CAMINANDO CON VENUS-ESTRELLA DE LA MAÑANA Y DE LA TARDE

NANAHUATZIN, después de haber saltado a las llamas renació como TONATIUH, y posteriormente se convirtió en NAHUI OLLIN, en el Sol del Movimiento; al observar esto, TECUCIZTÉCATL saltó a las llamas y renació como la LUNA; y así, todos empezaron a caminar.

El Post presenta un énfasis sobre Venus, como planeta; sin embargo, también tendremos que analizar la correspondencia de este astro con la Diosa Venus por lo que mitológicamente se ha establecido, y por lo mismo, con la Diosa Griega Afrodita.

Iniciemos, pero vayamos por partes.

  1. Características como astro.

Venus es el segundo planeta del sistema solar, encontrándose a una distancia promedio de 108 millones de kilómetros del sol. Su masa es 0.815 veces la masa de la Tierra, o sea es más pequeño, en un 20 por ciento. Su diámetro es de 12,104 kilómetros; su órbita tarda 0.72 años terrestres.

Su rotación la realiza en un sentido retrógrado, es decir, con una dirección opuesta a la de su órbita, lo que provoca que su día sea más largo que su año.

Venus tiene una atmósfera densa y compuesta principalmente de dióxido de carbono y nubes de ácido sulfúrico.

La superficie de Venus es una de las más calientes de los planetas del sistema solar, con una temperatura media de 460 grados Celsius.

Su traslación alrededor del Sol la realiza en 123 días venusinos (280 días terrestres).

De todos los planetas del sistema solar, Venus es el más parecido a la Tierra, en tamaño y composición, sin embargo, su clima es extremadamente caliente y bastante hostil, lo que lo hace inhóspito para la vida tal como la conocemos en la Tierra.

  • El planeta Venus como estrella de la mañana y de la tarde.

Desde la antigüedad, al planeta Venus se le ha conocido como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde” debido a su apariencia brillante y su movimiento en el cielo. Desde la Tierra, Venus aparece como una estrella brillante antes del amanecer y después del anochecer, lo que explica por qué se le llama “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde”, respectivamente.

Son varias las culturas antiguas que le llamaban así: la cultura Maya, la cultura Babilónica, la cultura Egipcia y la cultura Hindú.

En la antigua nación maya el comportamiento astronómico de Venus fue muy importante, ya que su uso estaba implícito para la determinación de los cálculos astronómicos que tuvieran relación con el Sol: “Todos los cálculos astronómicos los realizaban relacionando a los astros con el Sol (Kín), fundamentalmente con la Tierra, la Luna (Uh), Venus (Chac Nom Ek o Nohoch Ek), con las constelaciones visibles como Las Pléyades (Tzab). La coincidencia astronómica del Sol la definían de dos maneras: 1) con la culminación de la constelación Las Pléyades, que se daba cada 52 años (medio siglo maya) y 2) con las 65 revoluciones sinódicas de Venus que se daba cada 104 años (1 siglo maya)[ El período de reinicio calendárico maya constaba de 18,980 días, que era el mínimo de días en que los dos calendarios, el Haab y el Tzolkín,  volvían a iniciar ambos desde al principio; este ciclo correspondía a 52 años astronómicos mayas (365 días) o a 73 años .sagrados (260 días)].” (1) El Dintornismo en la plástica de los Antiguos Mayas.

La trayectoria astronómica de Venus como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde” se refiere a su posición aparente en el cielo vista desde la Tierra. Se le considera “Estrella de la mañana” cuando se encuentra en el lado opuesto del Sol a la Tierra y se aparece antes del amanecer. Desde la Tierra, parece moverse hacia la derecha en línea recta a lo largo del cielo hasta que llega al punto más alto en el cielo, momento en el que comienza a desvanecerse.

Se le considera “estrella de la tarde” cuando se encuentra entre el Sol y la Tierra y se aparece después del atardecer. Desde la Tierra, parece moverse hacia la izquierda en línea recta a lo largo del cielo hasta que se desvanece.

