CAMINANDO CON EROS Y TÁNATOS. PARTE I.

Es importante iniciarnos mencionando a Paul Diel respecto a la concepción que tiene del inconsciente y el subconsciente. En el Post EL INCONSCIENTE Y EL CONSCIENTE EN LA APLICACIÓN DEL SISTEMA WALK-RWD, decíamos: “Para incursionar en la configuración (conformación) de las funciones mentales (cerebrales), recurriremos a una clasificación que Paul Diel realiza (elabora, hace) en su libro Psicoanálisis de la Divinidad, F.C.E., México, 1974. Diel, señala claramente a las funciones psíquicas del consciente, inconsciente y superconsciente como los estados naturales y sanos de la psique que todo ser humano tiene; incluyendo además al subconsciente como la función dañada de la mente, liberando al inconsciente de esa atribución que se le hace regularmente. En su ensayo Diel muestra al inconsciente como la función vital y vigorosa de la psique donde se acumulan todos los deseos, apetitos e instintos rechazados (reprimidos) por la conciencia; definiendo al subconsciente como el estado patológico e insano de la psique humana (Jung le llama sombra psicológica), el que tiene deseos inconciliables con la realidad, esa que nuestra conciencia asegura -la mayoría de las veces- que es la auténtica”. Utilizaremos y nos apegaremos estrictamente a esta definición ya que considero es la más acertada.

Además necesitamos subrayar que el subconsciente no forma parte del inconsciente; es decir, el inconsciente no contiene ningún elemento o parte dañada.

Ahora, veamos qué son los instintos EROS y TÁNATOS.

En la ciencia de la psicología se han definido estos dos instintos para significar las inclinaciones que tiene el ser humano hacia la vida (instinto Eros) y hacia la muerte (instinto Tánatos). Ambos instintos son innatos y naturales en todos los seres humanos, desde que nacen, viven y hasta que mueren; y ambos pueden ser desarrollados, aumentados o disminuidos, dependiendo del ser individual y de su medio ambiente y social que le circunda.

OBRA # 351-REALIDAD BIVALENTE EROS Y THANATOS

INSTINTO TÁNATOS

El instinto Tánatos es un impulso o inclinación a la muerte y a la destrucción, conceptuación que se oye agresiva, pero en nuestro ámbito indica esa insatisfacción generalizada –en un alto porcentaje de los seres humanos- que sentimos y que nos agobia, pues no nos sentimos felices de un modo apreciable y constante.

Recurriendo a algunas definiciones, encontramos las siguientes significaciones y alcances del concepto Tánatos. Freud incorporó este concepto en su teoría psicoanalítica, como parte contraria al instinto Eros.

Se considera que es una fuerza de discordia y ruptura, contraria a lo que significa EROS, siendo este instintiva de unión.

Tánatos es una energía vigorosa hacia la muerte en general, manifestándose también de modo particular como impulso hacia la autodestrucción, en el que el individuo no tiene consciencia de ello; en otras palabras menos crudas (ásperas o más suaves), en esos casos que no son reducidos, es una propensión (predisposición, disposición, tendencia) hacia la negación del yo.

En el Post EL CAMINAR COMO PRÁCTICA FÍSICA Y COMO ALEGORÍA, expresé: “A nadie debe asustar la muerte si se ha vivido genuina y vitalmente a la luz del propio espíritu, a la guía de la fuerza de la razón particular, al sentir de las emociones personales y bajo el CAMINO del saber indicado por los instintos [instinto EROS] y el inconsciente individual”. Desde luego me refería al instinto EROS.

INSTINTO EROS

Ahora dediquémosle unas palabras a su compañero de contrapeso, el impulso Eros.

Este instinto, es una inclinación determinante a la vida, al desear vivir, a las ansias de vivir.

Recurriendo a las definiciones de diccionario, encontramos las siguientes significaciones y alcances del concepto Eros: 1) Deseo de posesión o amor, casi siempre erótico. 2) En la filosofía platónica, fuerza motriz de la vida que tiende hacia el Dios absoluto; de ahí, el motivo que explica la educación, las artes y la filosofía. En el uso que hace Platón del término insiste en el carácter de fascinación, impersonalidad e intenso deseo. 3) Por esto hay que distinguir el eros del Bhakti indio (entrega altruista), del Metta budista (benevolencia desinteresada), del Jen (humanidad, caridad) y del Ai (Amor personal) de Confucio, y del Agapao (amor sacrificado, protector, fraternal) y del Phileo (afecto o cariño personal) cristianos. Fuente: Diccionario de Filosofía, Dagobert D. Runes, Grijalbo, México, 1981 (Título original Dictionary of Philosophy).

