Este post es el cuarto de 9 que responden a una estructura práctica y que tienen el propósito de presentar un nuevo paradigma funcional y social, que requiere la humanidad para mantener, alentar y proteger el DESARROLLO FUTURO EN SU CAMINAR.
También es el número 124 que he desarrollado consecutivamente en el Blog con el cual se cumplen 4 años ininterrumpidos con este tema sobre el caminar del ser humano.
Este Post que bien pude titularlo: ¿HOMO SOCIABILIS O SOCIALIS? LA AGRESIÓN HUMANA CAMINANDO SIN RUMBO, nos incorpora en el modelo futuro de la humanidad que tiene mucho que ver con estos dos conceptos aparentemente afines, pero intrínsecamente divergentes; lo cual nos lleva a preguntar: Al constatar un panorama creciente de vulnerabilidad y de deterioro en la “sociabilidad” en el momento actual ¿Es el ser humano realmente sociable por naturaleza?
Mucha de la confusión sobre este tema de si el ser humano es un ente social o no, viene desde antaño, y descansa en el mismo título de este post, por lo cual debemos cuestionar: ¿Qué es lo social y qué lo sociable?, por ello creo necesario desde su inicio definir los conceptos “sociabilis” y “socialis”, a fin de poder transmitir la importancia que tiene el caminar en el futuro de la humanidad. Estos dos vocablos se han venido construyendo a lo largo de los siglos, primordialmente, desde los griegos. Podemos encontrar estos dos conceptos entre los principales antiguos filósofos como Sócrates, Aristóteles, Heráclito, Platón, Tales de Mileto, Séneca, etc.; unos analizándolos directamente y otros mencionándolos de manera indirecta.
Por otra parte, también dentro de esa cultura milenaria, toma relevancia el vocablo polis, que en griego significó un agrupamiento de personas o entidades, sean grupos o aldeas. Desde luego, cualquier polis, estaba conformada por individuos a final de cuentas, donde se interactuaba para lograr un objetivo común o varios.
Esta conglomeración humana es lo que más tarde se calificaría como la sociabilidad del ser humano y significaría que todo hombre unido en colectividades es social y sociable por naturaleza. Por lo tanto, es necesario tener una definición clara y precisa de lo que es sociabilidad, ser sociable y ser social, para ello se requiere entender claramente algunos otros conceptos, como son naturaleza humana, instinto, condicionamiento, necesidad y conveniencia, entre otros.
Me voy a permitir presentar someramente estas conceptualizaciones –más no definiciones-, antes de entrar a lo que deberemos entender por este término de sociabilidad, en toda su extensión filológica:
Naturaleza humana: Es la concepción de lo que el ser humano tiene por esencia en su composición prístina.
Instintos: Son los impulsos naturales que le permiten y alientan al ser humano a comportarse naturalmente, en su condición coincidente con los animales.
Gregarismo: Proclividad de los animales a reunirse con otros elementos de su propia especie, con diversos objetivos. Propensión de los animales a convivir agrupados, esencialmente para su sobrevivencia.
Normas sociales: Principios morales y éticos, valores, reglas de conducta, costumbres, usos y tradiciones, por los cuales un grupo de individuos se comporta, de cierta manera, en un entorno geográfico para convivir en comunidad.
Lo que es ser social o qué es ser sociable, nos orienta objetiva y determinantemente a comprender mejor el tema:
El Ser social (socialis) se refiere a un individuo que vive permanentemente por su naturaleza y esencia dentro de un grupo de su propia especie. El Ser Social (socialis) es un individuo fraterno, leal, solidario, incondicional, sincero, empático y cooperativo, que se inclina a mantener lazos de convivencia en grupos humanos.
El Ser Sociable (sociabilis) es un individuo amigable, amistoso, afable, afectuoso, amable, cordial y afectivo, porque le gusta el trato que recibe en términos generales dentro de la sociedad, pero no es necesariamente fraterno, leal, solidario, incondicional, sincero, empático y cooperativo, y así convive con otros seres humanos para recibir beneficios que le permiten sobrevivir con mayor comodidad y seguridad, además que le ayudan a satisfacer más fácilmente sus necesidades en general, pero no necesariamente es un ser social por naturaleza.
El Ser Social incluye al Ser Sociable.
Ahora bien, la sociabilidad es una interacción y vinculación del ser humano con otros individuos dentro de su entorno y representa un comportamiento que lo lleva a la asociación, compañía, mezcla, identificación, unificación con otros seres humanos, conduciéndolo hacia las relaciones de convivencia, a la armonía, a la comprensión, a la empatía; sin embargo, también lo inducen hacia la diversidad, a las diferencias, a la incomprensión, la intolerancia, al desacuerdo, a la incompatibilidad y a la antipatía.
