extremidades realizan, los brazos-pies y las piernas-manos, que es uno de los aspectos fundamentales que generan un incremento en la estimulación del cuerpo y de la mente. “Ejecución –movimiento- de las secuencias de una forma (figura, postura) a otra”.

Nótese que las secuencias del Tai Chí son procesos rítmicos en cadencia y con compás. Mucho de ello he analizado en el ejercicio del caminar, pues también contiene estos elementos o componentes (factores) de la “musicalización” (Posts RITMO, COMPÁS Y CADECIA EN NUESTRO CAMINAR; NOS CURA EL SONIDO SILENCIOSO DE NUESTRAS HUELLAS; Posts futuros DISFRUTANDO NUESTRO CAMINAR MUSICAL PERCUSIVO; LA PERSONALIDAD DEFINIDA POR EL RITMO AL CAMINAR).

En una y otra actividad -WALK-RWD y TAI CHÍ- podemos observar esa combinación (ritmo) de tiempos entre un movimiento físico y otro, de tal manera que observamos una armonía. Tanto en el caminar como en el Tai Chí se observan pausas y acentuaciones en los movimientos, lo que armónicamente resulta en una cadencia sucesiva.  La velocidad y la aceleración también son factores que encontramos en ambos sistemas, lo que nos muestran la estructuración constante de un compás, tanto en los diversos movimientos de la caminata como en las figuras del Tai Chí, en una misma secuencia.

Otro de los elementos comunes entre estos 2 sistemas, es el principio de verticalidad que se recomienda atender en ambos (Principio No. 4 o Principio de Verticalidad del Sistema WALK-RWD).

Podría todavía decir que el ritmo cadencioso del Tai Chí podría ser una analogía con la poesía. Con esto no pretendo idealizar artísticamente al Tai Chí, sino que podemos homologar una secuencia con un poema, un símil entre ambas creaciones –una filosófica-motriz y la otra artística- porque sin duda esa cadencia del Tai Chí lleva intrínsecamente elementos espirituales –al igual que la poesía- y así lo podemos revalorar en cuanto a la estimulación que genera en la mente, que es lo que pretendo hacer relevante.

He practicado el Tai chí muy levemente en dos épocas de mi vida: en 1983 –durante 6 semanas, una vez cada semana- y en 2023 –durante 8 semanas, una vez cada semana- y únicamente en las salas de enseñanza-aprendizaje, pero nunca en mi casa u otro lugar; con lo que quiero enfatizar es que no soy experto en este sistema.

Sin embargo, fue suficiente para darme cuenta de las bondades que tiene al desarrollar sus fases de: MOVIMIENTO + VERTICALIDAD + CONCENTRACIÓN + RELAJACIÓN + RESPIRACIÓN.

  • MOVIMIENTO
  • VERTICALIDAD
  • CONCENTRACIÓN
  • RELAJACIÓN
  • RESPIRACIÓN.

Todo Movimiento que realicemos deberemos hacerlo con Balance (Equilibrio) y con Coordinación de todas las partes y miembros del cuerpo. El Taichí está diseñado para guardar ese equilibrio y esa coordinación. En otras palabras, las formas y poses que tomemos al estar en movimiento –inclusive en estado de reposo- deben ser acorde con el movimiento natural del cuerpo físico.

El Tai Chí es una disciplina holística, y se le ha denominado “Arte de la Relajación y de la Meditación en Movimiento”: ARMM. En general, no tiene poses antinaturales como el Yoga, como es poner la cabeza boca abajo.

Durante la práctica constante del Tai Chí usted se puede desarrollar y manifestar de modo efectivo. Los beneficios que se logran los he organizado en 3 categorías, a saber:

Beneficios Físicos:

  • Mejora de la Flexibilidad: Los movimientos lentos y fluidos del Tai Chí ayudan a incrementar la flexibilidad de las articulaciones y los músculos, lo que contribuye a mantener una mayor amplitud de movimiento.
  • Fortalecimiento Muscular: Aunque los movimientos son suaves, el Tai Chí involucra a varios grupos musculares, lo que gradualmente ayuda a fortalecer el cuerpo en general.
  • Equilibrio y Coordinación: La práctica constante del Tai Chí mejora la coordinación y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.
  • Mejora de la Postura: Los principios de alineación en el Tai Chí promueven una postura más adecuada, lo que puede ayudar a aliviar dolores de espalda y prevenir problemas posturales.
  • Relajación Muscular: Los movimientos lentos y el enfoque en la respiración profunda promueven la relajación muscular y reducen la tensión acumulada.
  • Mejora Cardiovascular: Aunque el Tai Chí es de baja intensidad, su práctica regular puede mejorar la circulación sanguínea y la salud cardiovascular en general.