En estos alcances podemos observar que en los distintos idiomas cada uno le otorga distinta acepción y ello nos orienta a multiplicar el contenido del vocablo. Desde luego, hemos incursionado en la comprensión del concepto, y a continuación lo haremos en lo que representa en sí el instinto en la condición humana.

Según Freud ambos instintos, Eros y Tánatos, son complementarios y ambos son indispensables para la supervivencia del ser individual.

El inconsciente es EROS.

El subconsciente es TÁNATOS.

El caminar es avanzar. Avanzar es EROS.

TÁNATOS es no avanzar, es no caminar.

Por las propias razones que tengo para promover a caminar, dedicaré mayor esfuerzo a dilucidar las manifestaciones conductuales y directivas del instinto Tánatos, en el comportamiento humano, más que del Eros (De este instinto EROS, cobijado por el inconsciente individual, ya hablé en el Post LAS EMOCIONES Y EL SISTEMA WALK-RWD), aunque no lo mencioné con ese nombre. Aspectos que trataré de mostrar que esta pulsión negativa intenta dominar la Condición Humana, pues es un reflejo “natural” en la conducta del ser humano.

Trataré de enlistar, lo más completo posible la equivocidad (multivaloración, polivalencia) de Tánatos, instinto que localizamos sus manifestaciones encubriéndose en otras actitudes y actuaciones del ser humano: castigo, guerra, agresión, sobrepeso, daño, alcoholismo, drogadicción, excomulgación, venganza, tortura, sadismo, masoquismo, destrozar, azotar, golpear, lapidar, linchar, expulsar y encarcelar; que creo son las manifestaciones más representativas, y que seguramente habrá algunas más que no las he incluido.

Como podemos observar en este listado, algunas acciones humanas claramente se ven que son un homólogo a este instinto, pero otras se observan con rangos (graduación, escala) diferentes.

Como es de suponerse, el consciente está influenciado en su actuación por ambos instintos, y los dos buscan influir en él con el mayor grado posible. Así, el instinto Tánatos busca el apoyo del consciente y lo logra en un porcentaje relevante (sería importante conocer este porcentaje).

Por lo general, también hemos de suponer que el consciente no siempre está alerta ante los embates tan distintos del instinto Tánatos, para rechazarlo o al menos para no apoyarlo.

Ambos instintos son parte prefigurada del yo y cada uno busca su apoyo para desempeñarse y descargarse.

Tánatos utiliza, como ya mencionamos, decenas de máscaras para que no se le reconozca y así pueda desempeñarse libremente, como “parte del yo”.

Así logra en un alto porcentaje de sus actuaciones incorporarse a la voluntad y a la actuación del yo, y algunas otras veces también consigue fusionarse al carácter y a la personalidad del individuo, que de esa manera el yo individual lo hace propio y llega a auto-engañarse de que esa es su auténtica forma de pensar, de sentir y de actuar, por lo que el consciente no logra identificarlo, tras sus disfraces. En el Post AUTOLIBERACIÓN DE LAS EMOCIONES NEGATIVAS MEDIANTE LA SUGESTIONABILIDAD PROPIA, expresamos: “Por ello, el siguiente paso es el de la tranquilidad y/o felicidad que se logra a través de tener cada uno el “control” de nuestras emociones, pero no el tipo de control que nos han enseñado a practicar: reprimiéndolas o disimulándolas, para que otros no las vean o no nos las noten; y me refiero al aprendizaje sistemático a aprender a esconderlas a los ojos de los demás que termina con el propio autoengaño de no poder reconocerlas en nosotros, o en llegar a confundirlas por no tenerlas claras y con ello desequilibrar e impedir nuestro desarrollo o madurez emocional, que se transforma muchas veces en un estado neurótico (o engañoso), siendo nosotros mismos las víctimas de ese autoengaño”.

Por otro lado, y por esa misma aceptación y auto-engaño, también existe la posibilidad y riesgo de que el consciente recurra al instinto Tánatos y lo busque más frecuentemente, debido a que el subconsciente haya sido invadido por esa pulsión maligna y destructiva, y surja la necesidad –a nivel de la conciencia- de transitar por algunas de las máscaras que representan al instinto Tánatos por completo (en su totalidad).

De todas las manifestaciones más representativas de Tánatos que hemos señalado anteriormente, escogeremos una sola, el castigo, para analizar esa pulsión negativa, pero todo lo que señalaremos del castigar en el ser humano, será válido y útil (provechoso) considerar para el resto de las demás manifestaciones, en cuanto a la relación del Eros y del Tánatos.

El castigar es una volición (predisposición, resolución, voluntad) sensitiva en el ser humano que lo unge de poder. Y en este aspecto es como comienza a funcionar el instinto Tánatos.

Todo ser humano tiene un grado de injerencia en su interioridad de Tánatos. Unos más y otros menos.