Es importante destacar que esta descripción se basa en la perspectiva terrestre y que la órbita real de Venus alrededor del Sol es en realidad una elipse, no una línea recta. Sin embargo, esta descripción simplificada es útil para entender la aparición y desaparición de Venus como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde”.

La aparición y desaparición de Venus como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde” desde la Tierra dependen de su posición en relación con el Sol y la Tierra. En un año tropical, los siguientes son algunos datos astronómicos aproximados de la aparición y desaparición de Venus en el cielo:

Como “Estrella de la mañana”, Venus puede ser visible en el este antes del amanecer durante aproximadamente unos 2 a 3 meses. La duración exacta depende de la posición de Venus en su órbita alrededor del Sol y de la ubicación geográfica del observador en la Tierra.

Como “Estrella de la tarde”, Venus puede ser visible como en el oeste después del anochecer durante aproximadamente unos 8 a 10 meses. La duración exacta también depende de la posición de Venus en su órbita y de la ubicación geográfica del observador en la Tierra.

Es relevante destacar que estos períodos pueden variar ligeramente de un año a otro debido a la complejidad de las órbitas planetarias y al movimiento axial de la Tierra.

No obstante, si colocamos a un observador en el Ecuador terrestre, podemos afinar estos datos.

Las fechas exactas de la aparición y desaparición de Venus como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde” para un observador colocado en algún punto del Ecuador terrestre varían de un año a otro debido a la complejidad de las órbitas planetarias y al movimiento axial de la Tierra. Sin embargo, en general, se pueden esperar los siguientes patrones aproximados. Como “Estrella de la mañana”, Venus puede ser visible en el este antes del amanecer durante aproximadamente unos 2 a 3 meses, a partir de diciembre o enero hasta marzo o abril.

Como “Estrella de la tarde”, Venus puede ser visible en el oeste después del anochecer durante aproximadamente unos 8 a 10 meses, a partir de mayo o junio hasta noviembre o diciembre.

También es relevante hacer la aclaración de que estos períodos pueden variar ligeramente de un año a otro, y que la mejor manera de conocer las fechas exactas es consultar un calendario astronómico o un programa de astronomía.

  • Relación de Venus como planeta y Venus como Diosa

Venus como planeta y Venus como diosa tienen una relación histórica y cultural. En la antigüedad, Venus era considerado como una deidad en muchas culturas, como la Roma antigua, donde era conocido como Venus, la diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad. La identificación de la diosa Venus con el planeta Venus probablemente se debió a que el planeta Venus es uno de los cuerpos celestes más brillantes y fácilmente visibles en el cielo nocturno y era frecuentemente asociado con el amor y la fertilidad en la mitología. Por lo tanto, la relación entre Venus como planeta y Venus como diosa es un ejemplo de cómo la astronomía y la mitología han estado estrechamente entrelazadas en la historia de la Humanidad.

Venus como diosa no fue venerada, en ninguna mitología, como protectora de los caminos y de los caminantes, por ello, no la incluiremos en Post futuro. Sin embargo, analizaremos su importancia como Diosa, tanto en la mitología romana como en la griega, como Afrodita (Diosa de la Belleza y del Amor) en el Post futuro SIGUIENDO LOS PASOS DE ADONIS (VENUS-ASTARTÉ) es donde expreso lo referente a la influencia divina –en términos generales- en el caminar, y así mismo, en la participación de los Dioses protectores de los caminos y del caminar (serie de Posts a futuro), mencionando a Astarté como la amante infinita de Adonis,  quien fue a su vez uno de los amantes de la Diosa Venus.

  • La relación del planeta Venus con el caminar del ser humano

No hay una relación directa, científicamente demostrada, entre Venus como planeta y el caminar del ser humano. Sin embargo, algunas culturas antiguas han asociado a Venus con la suerte y la fortuna, y en algunos casos se creía que observar el movimiento de Venus en el cielo podría predecir el éxito o fracaso en las actividades y acciones humanas, incluyendo el viaje y el caminar. Por ejemplo, en la disciplina astrológica, Venus es considerado un planeta asociado con la armonía y la cooperación, y su posición en el cielo puede interpretarse como un indicador de la facilidad o dificultad de las relaciones interpersonales y la capacidad de alcanzar acuerdos durante un viaje o caminata. Sin embargo, estas interpretaciones son meramente simbólicas y no tienen una base científica sólida.

