Julián Marías en su libro Tres visiones de la vida humana (Salvat, España, 1971, p. 93), expresa: “El empirismo es, literalmente, un ‘pensar con los pies’”.
Julián Marías utiliza el vocablo “empirismo” para significar –quizás- que es una corriente de pensamiento que dista de ser una disciplina aceptable para las funciones creativas y cognitivas del ser humano (Posts EL SISTEMA WALK-RWD ESTIMULA EL PENSAMIENTO CREATIVO. PARTE I; EL SISTEMA WALK-RWD Y EL RENDIMIENTO COGNITIVO), ya que nos proporciona resultados provenientes de la experiencia y no por el razonamiento, implicando (¿?) que se debe pensar y razonar con la mente y para ello existen otras corrientes que se fundamentan en este principio (*).
Quizás esto quiso transmitir Marías, con el vocablo “literalmente”, sin embargo, independientemente de sus razones filosóficas o etimológicas, es muy válida su locución ¿”irónica”?, ya que los pies juegan un papel fundamental para que nuestra mente trabaje mejor.
Me voy a sustentar en esto último para dilucidar y puntualizar sobre el tema.
Mi tesis al respecto es la siguiente. Cuando el ser humano se irguió sobre sus extremidades inferiores, generó un flujo vertical de fuerza y energía, desde sus pies hasta su cabeza, siguiendo una línea perpendicular al suelo sobre el que se trasladaba caminando.
Según los expertos antropólogos, antes de esta posición los homínidos antecesores del “Homo Sapiens” se trasladaban sobre sus cuatro extremidades y ese flujo recorría su cuerpo como se muestra en la imagen siguiente, soslayando (eludiendo) la perpendicularidad, pues la negaban (vetaban, limitaban, cohibían, coartaban, entorpecían, eludían, evitaban, impedían) con su posición transversal, casi horizontal. En el momento presente, esto se puede constatar y validar como una verdad absoluta.
El ángulo θ, en el mejor de las posiciones de los homínidos, se acercaba a los 45°, siendo que al levantarse y convertirse en el Homo Sapiens ese ángulo alcanzó los 90°.
El aumento de la masa cerebral y de su cociente intelectual, el mismo círculo de expertos antropólogos, lo asocian a que pudo liberar sus manos y transformarse en el Homo Faber (Post futuro EL HOMO FABER Y SU CAMINAR TRASCENDENTE). También es cierto. No obstante, ese flujo vertical fue el que le desarrolló el cerebro con mayor eficacia y grandeza. Mi tesis es: su verticalidad generó un flujo –circulatorio- desde sus pies hasta su cabeza, creando una especie de fuente de creación e inteligencia y con una potencia y fuerza más vigorosas.
En la siguiente figura podemos observar la evolución de la línea de flujo, hasta alcanzar la perpendicular.
Ese homínido se levantó de igual manera que las plantas se levantan cuando por cierta causa caen al suelo, manteniéndose con vida, buscando esa perpendicularidad.
Esto es muy frecuente observar en las palmeras de coco, a la orilla del mar, y sobre todo en las plantas jóvenes, al ser tiradas al suelo por fuertes vientos, pues sus troncos se doblan y no se quiebran, y sus raíces permanecen pegadas a la tierra (o arena). Al paso de un tiempo breve, empiezan a levantarse en su parte superior.
Es todo un espectáculo viviente y de movimiento que podemos observar en la Naturaleza.
A menudo explican que esas palmeras buscan el sol, y es verdad, sin embargo, la razón fundamental es que es la posición que les permite fortalecerse y crecer de manera segura, pero lo más grandioso es que de esa manera logran vivir más tiempo y de modo vigoroso.
Regresemos a nuestros pensamientos sobre el Empirismo, si es que uno que está experimentando puede pensar. (Parafraseando a Lessing: “Prefiero volver a mi camino, si es que uno que va de paseo puede tener camino”).
La mente nos permite razonar e imaginar –entre otras funciones más-, lo que nos conduce a estimar cómo se presentarán las circunstancias – de cualquier tipo– en el futuro.
La experiencia es lo que obtuvimos de nuestros actos, porque decidimos actuar o nos vimos obligados a ello. Esos actos representan intentos de un razonamiento, pensamiento u otra función de nuestra mente, no obstante que son cualidades de nuestro cerebro. De ahí que podemos concluir que lo empírico es lo real, está apoyado por la experiencia. En otras palabras y acercándonos a lo epistemológico: lo empírico es el conocimiento obtenido a posteriori.