Y precisamente ante esta posición de ambivalencia de comportamiento es que surge la perspectiva de considerarlo como una condición humana natural pero muy contradictoria. Es decir, tiene que vivir en sociedad por sus propias necesidades de sobrevivencia tanto individual como de la especie.
Así mismo, debemos preguntarnos sobre esa condición que le llamamos “ser gregario”, que se le adjudica al ser humano, tanto de modo natural como obligado. En otras palabras ¿Es un instinto o impulso innato (ingénito, congénito) en el ser humano o un condicionamiento social, esa inclinación a ser gregario, sociable, a reunirse con sus pares?
Desde luego que el ser humano se comporta dentro de la sociedad regulado por pautas, principios y normas éticas y morales que le dictan y lo inducen permanentemente a cómo debe de comportarse dentro de ella, por lo que lo transforma en un ser muy constreñido y diferente, seguramente, a lo que sería si no existieran esas reglas de comportamiento.
Lo anterior nos invita a mencionar lo que Aristóteles dijo: “el ser humano es un ser sociable por naturaleza”; más no social. Su declaración no significa que sea natural en él, estar y mantenerse por gusto dentro de una relación plural. Creo que el filósofo de Estagira se refería a que por sus propias necesidades naturales de sobrevivencia tendría que estar dentro de una sociedad forzadamente. Además, existe ese instinto de asociarse con una pareja del sexo opuesto, para la procreación de la especie; pero, tanto en el hombre como en la mujer, se realiza por un tiempo determinado y para la continuidad de la especie. Y no estoy hablando de la reunión de parejas por amor; ese es otro tema.
Por esas normas y costumbres sociales, impuestas durante toda la vida y por múltiples generaciones, es que el ser humano se conduce dentro de una sociedad en particular. Esa forma social de comportamiento se va adquiriendo, aprendiendo, acatando y desarrollando a lo largo de la existencia. Compromiso que tiene cada individuo para poder obtener los diversos beneficios dentro del grupo social que le tocó vivir, aprendiendo a “ser sociable” y ejercitándose en el núcleo familiar para convivir en sociedad con el objetivo de poder sobrevivir.
Vivir dentro de una comunidad, le permite al ser humano desarrollar una convivencia auto-impuesta a través del logro de valores sociales, como los siguientes:
ARMONÍA
PACIFISMO
BIENESTAR
TOLERANCIA
IGUALDAD
SEGURIDAD
FRATERNIDAD
SOLIDARIDAD
AMABILIDAD
RESPETO
HERMANDAD
COMUNIDAD
CORDALIDAD
EMPATÍA
COLABORACIÓN
AYUDAR A LOS DEMÁS
SER AGRADECIDO
AFECTIVO
COOPERATIVO
Sin embargo, no todos los individuos pueden lograrlo ¿Qué tan capaz es el ser humano para llevar a efecto estas formas de actuar dentro de un grupo cualquiera de individuos? ¿Es incapaz o medianamente capaz?
Ya que a lo largo de la vida se tropiezan con diferentes obstáculos, que la propia sociedad les impone o los induce a actuar con:
Indiferencia
Individualismo
Impaciencia
Egoísmo
Violencia en general
Agresividad
Falta de educación cívica
Violencia intrafamiliar
Falta de comunicación
Intolerancia
Infidelidad
Necesidad de poder
Inconsistencia
Necesidad de controlar
Necesidad de evitar ser controlado
Salirse de las normas
PARA DEFENDER SU PROPIO INDIVIDUALISMO
Como receta podemos decir que el ser humano debe tender a la universalidad de los valores sociales. Tiempo atrás, se aseguraba que existían los valores universales, que caracterizaban a todo ser humano, sin importar sus diferencias étnicas y culturales. También se manifestaba que debía impartírsele una educación y cultura ciudadanas, o que se le inculcara civismo, tratando de globalizar esa instrucción dentro de un estatuto o reglamento cívico. Pero, ¿Son todos esos valores sociales que hemos señalado imputables a su naturaleza prístina, o son derivados de un condicionamiento impuesto, para considerársele un ser social?
Es innegable que el ser individual requiere de normas de comportamiento que le sujeten y controlen en sus impulsos agresivos que es una consecuencia de las desarmonías y vicios señalados anteriormente y su estado habitual de ser egoísta; y quizás más imperativo cuando se encuentra reunido en pequeños, medianos o grandes grupos; dichas tendencias egoístas que sí están presentes en su naturaleza como parte de su genoma humano (individualismo natural, el gen del egoísmo), provocan que se rompa la cohesión de la armonía, que era el objetivo inicial para convivir, sobrevivir y desarrollarse en comunidad.
Por lo regular, el producto final será un individuo que debe aprender a convivir con otros de su misma especie y a sobrevivir dentro de una sociedad, comportándose obligadamente y cumpliendo con las normas sociales impuestas, lo que demuestra que no nace con esa naturaleza de sociabilidad, sino que la desarrolla al paso de la vida, ya que necesita vivir dentro de una sociedad para sobrevivir y perpetuar la especie.