Beneficios Mentales:

  • Reducción del Estrés: La combinación de movimientos suaves y respiración profunda ayuda a reducir los niveles de estrés y promueve una sensación de calma.
  • Mejora del Enfoque: La atención plena requerida durante la práctica del Tai Chí mejora la concentración y la capacidad de enfoque en otras áreas de la vida.
  • Promoción de la Relajación Mental: Los movimientos fluidos y la concentración en la respiración ayudan a relajar la mente, reduciendo la ansiedad y la agitación mental.
  • Aumento de la Conciencia Corporal: El Tai Chí fomenta la conexión mente-cuerpo, lo que aumenta la conciencia de las sensaciones y movimientos del cuerpo.
  • Estimulación Cognitiva: La práctica regular del Tai Chí puede tener un impacto positivo en la función cognitiva, como la memoria y la capacidad de resolución de problemas.

Otros Beneficios:

  • Promoción de la Longevidad: Dado que el Tai Chí es una actividad de bajo impacto que beneficia tanto al cuerpo como a la mente, puede contribuir a una vida más larga y saludable.
  • Conexión Anímica: Para algunos practicantes, el Tai Chí puede tener un componente anímico, es decir, fomenta la conexión con uno mismo y el universo.
  • Fomento de la Socialización: Las clases de Tai Chí brindan oportunidades para interactuar con otros practicantes, lo que puede contribuir a una mayor socialización y sentido de comunidad.

Como algo excepcional, y por ello lo he dejado para esta última parte, el Tai Chí favorece la Meditación, de varias maneras, ya que comparte principios y prácticas que se alinean con los objetivos meditativos:

  1. Atención Plena (Mindfulness): Al igual que en la meditación, el Tai Chí enfatiza la atención plena en el momento presente. Durante la práctica, te concentras en los movimientos, la respiración y las sensaciones corporales, lo que fomenta una atención plena similar a la meditación.
  2. Respiración Consciente: Tanto en el Tai Chí como en la meditación, la respiración consciente es fundamental. En ambas prácticas, la respiración profunda y rítmica calma la mente y ayuda a entrar en un estado de relajación y enfoque.
  3. Conexión Mente-Cuerpo: Tanto en la meditación como en el Tai Chí, se busca una mayor conexión entre la mente y el cuerpo. En el Tai Chí, los movimientos se realizan de manera consciente y fluida, lo que promueve una sincronización entre los pensamientos y las acciones, similar al enfoque en la mente y las sensaciones durante la meditación.
  4. Reducción de la Agitación Mental: La práctica constante del Tai Chí puede ayudar a calmar la agitación mental al requerir un enfoque constante en los movimientos y la respiración. Esto puede llevar a un estado mental más tranquilo, similar al que se busca en la meditación.
  5. Relajación Profunda: Tanto el Tai Chí como la meditación buscan inducir un estado de relajación profunda. Los movimientos suaves y fluidos del Tai Chí combinados con la respiración profunda tienen un efecto relajante en el sistema nervioso, lo que es beneficioso para la meditación.
  6. Estímulo de la Conciencia Sensorial: Durante la práctica del Tai Chí, se presta atención a las sensaciones corporales, la postura y el equilibrio. Esto fomenta la conciencia sensorial similar a la meditación, donde se presta atención a las sensaciones físicas y mentales.

El Tai Chí, al igual que nuestro sistema WALK-RWD, es una forma activa de meditación en movimiento. Desde luego que no es la meditación tradicional que nos transmiten de que debemos estar en silencio y en estado de reposo, sino que comparte elementos de concentración, abstracción, relajación con el movimiento y con el pensamiento, lo que resulta en una forma efectiva de lograr los mismos beneficios para la mente y el cuerpo.

LOS CAMINOS BLANCOS Y LA RUEDA EN LOS MAYAS-PARTE II

Los antiguos mayas construyeron una vasta y sofisticada red de caminos blancos (Post LOS ANTIGUOS MAYAS Y SUS CAMINOS BLANCOS. PARTE I), conocidos como sacbeob, que conectaban sus ciudades, centros ceremoniales, y plazas. Estos caminos, recubiertos con una capa de estuco blanco, no solo servían como rutas físicas, sino que también poseían un profundo significado espiritual. Eran reflejos terrenales del movimiento de los astros en el firmamento, una representación tangible de la conexión entre el cielo y la tierra. Los mayas, expertos astrónomos, trazaron estos caminos en alineación con trayectorias celestiales, otorgándoles un valor sagrado que iba más allá de su utilidad práctica.