En uno de mis escritos, el 17 de mayo de 1991, expresé: “No sé de otras cosas, pero mi espíritu mora en mis manos. De mi intelecto no sé, pero mi espíritu anida en mis manos”, refiriéndome de modo exclusivo a mi creación artística, a mi espíritu creador; muchos años después, en diciembre de 2020, leyendo lo que escribió Rousseau: “Sólo puedo meditar cuando estoy caminando. Cuando me detengo, dejo de pensar; mi mente sólo trabaja con mis piernas” (O´Mara en su libro Elogio a la caminata: Rousseau, J. J. and Cohen, J. M., 1953, The Confessions of Jean Jacques Rousseau, Penguin), me orientó a que mi mente mora en mis piernas y pies, refiriéndome a mis pensamientos, a mis razonamientos. Esta comprensión ya la había adquirido por mis estudios y análisis más profundos sobre el caminar que los llevé a cabo durante los últimos meses de 2005. Lo dicho por Rousseau me ayuda a reafirmarlo.
Los pies son unos fuelles [en inglés: bellows, pies = fuelles que impulsan el flujo de sangre y nutrientes hacia todas las partes del cuerpo humano] que pertenecen a las extremidades inferiores y trabajan conjuntamente con el resto de sus partes integrantes (componentes): piernas, muslos, rodillas, tobillos, dedos. Resoplan diversos elementos y substancias al resto del cuerpo, alentándolo y suministrando la sangre y los demás nutrientes que el cuerpo autogenera por él mismo.
Mientras más utilizamos los pies caminando más efectivo es ese suministro de sangre a todo el cuerpo físico y al cerebro.
Si bien es el corazón que tiene la función de impulsar la sangre hacia todas las partes del cuerpo, los pies son sus ayudantes principales –caminando- para lograrlo de una manera más eficiente, armoniosa y relajada (reposada) (**), que sin esa ayuda por lo general el corazón trabajaría más esforzadamente para lograrlo.
(**)La sangre se impulsa a todas las partes del cuerpo gracias al corazón, que es el motor de la circulación sanguínea. El corazón es un músculo fuerte y constante que bombea la sangre a través de un sistema de arterias y venas. El corazón se divide en cuatro cámaras: las dos aurículas y las dos ventrículos. La aurícula derecha recibe la sangre pobre en oxígeno desde el cuerpo y la bombea hacia el ventrículo derecho, que la impulsa hacia los pulmones para ser oxigenada. La aurícula izquierda recibe la sangre rica en oxígeno desde los pulmones y la bombea hacia el ventrículo izquierdo, que la impulsa hacia el resto del cuerpo. Desde el corazón, la sangre fluye hacia las arterias, que son los vasos sanguíneos que llevan la sangre rica en oxígeno hacia las diferentes partes del cuerpo. La sangre viaja a través de las arterias hasta los capilares, que son los vasos sanguíneos más pequeños y finos que permiten la interacción entre la sangre y las células del cuerpo. La sangre desoxigenada regresa desde los tejidos a través de las venas, que la llevan de regreso al corazón para ser oxigenada de nuevo. De manera resumida, el corazón impulsa la sangre a todas las partes del cuerpo a través de un sistema de arterias y venas, permitiendo la circulación constante de la sangre y la entrega de oxígeno y nutrientes a las células del cuerpo.
Esta energía de fuelle que se genera con los pies, al subir y bajar mientras se camina, es similar a la energía que los árboles generan para subir las substancias que procesan desde el nivel de raíces hasta las copas de hojas más altas [fuelles que impulsan el flujo o savia de las plantas].
En el Post futuro CAMINANDO CON LOS ÁRBOLES he realizado ciertos análisis y cálculos, obteniendo las cantidades y conclusiones que se exponen a continuación. Son datos que se pueden considerar definitivos, sin embrago, pueden sufrir algunos ligeros ajustes de este momento a la fecha de su publicación, que tengo programado para el 15 de marzo de 2024.
La Transpiración de las plantas es el momento vital (capital, crucial, fundamental, esencial, central, estratégico) en el que nos empiezan a transferir y entregar sus nutrientes. En todo el proceso de generación de nutrientes que le han permitido auto-alimentarse durante un período de tiempo, este punto de la eliminación de excesos o desechos, representa una función esencial –recurrente y perdurable- para la sobrevivencia de todos los seres vivos en el planeta (***).