La demostración de dicha falacia está en el número creciente de las personas que prefieren vivir fuera de las normas sociales, el alto grado de criminalidad y agresión existente en las sociedades actuales, especialmente entre las más desarrolladas.
Es una controversia muy interesante. Para resaltar esta polémica basta señalar a dos pensadores que han tenido relevancia en sus estudios y conclusiones que han formulado respecto al comportamiento del ser humano: J.J. Rousseau y N. Maquiavelo.
Rousseau dijo que el ser humano por naturaleza es bueno, y además que la sociedad es la causa directa que lo transforma en un ser maligno, ya que le enseña que desde que nace debe competir y ganar a toda costa, entre otras imposiciones y coacciones, exigencias, obligaciones, condicionamientos. Mientras que Maquiavelo nos expresó que el ser humano es malo por su naturaleza prístina, explicando que por ello se le debe educar y normar en sus comportamientos, pues resultan peligrosos para la sociedad en su conjunto.
Subrayando, ser social (socialis) debe entenderse como la búsqueda instintiva y natural de estar agrupado o desear reunirse con varias personas, de manera diaria y prácticamente permanente, llegando a ser amigable y amistoso, inclusive llegar a ser fraterno, incondicional, leal, sincero, afable, afectuoso; es decir, modos diferentes al concepto de ser gregario, donde el individuo habitualmente busca un grupo para defenderse y resolver problemas como el miedo, la amenaza y agresión que sufre, etc., y en esta forma, el ser humano que pertenece a la escala gregaria, no se mantiene dentro de su grupo en términos de fraternidad y empatía, sino que acepta someterse a ciertas normas, pero no del todo, ni tampoco por un simple gusto o por atracción, como sucede en las relaciones de tipo sexual, sino por estar dentro de un grupo que le otorgue seguridad y satisfacción a ciertas necesidades, que de otro modo, no lo podría lograr fácilmente.
Podemos afirmar, de manera sumaria, que el hombre no es un ser social por su condición natural. El hombre es un ser sociable por necesidad. No se inclina, por su condición natural, a reunirse con otros seres de su propia especie, sino que se ve impulsado a socializar por estímulos externos, por buscar una protección, mayor fuerza dentro de un grupo para defenderse, para buscar alimento, para preservar la especie. No existe ese instinto en el ser humano que lo impele a ser social; el único impulso natural que lo hace reunirse es el sexual, una necesidad instintiva de aparearse con miembros del sexo opuesto, para la conservación de la especie (sapiens animalis= animal sabio), para su supervivencia como cualquier otro animal no racional. En la mayoría de los casos, busca mantener el grupo familiar por la necesidad de proteger a su prole, hasta que logren ser autosuficientes e independientes.
Descartamos que el ser humano tenga un instinto social, es un comportamiento aprendido. Es decir, su necesidad de agruparse o asociarse en grupos es una consecuencia de esos afectos parentales que recibe el individuo desde que nace hasta que se independiza y también un resultado de los sentimientos filiales conformados en él durante ese período. Siguiendo la línea teórica evolutiva darwiniana podríamos decir que ese comportamiento ha sido la respuesta que el ser humano se ha podido conceder a través de miles de años, proveyéndose de una “selección natural” que le ha permitido sobrevivir como especie.
¿Cuáles son las diferencias y las similitudes entre ser gregario y ser sociable? Un ejemplo sobre las similitudes y las diferencias entre ellos, se detecta en su comparación con los grupos de animales específicamente gregarios, tanto del grupo de los mamíferos (manadas) como dentro de los insectos (colmenas, enjambres) y de los peces (cardúmenes), en donde abundan este tipo de conglomerados.
En el reino animal se observan estas conductas colectivas de índole cooperativo desde los insectos más ejemplares, como las hormigas, abejas, langostas, inclusive en organismos unicelulares, que también forman colonias, hasta los más grandes mamíferos como los elefantes, pasando por el sin número de manadas de cuadrúpedos, así como dentro de las aves (migratorias) y de los del reino marino, en los que se observa claramente la expresión de los conceptos de asociación y agrupamiento para la organización de las tareas que desarrollan a manera de estrategias como instrumento instintivo para sobrevivir y perpetuar sus especies. Para estos efectos, a ambos conceptos los deberemos circunscribir al aspecto de las relaciones humanas, dentro de un grupo o una comunidad:
GREGARIO (en inglés: gregarious): Un individuo se le califica de gregario porque forma parte de un grupo o vive en comunidad, por necesidad. Y la pregunta es: ¿Es natural que forme parte de un grupo humano? Alguien podría decir que al definir al ser humano como un individuo, no necesariamente está desposeído de su parte gregaria. O alguien más diría: ello lo distingue de los demás del grupo y no es partícipe de las ideas de los demás; de ahí su calificación de ser individual.