Sobre esa correlación, es posible que algunos pueblos antiguos hayan tomado en cuenta la trayectoria de Venus para trazar algunos caminos antiguos, es decir, una relación con el caminar. La cultura Maya muy probablemente haya tomado en cuenta la trayectoria astronómica de Venus en la construcción de sus caminos y en la traza de sus ciudades. Los antiguos mayas tenían un conocimiento avanzado de astronomía y eran expertos en el estudio de los cuerpos celestes, siendo Venus de los más importantes. Se sabe que recurrieron a la observación de los cuerpos celestes, incluyendo Venus, para predecir eclipses y establecer su calendario sagrado y su calendario civil, y es posible que hayan utilizado esta información para orientar sus caminos y ciudades en relación a los movimientos de Venus. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que la trayectoria de Venus haya influido directamente en la construcción de sus caminos blancos mayas (Post LOS ANTIGUOS MAYAS Y SUS CAMINOS BLANCOS. PARTE I). Esta es una teoría interesante, pero necesita ser investigada más a fondo mediante excavaciones arqueológicas y estudios más detallados de los registros astronómicos y arqueológicos de la cultura Maya.

Para los antiguos mayas, la aparición y desaparición de Venus como “estrella de la mañana” y “estrella de la tarde” tenía un significado importante para sus travesías terrestres. Venus era visto como un dios importante en la mitología maya y se cree que su movimiento en el cielo tenía un impacto en la agricultura, la astronomía, la religión y la calendarización de este pueblo. Además, el movimiento de Venus en el cielo era utilizado por los mayas para marcar el paso del tiempo y para guiar sus caminatas en la selva. En resumen, el aparecer y desaparecer de Venus en el cielo tenía un significado profundo y funcionaba como una herramienta valiosa para los antiguos mayas en sus travesías terrestres. (1) El Dintornismo en la plástica de los Antiguos Mayas.

  • El concepto de la aparición y desaparición de los astros

Es de suma importancia comprender la esencia de las apariciones y desapariciones del Sol y las consecuentes de la Luna y de las estrellas, de los eclipses y el movimiento de Venus. La luz oculta la existencia de ciertas cosas, de la misma manera que cuando el Sol se pone aparecen otras fuerzas que se escondían en el día y florecen en la oscura noche. En el período de 584 días que tarda en cumplir su ciclo para volver al mismo punto del sistema solar, a Venus (NOHOCH) lo observaban apareciendo unas veces por el oriente y otras por el occidente, de manera contraria al sol, como ‘estrella de la tarde’. En la región maya, el 43% de sus apariciones las realizaba por el poniente y el 40% lo observaban aparecer por el oriente, como ‘estrella de la mañana’; el resto de los días de su ciclo, el 17%, no se podía observar sobre el firmamento. “Un conocimiento semejante de la revolución aparente del planeta Venus, que tarda aproximadamente 584 días en su revolución aparente alrededor de la Tierra, permitió a los antiguos sacerdotes mayas predecir a sus feligreses que Venus aparecería como estrella de la mañana durante 236 días; que no sería visible después de retirarse del oriente en su viaje al occidente por espacio de 90 días (desaparición en su conjunción superior); que volvería a aparecer en el poniente durante 250 días como estrella de la tarde, y por último, que tardaría 8 días en volver al oriente (desaparición en conjunción inferior)”. Pavón Abreu, Raúl y Morley, Silvanus G., Cronología maya, Ayuntamiento de Campeche, México, 1985, p. XX. Por esa razón, de aparecer por la mañana y por la tarde, es que algunas otras culturas consideraban que se trataba de 2 astros distintos. Los mayas sabían que era el mismo cuerpo celeste.

