Caminar bajo una rutina (sea hábito, costumbre o regla), más o menos estricta, nos permite enseñarle a nuestro cuerpo y mente que van a recibir permanentemente ciertos “ejercicios” casi iguales en períodos de tiempo, en calidad, en duración y en esfuerzo.
Esas 2 partes fundamentales de nuestro ser aprenden (o aprenderán) que en el tiempo “T” (minutos) deberán reaccionar, de acuerdo a las funciones de cada una de sus partes integrantes, de cierta manera y durante un lapso “L” de tiempo (1-2 horas, o fracciones de hora) que duran esos “ejercicios”; éstos están compuestos de instrucciones, ejecuciones, conductas, prácticas, marchas, movimientos, caminatas, descansos y reposos (adiestramientos entrenamientos, procederes, paseos excursiones, trabajos, pasividades).
El nivel y la velocidad en la fijación físico-neuronal se logran de acuerdo a la persona que realice el acondicionamiento y al tipo de información corporal y mental que se le impregne al organismo, en un período de tiempo “G” (semanas); por lo general, en nuestro caso que aplicamos el sistema WALK-RWD se logra en un lapso de 6-10 semanas. Después de este tiempo “G”, de haber realizado los ejercicios de manera ininterrumpida, podremos decir que nuestro organismo los ha fijado en su interioridad física-neuronal, y se verá invitado a repetirlos, dentro de los parámetros aprendidos T, L y G, de tal manera que en el horario acostumbrado -en el que se va a dar inicio la caminata- el sólo pensar en que ya tomamos la decisión de salir a caminar, algunos órganos, sistemas y glándulas del cuerpo, empiezan a funcionar antes de dar el primer paso de inicio de nuestra caminata.
Ninguno de los 3 parámetros T, L y G, deben considerarse como inamovibles en sus magnitudes; es decir, podemos hacerlos variar sensiblemente, de tal manera que no se conviertan en un compromiso traumático u obsesivo.
Así que, ese aprendizaje logrado por nuestro organismo empieza a dar sus frutos aún antes de empezar a ejercitarse caminando. Quizás sea un pequeño porcentaje de los órganos que envíen mensajes para prepararse en sus funciones respectivas, así como también esas funciones únicamente se lleven a la práctica en un pequeño nivel de operación.
De nuestra parte, con voluntad consciente, tenemos que cumplir con la rutina completa, de tal manera que las funciones de todos los órganos habrán de realizarse al 100% de modo satisfactorio.
Lo único que se recomienda, al tener conciencia de este proceso fenoménico existencial, de aprendizaje funcional por parte de nuestro organismo, con nuestra propia experiencia, es no traicionar ese esfuerzo que ha realizado para aprender física y mentalmente, que se le está atendiendo como merece. Creo necesario decir que una sola vez a la semana, que se omita realizar los ejercicios, o 2-3 veces al mes, no se incurrirá en un desengaño para con nuestro ser.
Respecto a las variaciones que podemos hacer en cuanto al dónde, al cómo y al cuándo, podemos comentar que normalmente se varían en algunas de sus características por el cambio de la estación del año, por el clima, por el lugar de ejercitación, los espacios elegidos, el mismo grado de ejercitación que realizamos de una semana a la otra, el trecho de la caminata, y por el horario, sin embargo, debemos estar al pendiente de que los parámetros de la ejercitación no varíen mucho.
Para lograr el hábito (círculo virtuoso) debe existir cierto compromiso y precisión en la realización d esos parámetros, es decir, no debe haber mucha variación en los períodos o intervalos de duración, en la calidad, el esfuerzo y en la frecuencia de realización de los ejercicios. Tengamos conciencia que nos estamos dando una oportunidad para enseñar a nuestro ser y aprender de él mismo.
A la “memoria de nuestro organismo” no se le debe mentir, pues su respuesta siempre es dolorosa para él mismo.
Así es que, si no hay duda de que nuestro organismo tiene una gran memoria, pongámosla a prueba pero sin dejar de caminar todos los días, y observaremos, en los tiempos respectivos que se instruya, se ajuste y pueda responder, que sus manifestaciones son dones de nuestro propio ser, cuerpo y mente.
Si examinamos lo que hemos descrito en los posts ARMONÍA DEL CUERPO CON LA MENTE y CAMINAR, MEDITACIÓN Y LAS ONDAS CEREBRALES, sobre la armonía en las funciones físicas, mentales y mecánicas, nos ilustrará sobre todo esto; y aún más, si revisamos lo que hemos presentado en los posts OBJETIVOS DEL SISTEMA y AUMENTO DE LAS CAPACIDADES MENTALES, sobre la generación de ideas y la creatividad que se forjan al aplicar este sistema WALK-RWD, nos daremos cuenta de todas aquellas funciones intelectuales y de creación que se ven favorecidas por el caminar. La pregunta sería: ¿Será que también podemos inducir, mediante este acondicionamiento, para provocar, aún sin caminar, una imaginación, una inspiración y la creación artísticas?
Demostremos que sí lo podemos lograr.