SOCIABLE: (en inglés sociable): Una persona es sociable porque le gusta relacionarse con otras personas, y únicamente ese gusto es lo normal y natural. Y la pregunta es: ¿Verdaderamente le gusta relacionarse o se siente necesitado y obligado de hacerlo?
Freud en su libro Tótem y Tabú, expresa: “… pudo no ser el hombre un animal social, y vivir, sin embargo, como el gorila, con varias mujeres de su exclusiva pertenencia…”.
Desde los tiempos más remotos el ser humano ha mostrado su inclinación a fomentar y fortalecer ese instinto de aparearse mediante rituales mágicos y religiosos, y por ese impulso convive con la pareja elegida (o varias hembras) y su camada (prole), durante un tiempo perentorio, mientras sus descendientes alcanzan una edad propicia para valerse por sí mismos. Por cierto, es importante señalar que es el mamífero que más tarda en levantarse a caminar después de haber nacido. ¿Será porque es de los pocos que caminan erguidos únicamente sobre sus 2 extremidades inferiores?
De hecho, aquella idea que antiguamente fue definida por Aristóteles con su politikós anthropós (πολιτικός ανθρωπός), hombre político, introyectó en la cultura de Occidente, que el hombre llegara a creerse un ser gregario en esencia (según la definición aristotélica) y no por los 9 factores que señalaré más adelante; de donde podemos derivar, la importancia de esa praxis de la política, para el control de las colectividades, llinikés póleis (ελληνικές πόλεις): las ciudades griegas -desde las épocas de la hegemonía cultural helénica- y su división en clases sociales que no tendrían por qué existir, hasta nuestros días, con tintes de coacción para la explotación de las diversas castas y de los individuos más desprotegidos, considerando el esclavismo como un bien económico necesario.
¿Es sociable por naturaleza? ¿O simplemente es un animal gregario?
El hombre definido por Aristóteles como politikó zóo (πολιτικό ζώο), animal político, es un sobrenombre apropiado para disfrazar su predisposición a la jerarquía humana, pues su sociedad estaba bajo un régimen esclavista, y tenía que definir, antes que nada y previo a sus ideas y consideraciones políticas, que el ser humano debe estar ordenado jerárquicamente. Primeramente, debía catalogarlo como parte esencial de una unidad gremial, colectiva, donde por definición necesita estar dentro de un grupo, y por lo mismo, sólo así podría seguir existiendo bajo sus “instintos adulterados e impuestos” de ser gregario, ya que de otra manera, dejaría de existir como especie.
Es un equívoco pensar que por su propia esencia, el homo sapiens es un ser sociable. Esta consideración la podemos analizar a partir de los homínidos –antecesores asociados al homo sapiens– que se levantaron, y colocándose en una posición erguida, empezaron a caminar sobre sus 2 pies, hace millones de años, ya que precisamente en la gran mayoría de los casos arqueológicos se le ha encontrado solo. En los más cercanos hallazgos en que se le ha observado al homo sapiens –y a sus antecesores “erectus”-conviviendo dentro de una colectividad, siempre ha sido por efecto de agentes o estímulos externos a su esencia natural, o por sus instintos sexuales para perpetuar la especie.
El ser humano siempre busca su conveniencia o beneficio individual para tomar la decisión de agruparse con otros individuos, en favor de la protección de sus propios bienes y de su prole, que como ya dijimos, es la unión sexual y la permanencia familiar, como la unión esencial, natural o instintiva-animal, para la procreación y la sobrevivencia de la especie, inscrita en la genética de cualquier animal gregario, inclusive no sólo en los superiores, sino también en los inferiores, desde los unicelulares hasta las hormigas y los demás insectos.
En todas las épocas, desde las más remotas, hasta el momento actual, el HOMO SAPIENS se ha agrupado en distintas formas, debido a estímulos que lo obligaron a mantenerse dentro de un grupo. Veamos de modo general cuáles han sido esas actividades, colectividades y organizaciones al paso del tiempo:
En épocas remotas:
- Para trasladarse
- Para cazar
- Para recolectar
- Para dormir
- Para emigrar
En épocas menos remotas:
- En cuevas
- Para sembrar
- Para cosechar
- Para realizar culto a sus divinidades
En épocas más recientes:
- En viviendas y habitaciones
- Ventas, hosterías y posadas
- Tabernas
- En poblados
- En santuarios
- En Monasterios (aislados de las comunidades urbanas)
- Para transportarse y viajar (una gran variedad)
- Cuarteles militares (Para atacar o defender)
En épocas modernas
- En edificios
- Hoteles
- Museos, teatros y circos
- En grandes centros habitacionales y condominales
- En iglesias, ermitas, mezquitas, sinagogas y templos
- En estadios
- En ciudades y grandes asentamientos
- Para pasear (una gran variedad)
- Fábricas, empresas y centros laborales de todo tipo
- Escuelas y universidades
- Centros de salud y hospitalarios
Todos estos medios físicos construidos o adaptados por el mismo ser humano contienen varios elementos en común, que lo ha inducido y obligado a transformarse en un ser sociable, pero no es instintivamente social. Algunos instintos evidentes en el ser humano que le permiten su seguridad, conservación y supervivencia, responden ante esas “motivaciones” impuestas –por el mismo ambiente o por su condición de sobrevivencia-, con acciones como son las de huir, escapar, congregar, correr, repeler, unirse, defenderse, evadir, abandonar, agruparse, salvarse, abandonar, etc. (Post futuro EL CAMINAR Y LOS INSTINTOS).