El grado de dominio que tiene Tánatos en el ser, es el nivel que define lo enfermo que está ese individuo de la necesidad de poder. Mientras más Tánatos menos amor tiene por la vida, menos ganas de vivir. Menos amor se tiene a sí mismo y por ende menos amor tiene hacia los otros seres humanos y hacia la humanidad.

Esa predisposición a castigar funciona en dos escenarios. Uno de ellos es el autocastigo que se traduce en una necesidad instintiva de castigar a otras personas. El otro escenario es la necesidad de poder que necesita el yo para nivelar su frustrada personalidad. Está enfermo. La manera de resolver ese desequilibrio en su personalidad (una personalidad insuficientemente desarrollada y formada) se traduce en una necesidad de tener el poder, y una de la formas que utiliza el ser es castigando –de diversas formas- a los otros seres humanos. Las formas diversas de castigo se cuentan por millares; así es que huelga tratar de enumerarlas. Basta saber que todas ellas son representativas y manifestaciones del instinto Tánatos que anida en cada ser humano. Una de nuestras acciones voluntarias debería de ser: permanentemente “luchar cultural e inteligentemente” contra el Tánatos, propio y del resto de los seres humanos.

Expresamos en el Post EL JUEGO Y EL SISTEMA WALK-RWD. PARTE II. NO A LA COMPETENCIA, SÍ A LA DIVERSIÓN: “La implicación neurótica de superioridad, expresada en el Potlach se puede extender a las propinas, la caridad, limosnas, donativos, etc., una forma egocéntrica neurótica disfrazada de obsequiar regalos para dominar y colocarse por encima de los demás. ¿Un juego, una competencia, una fiesta?”. Esa necesidad de tener el poder la encontramos en condiciones y actitudes que ni siquiera nos imaginamos. Es muy sutil en esto, el instinto Tánatos.

Mientras más necesidad tiene el ser humano de castigar, mayor es su nivel del instinto Tánatos que habita en él.

El castigar siempre ha sido reconocido como parte de la naturaleza humana. En la mitología griega existían 3 deidades, las Furias o las Erinias, que representaban el castigar –entre otras simbologías (personificaciones)-, que vivían en el infierno; estas eran Tisifone, Megara y Alecto. En las Furias griegas están representadas prácticamente todas las acciones violentas del ser humano: agredir, azotar, castigar, torturar, destruir, golpear, guerrear, hostilizar, lapidar, linchar, el sadismo, la saña, la crueldad, la venganza, etc.

Una pregunta que estoy obligado a hacer aquí, es: ¿Hasta qué punto podemos asociar el instinto Tánatos con las afecciones del tipo emocional? Bien podríamos ampliar a las enfermedades mentales, pero eso sería demasiado darle importancia a esta solicitación instintiva. Desde luego que no podemos responder a ese cuestionamiento en este escrito tan reducido de espacio y de tiempo; sin embargo, me gustaría comentar sobre los padecimientos neuróticos.

He de comentar aspectos del inconsciente colectivo a fin de captar mejor esta inclinación emocional. ARQUETIPO AUSENCIA: Desde el punto de vista junguiano, al igual que todos los arquetipos es un concepto absoluto y universal. Este también es una proyección psíquica o imágenes (producciones) espirituales generados en el inconsciente colectivo y que afloran a la conciencia después de períodos largos de tiempo, generadas por experiencias repetidas fundamentalmente desde los tiempos más remotos por la observación a simple vista del comportamiento de los astros (el Sol, la Luna, Venus, etc.) sucediéndose, apareciendo y desapareciendo, de manera reiterativa e infinita en el tiempo y el espacio, de tal modo que se han grabado en el inconsciente colectivo. Se manifiestan y se revelan hacia el medio físico a través de diversas maneras, entre ellas el arte plástico. Se conformó por el ocultamiento de los astros que estuvieron observando a simple vista.—Es probable que en este arquetipo “ausencia” que he venido definiendo y estudiando se pueda o debiera estar incluido la renovación de Dios como una de sus formas de manifestarse. Jung habla de esta renovación en Tipos Psicológicos, tomo I, pp. 260 y 298: en la mente arcaica se inscribe que todo debe “morir” y “renacer” (Dios, Jesús, los dioses astrales, etc. la resurrección); aunque el arquetipo “ausencia” no debe confundirse con lo nuevo, con el ritual de lo nuevo, con el reinicio del ciclo, de los períodos astrológicos aunque sí están relacionados: el Dios castigador por el Dios bueno, amoroso. También hacer una distinción con el análisis del “revivir” de aquellos que perdieron la vida:  la resucitación (resucitamiento) del héroe, del guía, del redentor. El orto del sol es el nuevo ser que nace de la madre oscuridad, el cual define el ciclo del eterno renacer o eterno retorno. Según Frazer en su libro La Rama Dorada, pp. 381 y 378-380, menciona una manifestación mitológica de este fenómeno arquetípico, señalando: “… mientras que la decisión de Zeus de que Adonis [Tammuz, dios de los pueblos semíticos de Babilonia y Siria] permaneciese una parte del año bajo el suelo [con Perséfona, reina del mundo inferior] y otra parte sobre el suelo [con Afrodita, diosa del amor], sólo es la versión griega de la desaparición y reaparición anual de Tammuz [como una proyección religiosa del movimiento de los astros, del Sol principalmente, en su aparición y desaparición diaria; del dios que muere anualmente y vuelve a revivir el círculo eterno del nacer-morir-renacer]. Los griegos adoptaron a Tammuz en el siglo VII a.C., cambiando el nombre por Adonis: “El verdadero nombre del Dios era Tammuz, y el apelativo Adonis es solamente el semítico Adon, ‘Señor’, título honorífico con el que los adoradores se dirigían a él. Pero los griegos, por equivocación, convirtieron el título de honor en nombre propio”. Tammuz es el esposo de Istar, diosa de la reproducción, la Diosa Madre. Tammuz moría todos los años, una parte se escondía y la reproducción en la Tierra se terminaba. Profeta Ezequiel 8, 14. Se disputan a Tammuz Afrodita y Perséfona, entre la diosa del amor y la de la muerte, por ello Zeus interviene para resolver esa disputa.