(***) Los árboles, como se ha podido definir, no desechan un volumen específico de sobrantes fácil de definir. El proceso de generación de nutrientes en los árboles implica la fotosíntesis, en la cual las hojas capturan la energía del sol y la utilizan para convertir el dióxido de carbono y el agua en glucosa y oxígeno. La glucosa se utiliza para el crecimiento, la reproducción y el mantenimiento del árbol. En este proceso, los árboles también producen sustancias de desecho, como oxígeno adicional o pequeñas cantidades de compuestos orgánicos que no son utilizados por el árbol. Además toman otras substancias del suelo a través de sus raíces. Sin embargo, estas cantidades son mínimas en comparación con la cantidad de nutrientes que el árbol produce –tomándolas de su entorno y del subsuelo- y utiliza para su crecimiento. El volumen de desechos producido por un árbol no se puede calcular de manera precisa ni generalizada, ya que varía según diversos factores, como la especie del árbol, su edad, las condiciones ambientales y la disponibilidad de nutrientes. Además, los desechos de los árboles también pueden incluir hojas caídas, ramas muertas o frutos no consumidos, los cuales contribuyen al ciclo de nutrientes y la fertilidad del suelo. El proceso de generación de nutrientes es complejo y dinámico, lo que dificulta su cálculo, sin embargo se llegaron a ciertos resultados.
Según los resultados obtenidos en el Post señalado, esta transpiración o eliminación alcanza los 0.004729911 m3/hectárea/día, lo que a escala mundial representa una emulsión de 4,060, 000,000 x 0.004729911 = 19.2 millones de metros cúbicos que se esparcen en la atmósfera terrestre por transpiración de las plantas, cada día.
En el siguiente cuadro se presenta la potencia que generan los árboles –de diferentes alturas- en un estado climático normal, durante su vida; y la comparación con la potencia que generan los pies de un ser humano, al caminar un número determinado de kilómetros o de millas.
Según los resultados obtenidos en el mismo Post, la FUERZA que generan nuestros pies en su desempeño al caminar, conjugados mecánicamente con el resto de los componentes de las extremidades inferiores, equivalente a una potencia de 9 Watts o sea 0.012 HP, se requiere para ello realizar una caminata normal de 30.45 Kilómetros o 18.91 Millas. Este desempeño es igual a la potencia que genera una bomba de agua durante 60 segundos de trabajo. Un árbol de 27.5 metros de altura logra generar la misma fuerza equivalente a esa potencia de 9 Watts en 9.45 días de su vida.
La vida promedio de un árbol es de 30 años, por lo que podrá realizar esta operación 1,158 veces durante toda su vida, lanzando sus substancias benéficas a su entorno.
Se señala esa capacidad que tienen los árboles para subir todas esas substancias que procesan –FLECHAS ROJAS-, tomándolas del suelo mediante sus raíces y del medio ambiente con sus hojas, troncos y tallos, hasta las partes más altas de ellos, y son las hojas, en mayor cantidad, -pero también lo hacen sus tallos y troncos-, por las cuales las substancias ya procesadas, las desalojan al medio exterior, diseminándolas a lugares -con la ayuda del aire y del viento- hasta cientos de kilómetros apartados de su lugar fijo.
Este símil de generación de Fuerza y Potencia del caminar con los árboles, fundamenta el mecanismo que se produce con los pies y que le dio el nombre al Post, ya que esta cualidad es la que hace que el cerebro funcione mejor.
Finalmente quisiera dejar escrito (transcribir) el 4º Principio del sistema WALK-RWD, que se ha gestado mediante el análisis de la función que tienen y desarrollan los pies en el cuerpo humano, aunado a los resultados que hemos obtenido en otros Posts que presentaremos en el futuro.
4º Principio o Principio de Verticalidad Erguida
“Todo ser humano debe caminar logrando permanentemente una posición de verticalidad para realizar óptimamente las labores y funciones como homo faber y homo sapiens sapiens, para favorecerlas, reforzarlas, ampliarlas e incrementarlas (intensificarlas)”
(*) El diccionario Webster define al Empirismo de la siguiente manera: “1 a) una antigua escuela de práctica médica basada en la experiencia sin la ayuda de la ciencia o la teoría, b) charlatanería; 2 a) la práctica de hacer hincapié en la experiencia, especialmente en el sentido de la práctica o el método de basarse en la observación, la experimentación o la inducción en lugar de en la intuición, la especulación, la deducción, la dialéctica u otros medios racionalistas de la búsqueda del conocimiento, b) un principio al que se llega empíricamente; 3 a) la teoría asociada especialmente con los filósofos británicos Locke, Berkeley y Hume de que todo conocimiento se origina en la experiencia, b) empirismo lógico, empirismo radical o empirismo científico.”