Quisiera mencionar algunos aspectos sobresalientes de los arquetipos y del inconsciente colectivo a fin de introyectar mejor la importancia que ha tenido el planeta Venus en todos los pueblos desde la más remota antigüedad. El arquetipo AUSENCIA, al igual que todos los arquetipos es un concepto absoluto y universal (concepción junguiana). Este también es una proyección psíquica o imágenes (producciones) espirituales generados en el inconsciente colectivo y que afloran a la conciencia después de períodos largos de tiempo, generadas por experiencias repetidas fundamentalmente desde los tiempos más remotos por la observación a simple vista del comportamiento de los astros (el Sol, la Luna, Venus, etc.) sucediéndose, apareciendo y desapareciendo, de manera reiterativa e infinita en el tiempo y el espacio, de tal modo que se han grabado en el inconsciente colectivo. Se manifiestan y se revelan hacia el medio físico a través de diversas maneras, entre ellas el arte plástico. Se conformó por el ocultamiento de los astros que estuvieron observando a simple vista.—Es probable que en este arquetipo “Ausencia” que he venido definiendo se pueda o debiera estar incluido la renovación de Dios como una de sus formas de manifestarse.

El arquetipo “Ausencia” es una variante o derivación del arquetipo de la Creación; representa el ocultamiento y anulación de imágenes, así como la aparición tanto en el consciente como en el inconsciente del ser humano en una infinita persistencia de acaeceres. He erigido el arquetipo “Ausencia” para caracterizar e identificar aquellas proyecciones espirituales e imágenes psíquicas que el inconsciente del ser humano transmite por diversos medios y que las aflora a la conciencia después de períodos largos de haberse almacenado generadas por experiencias recurrentes y controladas en el inconsciente colectivo desde tiempos muy remotos. Las experiencias se generaron desde los orígenes del ser humano por la observación a simple vista del comportamiento de los astros (el Sol, la Luna, Venus, etc.) sucediéndose de manera reiterativa e infinita en el tiempo y el espacio, de tal modo que se han grabado en el inconsciente colectivo.

Esa antítesis o figuración del ocultamiento astral, los mayas lo observaron más fehacientemente en la presencia y desaparición de Venus (NOHOCH), ya que el mismo astro aparecía por los lados contrarios, unas veces por el oriente (las más) y otras veces por el poniente (las menos). Venus aparece por el poniente (Negro: Tlapallan) como «estrella de la mañana» y se oculta por el oriente (rojo: Tlillan) como «estrella de la tarde». “Esta identificación de las estrellas matutina y vespertina ha dado origen a múltiples mitos en la humanidad y explica casi todas las leyendas de Quetzalcóatl”. Caso, Alfonso, El pueblo del Sol, F.C.E., Lecturas mexicanas, S.E.P., México, 1992, p. 37.

Demostrar que las posiciones y movimientos astrales, fundamentalmente del Sol, la Luna, Venus, Marte, y algunos otros cuerpos celestes observados a simple vista –sin la ayuda de instrumentos modernos- son los generadores de ese arquetipo “Ausencia” es una tarea muy compleja y no está dentro de mis planes modestos para con este Post, de alcanzar ese objetivo. “Otra cuestión distinta es si cada una de las fuerzas de la naturaleza en particular son convertidas en objeto de interpretación mitológica y de adoración religiosa, o si, por así decirlo, sólo parecen como portadoras de un orden temporal universal. En el primer caso nos encontramos todavía completamente en el ámbito de la visión substancialista; el Sol, la Luna y las estrellas son seres divinos animados, pero son también cosas individuales dotadas de fuerzas particulares perfectamente determinadas. En este aspecto, entre estos seres divinos y las fuerzas demoníacas subordinadas que dominan la naturaleza existe una diferencia de grado, mas no de esencia. Pero otra concepción, un nuevo sentido de lo divino va madurando cuando el sentido mítico-religioso deja de orientarse simplemente hacia la existencia inmediata de los objetos individuales de la naturaleza y a la operancia directa de las distintas fuerzas de la naturaleza y ambos adquieren una característica bien expresiva además de su significación existencial directa; cuando ese sentimiento se convierte en un medio a través del cual se llega a la idea de un orden legal que rige y prevalece en el universo”. Cassirer, Ernst, Filosofía de las formas simbólicas, tomo II, F.C.E., México, 2003, pp. 149-150.