El ser humano ha podido y se ha permitido ser gregario por sus grandes capacidades de inducción psicológica ya que posee dentro de sí varias potencialidades que se pueden transformar en “factores gregarios”; es decir, guardamos cada uno de nosotros ciertas facultades -capacidades o destrezas- del tipo “estímulo” psicológico, que por diversos factores: disfunción, inactividad, ignorancia, incapacidad, impotencia, falta de recursos (nivel socioeconómico bajo) y los aspectos emocionales como la soledad, se pueden trasmutar en incentivos o necesidades reales y efectivas de asociación o impulsos gregarios, como son:
- Comunidad familiar
- Asociaciones profesionales
- Grupos militares y paramilitares de ofensiva y defensiva
- Corporaciones laborales o gremiales
- Corporaciones sindicales y cooperativas
- Círculos sociales
- Cofradías
- Asociaciones delictivas
- Pandillas de delincuencia
- Instituciones de beneficencia
- Agrupaciones del tipo social
- Agrupaciones económicas
- Comunidades pecuarias
- Partidos políticos
- Agrupaciones comuneras
- Consorcios financieros
- Camarillas de artistas
- Asociaciones de profesionales
- Comunidades agrarias
- Agrupaciones de escritores
- Sociedades Organismos Clubes
- Sectas religiosas
- Ligas comerciales
- Sociedades mercantiles
- Iglesias
- Congregaciones eclesiásticas
- Hermandades místicas
Son 9 los elementos comunes que transforman al ser humano en un ser gregario, sociable, y nos generan una confusión sobre la concepción de ser social en su esencia prístina, a saber:
- Temor
- Ignorancia (en su momento el analfabetismo)
- Dolor
- Engaño
- Culpa
- Conveniencia y Beneficio
- Frustración, Desequilibrio Emocional, Soledad
- Vulnerabilidad (inseguridad, debilidad, fragilidad)
- Comunicación gestual, oral y escrita
Cada uno de estos factores son universos de mecanismos que inducen al ser humano a crear unidades o módulos de convivencia gregaria para defenderse y lograr permanecer como especie.
“La libertad, física y mental, nace con el mismo ser humano, es inherente a él. Cualquier acción en contra de ella se ve reflejada en un retroceso en la evolución de la especie.
Estas involuciones invaden las diferentes esferas psicomotrices, las cuales se ven impactadas restándole al ser humano aptitudes de tipo fisiológico, psíquico, emotivo e instintual, tanto en su nivel individual como colectivo.
No se podría distinguir con certeza en cuál de estas esferas es más fuerte el impacto de la pérdida de libertad, sin embargo, debemos revisar aquella donde pueden provocarse lesiones cuyo daño no es fácilmente reversible, o bien que ponga en peligro la existencia del ser humano, al atacar sus instintos de reproducción y de supervivencia como pueblo y como especie.
El sentido de adaptación como opción de sobrevivencia ha sido una de las vías que ha mostrado mayor daño a la raza humana; la sumisión al dogma juega un papel determinante en la supresión de los instintos vitales, y con ello en la prolongación del estatuto de servilismo y de estancamiento secular que actualmente muestran los pueblos” (Pueblos sin Instinto *).
Si se analiza detenidamente cada uno de esos 9 vectores señalados de necesidad o conveniencia gregaria –que deberemos llamar gregarismo- veremos claramente que el homo-sapiens-sapiens se ha desarrollado dentro de “colectividades” que han tenido sus respectivos “estímulos externos” para fortalecer esas dependencias y mantenerlo siempre bajo los estándares de sumisión de los 9 inductores señalados.
Un ejemplo típico de este tipo de comportamiento es el religioso, pues éste conjuga claramente varios de esos vectores: temor, dolor y culpa; aunque algunos especialistas en este campo incluyen también la ignorancia y el beneficio económico.