Sin embargo, en medio de esta compleja red de caminos blancos, surge una pregunta intrigante: ¿por qué los mayas, que conocían el principio de la rueda, nunca la utilizaron en sus actividades cotidianas de transporte a lo largo de estos caminos? La respuesta, como hemos explorado, está profundamente enraizada en sus creencias religiosas y cosmológicas (1).

Para los mayas, el círculo y la rueda simbolizaban el Sol, la fuente de vida y energía que regía su universo. El Sol, representado como una figura circular, era un elemento central en su cosmovisión, siendo venerado como el dios principal, Itzamná, o como Kinich Ahau, el dios del Sol en su aspecto más directo. Utilizar la rueda en los caminos blancos habría sido, en cierto modo, una profanación del símbolo divino, ya que esto implicaría llevar al Sol, o su representación, en contacto directo con la tierra, donde habitaban los muertos y las fuerzas del inframundo. Este contacto simbólico con la tierra habría apagado su luz divina, reduciendo al Sol a un estado de inactividad o muerte, lo que era inconcebible para los mayas.

Los caminos blancos, por su parte, se concebían como rutas sagradas, no solo para el tránsito de los seres humanos, sino también como reflejos de los caminos de los dioses y los astros en el cielo. Al recorrer estos caminos, los mayas no solo se trasladaban físicamente, sino que también participaban en un ritual cósmico, alineándose con el movimiento de las estrellas y el Sol. La ausencia de la rueda en este contexto subraya la importancia de mantener la pureza de estos caminos, evitando la profanación del símbolo solar.

Es posible imaginar que, para los mayas, caminar por estos sacbeob era una forma de emular el movimiento de los dioses y los astros en el cielo, un acto de devoción que conectaba lo terrenal con lo celestial. La rueda, con su simbolismo solar, no tenía cabida en estos senderos sagrados, pues su uso habría desvirtuado la naturaleza divina del camino y su relación con el cosmos. De esta manera, la decisión de no utilizar la rueda en los caminos blancos no fue una limitación técnica, sino una elección consciente y profundamente religiosa, enraizada en la cosmovisión maya.

Este análisis de la relación entre los caminos blancos y la rueda en la cultura maya revela cómo la tecnología y la religión se entrelazaban en una compleja red de significados, donde cada elección estaba cargada de simbolismo y respeto hacia las fuerzas divinas que regían el universo. Los mayas, al abstenerse de utilizar la rueda, no solo preservaron sus creencias religiosas, sino que también mantuvieron la pureza y el propósito sagrado de sus caminos blancos, como rutas para el tránsito divino y humano, reflejando la ordenada danza de los astros en el firmamento.

Caminar es un acto ancestral que conecta al ser humano con la esencia misma de la vida. En un mundo donde la rueda, símbolo de movilidad y avance tecnológico, ha transformado nuestra forma de desplazarnos, es fácil olvidar la simplicidad y los beneficios de un paseo a pie. La rueda, en su forma moderna de automóvil, nos lleva rápidamente de un lugar a otro, pero a menudo a costa de nuestra salud y bienestar.

Al caminar, dejamos de lado la velocidad impersonal del vehículo y nos sumergimos en el ritmo natural de nuestro cuerpo. Cada paso es un latido que nos conecta con la tierra (Post CAMINANDO CON PROMETEO DESENCADENADO), un respiro que oxigena nuestro ser y un momento de meditación en movimiento. Caminar no solo fortalece nuestro cuerpo, sino que también despeja nuestra mente, ofreciéndonos una pausa en la vorágine diaria.

Así como los antiguos mayas recorrieron sus Caminos Blancos, siguiendo las trayectorias sagradas de los astros, nosotros también podemos encontrar en la caminata un sendero hacia la paz interior y el bienestar. Al optar por caminar, elegimos un camino de salud y serenidad, recordándonos que, a veces, el viaje más valioso es el que hacemos con nuestros propios pies.

Invito a todos a redescubrir la belleza de caminar, a disfrutar de la naturaleza, a conectarse consigo mismos y a recordar que, aunque la rueda nos lleve lejos, es el caminar lo que nos mantiene verdaderamente en contacto con la vida.

(1)Loya Lopátegui, Carlos, La Rueda en los Mayas. Explorando un misterio ancestral, EMULISA, México, 2024. Versión disponible en Amazon, Edición Kindle: https://www.amazon.es/dp/B0DBKD1TSN.