La manifestación más importante del arquetipo “Ausencia” es que se intuye, o en su defecto, se sabe y se reconoce con toda seguridad de que el “objeto” está oculto (pues el astro está en algún lugar) pues está fuera de nuestra vista y que nuevamente aparecerá. Se sabe que, por la propia observación experimentada que únicamente hay que esperar un período determinado (tiempo T) y el objeto reaparecerá. Seguramente este proceso astrodinámico de todos los cuerpos celestes también sea el origen del mito esencial universal y cosmogónico de la creación, pero igualmente difícil de demostrar.

Un aspecto sobresaliente de este proceso de formación arquetípica es el influjo que conduce al ser humano en tres vertientes de su condición: una, intentar recrear lo que su astro-dios realiza y es, durante el tiempo que no lo puede observar, mecanismo disparador de su imaginación –por no querer decir que muy probablemente fue elemento esencial de su estructuración ingénita-; en la otra, tener la conceptualización del espacio y el tiempo –seguramente del número también-, elemento impulsador de la indagación (curiosidad) y de la inclinación a la investigación (la técnica y la ciencia); y en la tercera, la circunstancia y expectativa de que el astro no llegara a reaparecer, entonces estaremos inmersos en el caso de la inexistencia, estímulo hacia la comprensión del significado de la muerte, como parte constitutiva del continuum de la vida. Probablemente esta tercera circunstancia astrodinámica sea la causa del mito de la Apocalipsis que se ha generado en casi todos los pueblos de la humanidad.

No tengo la menor duda de que el Sol, la Luna y Venus son los 3 actores principales (esenciales) creadores de este arquetipo Ausencia.

Ahora bien, qué relación más estrecha podemos observar entre lo que ha sido para las mitologías el planeta Venus y el caminar y con el sistema WALK-RWD, ¿En qué aspectos y modos se vinculan?

Existen en total 5 ciclos que relacionan al planeta Venus con nuestro ciclos esenciales (rotación, traslación, energéticos, vitales, mortuorios, cosecha, anuales, solares, lunares, etc.).

  1. Ciclo venusino de 584 días que tarda en cumplir su ciclo para volver al mismo punto del sistema solar.
  2. Ciclo donde aparece Venus como estrella de la mañana de 236 días
  3. Ciclo de ausencia o no visibilidad de 90 días.
  4. Ciclo donde aparece Venus como estrella de la tarde de 250 días
  5. Ciclo de ausencia o no visibilidad de 8 días

Los 4 últimos ciclos (2 al 5) conforman al ciclo completo de Venus alrededor del sol. La vemos aparecer 486 días y desaparece 98 días (ciclo venusino de 584 días).

Nuestros ritmos circadianos están regidos por la luz del Sol y por la oscuridad de la noche. Como hemos podido observar, el caminar en estos períodos, tienen una influencia diferente en nuestro cuerpo, tanto físico como mental, pero, ¿Y Venus? ¿Tiene alguna influencia?

Desde luego que los arquetipos son fuentes de comportamiento humano. El arquetipo “Ausencia” también participa en nuestro comportamiento y actitud.

Venus nos ha invitado desde siempre a caminar por la mañana (muy temprano) y por la tarde (al estar anocheciendo), y la Luna, la siempre convidada de plata, a participar en nuestras vidas, invitándonos a caminar por las noches.

Propongo ponernos a caminar en estos ciclos venusinos y observemos los resultados que obtendremos, tomando conciencia del movimiento que nos genera l arquetipo Ausencia.

(1)Loya Lopategui, Carlos, El Dintornismo en la plástica de los Antiguos Mayas, EMULISA, Mexico, 1995.

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