Otro de esos estímulos, de orden psíquico y anímico, es la soledad, nos crea una imagen clara de lo que le sucede al ser humano en general, pues le genera una necesidad imperiosa a reunirse, a asociarse y a despertar esa necesidad gregaria, ya que verdaderamente la soledad es un impulso de la individualidad a lo social. Sin embargo, dicho estímulo puede ser manipulado como lo es ahora por el sistema mercantilista que propicia la homogeneidad. El hecho de que un individuo camine en lugares concurridos y llenos de gente no significa que socialice o que busque socializar. Esta inclinación de buscar caminar en donde existan conglomerados no demuestra que el hombre y la mujer son seres sociales. De hecho, cuando se encuentra en este tipo de relaciones conglomeradas es cuando más abiertamente transmite que no es un ser social.
Inclusive, esta búsqueda puede ser una respuesta natural e ingénita para conseguir un estado emocional de soledad.
Debemos preguntarnos: ¿Está el ser humano naturalmente diseñado para la soledad? Dejemos la respuesta para más adelante.
La norma educativa en Occidente que ha dado lugar al concepto de conducta gregaria e impulso de sociabilidad (socializar o ser social), por necesidad de supervivencia y conservación de la especie, se ha venido conformando disciplinariamente –como ya mencionamos- desde los griegos, y el resultante de estos 9 vectores, cualquiera que sea su conformación estructural y su ponderación en cada individuo, es la dependencia física, emocional, mental y espiritual, de un conglomerado no 100% idéntico.
Por naturaleza, el ser humano es errabundo, que cuando está en posibilidades de caminar a los 10-24 meses después de su nacimiento, sus primeros impulsos y necesidades son los de apartarse. Su condición de inseguridad –e incapacidad- durante los primeros meses de edad, para poder alimentarse y sobrevivir por sí mismo, lo obligan a permanecer bajo la tutela de los padres (la “casa paterna”). La protección natural que esgrimen los progenitores hacia los hijos, durante los primeros meses del infante –y a veces varios años-, le transmiten una conciencia de lo que pueden realizar y de lo que están incapacitados para su supervivencia. Conciencia que lo mueve y persuade a permanecer en la casa paterna. Ya dependerá de los mismos padres y de su temperamento y carácter, que podrá o no salir de esa dependencia, que lo puede condenar a ser un HOMO-SOCIABILIS por inducción o conveniencia. (Post EL CAMINAR Y EL INSTINTO DE SALIR DEL LUGAR DE ORIGEN).
Ahora bien, ¿Cómo participa el sistema WALK-RWD en este proceso de dependencia y liberación, que lleva, por lo menos, 5,000 años? Aparte del temperamento y la personalidad que no son factores colectivos, sino individuales, existe un elemento adicional que es la edad del caminante; es decir, las distintas etapas de crecimiento y desarrollo por las que atraviesa el ser humano, y que lo llenan de experiencias, contienen información determinante para la toma de decisiones en cuanto a su estado de pertenecer o no a una comunidad determinada, así como a sus propios sentimientos respecto a buscar o necesitar la soledad, o la experiencia grupal con sus coetáneos; esto está relacionado con una visión emocional diferenciada en cada persona. Por ello, es muy diferente lo que sienten y buscan los jóvenes a partir de la adolescencia y después de cruzar esta etapa de desconcierto y fragilidad psicológica, por lo que se inclinan a buscar grupos para protegerse y tener mayor seguridad dentro de ellos mismos. En la actualidad, estos grupos, en las grandes ciudades son tan frecuentes que inclusive son llamados tribus urbanas. Ese proceso instintivo de salir de la casa de origen (lugar de origen), realizándose a una edad de 11-15 años de edad, da como resultado que el individuo fortalezca su personalidad “Fortalece tu personalidad y encontrarás el camino; y cuando encuentres el camino hallarás tu destino” [DESCUBRA Y TRANSITE SU PROPIO CAMINO, ELLO LO DIRIGIRÁ A ENCONTRAR SU DESTINO]. (Post EL CAMINAR Y EL INSTINTO DE SALIR DEL LUGAR DE ORIGEN).
De igual manera será distinta la visión en los y las mayores de 30-40 años versus con respecto a los mayores de 50 en adelante.
Antes se seguir adelante, quisiera hacer énfasis que debemos trazar una línea de separación entre lo que ha sucedido en la esfera occidental y la oriental, porque son idiosincrasias diferentes. En otras palabras, aunque es parecido el tratamiento, tienen formas distintas de comportamiento y sobre todo los efectos nos conducen por caminos diferentes, aunque la práctica tiene la misma estructura.
En este caso que hemos señalado en el presente Post, deberemos llevar a la práctica el sistema WALK-RWD de un modo integral y completo; es decir, el caminar junto con la realización de las 3 actividades estructuradas, porque ello nos llevará a poder alcanzar la “causa final” que busca todo ser humano: El sistema WALK-RWD es una práctica recurrente, que se debe repetir diariamente, combinando el caminar definido y errabundo para contrarrestar las acciones de huir, escapar, etc., con las otras 3 actividades (leer, escribir y dibujar) que lo organizan –consciente e inconscientemente- y lo preparan para alcanzar los objetivos fundamentales, que contrarrestarán los 9 elementos de dependencia, a saber: 1) Salud física, mental, emocional y espiritual, 2) Creatividad y creación artística, 3) Concentración, relajación, meditación y contemplación, 4) Armonía mente-cuerpo, 5) Comprensión y aceptación de uno mismo, 6) Percepción y conocimiento de la realidad. Estos 6 objetivos trascendentales son oponentes directos a los 9 inductores de dependencia que hemos estados sufriendo durante una eternidad, y cada uno resuelve partes importantes de esos 9 vectores, con la prerrogativa de que estos 6 se van potencializando a medida que se acumulan en un proceso de cooperación recíproca, en períodos de tiempo calculables.
La propuesta se observa algo complicada en cuanto al grado de efectividad que se pueda obtener efectivamente respecto al logro de estos 6 objetivos trascendentes; sin embargo, el sistema WALK-RWD sí nos permite materializarlos determinantemente, poco a poco, ya que no tenemos ninguna duda de su eficacia por la experiencia propia; el ponernos a caminar y a realizar las otras tres actividades estructuradas (leer, escribir y dibujar) nos permitirá observar inmediatamente beneficios en esas 6 diferentes aspiraciones, de lo cual podremos ser testigos directos.
Comencemos con esto y vayamos avanzando. Si para un solo individuo se le observa como escalar una montaña, si habláramos de la mitad de la humanidad, ciertamente que se torna bastante difícil; no obstante, tomemos conciencia de ello poniéndonos a caminar y practicar el sistema, para ser testigos de su eficacia.
De manera específica podemos señalar que el caminar acompañado con una o dos personas para platicar o intercambiar experiencias, hablando y escuchando, se le puede sustituir -a ese tipo de interactuación- con las 3 actividades estructuradas dentro del sistema WALK-RWD, de leer, escribir y dibujar, ya que como hemos explicado en posts anteriores, ello permite un diálogo con nosotros mismos (Post DIÁLOGO CON NOSOTROS MISMOS MIENTRAS LEEMOS Y CAMINAMOS; DIBUJAR Y UMBRALISMO, PARA CONOCER NUESTRO YO INTERIOR; DIBUJAR, PARA CONOCERNOS MEJOR). Es muy probable que la interactuación con otras personas nos permita encontrar un entendimiento adecuado y se disfrute de la compañía –logrando cierto entretenimiento y diversión-, sin embargo, también se corre el riesgo de no encontrar un diálogo que fluya en todos sentidos, y sea únicamente una sola la persona que lleve la plática, sin permitir hablar al resto de los acompañantes. Es difícil encontrar una afinidad de temas, intereses y de experiencias compartidas de igual forma y afinidad. Esto último hace que se pierda el aliciente para emprender caminatas acompañados, o en otras palabras, es difícil socializar cuando se camina. Nos transforma en individuos reticentes y retraídos a lo sociable mientras se camina. Queremos permanecer en soledad en esta actividad, pero no en aislamiento, no en una incomunicación cerrada, únicamente reservados para disfrutar en solitario nuestro caminar.
Seamos o no seres gregarios deberemos tomar conciencia que todos los esfuerzos que destinemos para ponernos a caminar son valiosos si logramos hacerlo, socializando o no.
Por otro lado, quisiera direccionar mis argumentaciones y enunciaciones sobre la sociabilidad del ser humano hacia otro cometido, que trata sobre el futuro caminar del ser humano, que está íntimamente relacionado con los aspectos de sociabilidad que he analizado. Para ello, deberemos recordar, tomando conciencia, de las innumerables veces que nos hemos visto agredidos por peatones y viandantes cuando caminamos por las calles de las ciudades, sobre todo las grandes urbes. Y en esta última parte del post habremos de señalar algunos aspectos que deberemos tomar muy en cuenta para poder definir un mejor PARADIGMA que nos permita un modelo adecuado para poder caminar en el futuro próximo, sin esa gran variedad en el tipo de agresiones.
En este renglón son muchos los pensadores que comulgan en que el ser humano es agresivo por naturaleza, entre ellos resaltamos a Hobbes, que al igual que Maquiavelo, consideraba que era malo en esencia, por ello recomendaba que el Estado emitiera las leyes necesarias para combatir y controlar ese impulso agresivo que germina y emana del egoísmo natural que anida en todos los seres humanos.
En el proceso que realizaremos para llegar en el futuro a definir el nuevo Paradigma del caminar, nos avocaremos a señalar las distintas e innumerables manifestaciones agresivas en todos los ambientes y fundamentalmente cuando el ser humano se desplaza caminando en las ciudades, ya que sobresale este egoísmo agresivo cuando lo realiza en las grandes metrópolis.
Esas manifestaciones agresivas tienen diversos niveles de importancia, es decir, pueden ser leves como el arrebato, la rabieta, el coraje y la irritación; un nivel intermedio como el furor, el enfado, el enojo, la exasperación, la desesperación; y un nivel más elevado como la ira, la cólera, la furia o la violencia en sí; que muchos de estos estados podrían considerarse sinónimos, sin embargo, todos ellos encierran un diferente grado de hostilidad y que se visualiza cuando nos encontramos caminando en las grandes aglomeraciones.
Sabemos que se manifiestan en el ser humano en sus diferentes actividades, pero también existen estos grados mientras camina al lado de otras personas. Debo señalar que a mayor número de personas que se encuentran caminando, el problema de la agresión se puede potencializar y agudizar, de tal forma, que estos niveles se presentan sobre todo en las grandes metrópolis y en lugares de gran concentración de personas.
La receta es que se caminara tratando de evitar esos grados de agresión. Pero, ¿Cómo lograrlo?
Creo que parte de lo que hemos planteado a lo largo de los 3 últimos Posts que están estructurados para llegar a definir el nuevo paradigma del caminar (Posts LA 9ª GENERACIÓN DE CREATIVIDAD DE LA EPOCA MODERNA Y EL CAMINAR. PARTE I; EL SISTEMA WALK-RWD Y EL FLUJO INTERDICIPLINARIO DE IDEAS. PARTE II; y CAMINAR, UNA HIBRIDACIÓN DISCIPLINARIA NECESARIA. PARTE III), está orientado para empezar a organizar un diseño donde se pueda lograr caminar sin agresiones: La conjunción de diversas disciplinas sobre estas manifestaciones agresivas del ser humano nos podrían indicar el camino de la no agresión, fundamentalmente psicología, sociología, antropología, biología, de desarrollo infantil, y algunas otras que se vayan incorporando a estas metas impostergables, pero todas ellas deberán estar enfocadas al comportamiento humano, mientras se camina en lugares concurridos.
Estas manifestaciones agresivas se realizan de un modo consciente pero también inconsciente, y ambas formas pueden llegar a situaciones verdaderamente violentas. Así como hemos descrito las categorías de agresión, que son muchas, así también estas agresiones se dan en diferentes formas, que podríamos categorizarlas (clasificarlas, ordenarlas, por importancia) en centenas: clara y perfectamente diferenciables y jerarquizables. Más adelante nos ocuparemos de esa determinación; por ahora, basta decir que deberemos conocer sus orígenes y causas; que deberemos poner un remedio a todas ellas; que la agresión (consciente o inconsciente) de una persona a otra, implica que la segunda también pueda responder con violencia hacia este primer sujeto generador de la ofensa original, tomando represalias, o bien, derivándola hacia otras personas que tengan contacto o relación mientras caminan en ese momento.
Las siguientes acciones que habremos de realizar –dentro de la hibridación especializada de las disciplinas mencionadas-, serán la definición de reglas cívicas y el cumplimiento irrestricto de una cultura ciudadana que incluya los principios básicos para el nuevo peatón del futuro. De tal manera que en el futuro, nadie camine en lugares públicos, desplegando ese egoísmo humano agrediendo a otras personas durante su caminar. También podemos subrayar los esfuerzos que deberemos hacer para el fortalecimiento de los lazos de unidad, solidaridad, tolerancia, igualdad, fraternidad, hermandad y cooperación.
Pongámonos a caminar respetando a los peatones que estén a nuestro lado.
AMABLE INVITACIÓN: En breve se publicará el libro “SISTEMA WALK-RWD”, como primer volumen, que incluirá los primeros 124 posts de este Blog WALKREADANDWRITE.COM, mismo que se podrá adquirir en Amazon. Tiene el propósito fundamental de facilitarles a las personas interesadas en esta actividad natural del ser humano, el acceso inmediato a esos posts, en un solo documento compilado.
Se incluirán todos los posts que se han publicado hasta la fecha actual. Cada post transcrito tiene su número secuencial, el contenido textual, la fecha en que se publicó y su título.
El libro incluirá tres índices: el INDICE GENERAL, donde se listan en orden cronológico los posts publicados durante los primeros 4 años, desde julio de 2018 a junio de 2022¸ señalando su número secuencial y su título; un INDICE TEMÁTICO donde se señalan los temas más sobresalientes del Blog, y el INDICE ANALÍTICO DE CONCEPTUACIÓN, donde se destacan los subtemas y aspectos relevantes adicionales que se explican en los distintos posts que tienen relación estrecha con el Caminar del ser humano. Este índice facilita su localización y accesibilidad a cualquiera de esos subtemas y conceptualizaciones que enriquecen la compilación, otorgándole mayor dinamismo y subrayando la importancia mayúscula de esta actividad esencial del ser humano.
(*) Edel C. Piñera y Loya Lopategui, Carlos, Pueblos sin Instinto, EMULISA, México, 2021.