Una de las manifestaciones más frecuentes y lastimosas es aquella que –consciente o inconscientemente- utilizan algunos investigadores que atribuyen acciones negativas (de las que estamos mencionando) a grupos étnicos, copiando o repitiendo lo que sus mentes proyectan (Tánatos) por haber leído o escuchado de que algún otro grupo humano lo realizaba con ese instinto destructivo, con crueldad mayúscula. Cito mis propios comentarios al respecto: “…en la mayoría de las representaciones plásticas donde el planeta Venus aparece, lo encontramos simbolizando una advertencia –y no un castigo- sobre un acontecimiento de agresión -guerrera o no- que debería tener presente el pueblo maya, y no como han querido hacerlo aparecer, en este tipo de simbolismos, como un pueblo agresivo y hostil”.(*)

Regresmos al centro del tema: Veamos algunos aspectos que hemos señalado en posts anteriores y que nos conducirán en el tema. El neurótico usa diversos caminos para comunicarse con el resto de las personas, usa camuflajes al igual que el instinto Tánatos, y no es por ello nada más que se identifican, sino porque además ese personaje instintual puede incursionar adentrándose en la interioridad del ser para separarlo del instinto Eros, facilitándole la labor a ese otro que envuelve neuróticamente a la parte sana del yo. “Efectivamente, este Círculo Vicioso es retroalimentado por la propia neurosis, la cual provoca en el individuo diferentes estados neuróticos, que descansan en la Necesidad Interior, la cual toma distintas formas específicas de comportamiento y actitud frente a la realidad aparente, Idea de Perfeccionismo Idealista (IPI), ser Superior a los Demás (SD), Egolatría (EL), tener un Poder Superior (PS), Egocentrismo (EC), Dominar a los Demás (DD), Narcisismo (N), un sinnúmero de estados neuróticos que conducen invariablemente a la depresión y ansiedad” (Post COMBATIENDO VARIOS HÁBITOS ENEMIGOS CON EL WALK-RWD, SOLUCIÓN A LA PROCRASTINACIÓN). En palabras directas: las emociones negativas se retroalimentan del instinto Tánatos. Decíamos en el Post EL PODER DE LAS EMOCIONES: “Debemos tener conciencia –saber plenamente- que las emociones negativas por sí mismas no nos querrán permitir liberarnos de su dominio, pues precisamente de ello se alimentan y autogeneran, de nuestros sentimientos lacerados y abatidos. Rompamos sus poderosas cadenas destructivas, saliendo a caminar”.

Podemos parafrasear a Jung, cuando hablaba de las emociones: El Tánatos es el mismo que nos afecta desde siempre, refiriéndose al hombre primitivo y al moderno. Jung aludía a las emociones y no al instinto Tánatos. Seguramente existen varios elementos psíquicos que relacionan a estos dos personajes: Tánatos y Emociones.

Decíamos en el Post LAS EMOCIONES Y EL SISTEMA WALK-RWD: “¿Cómo podemos evitar las enfermedades generadas por las emociones descontroladas? El buen funcionamiento del cerebro permite un mejor control y regulación de las emociones, proporciona una mejor obstrucción a las malas, a las perturbadoras y a las destructivas. Un individuo que mantenga un saludable sistema simpático, que es medular del neurovegetativo, tendrá menos emociones que lo lleguen a perturbar; de igual manera podrá enfrentar más eficazmente las emociones negativas (Círculo Vicioso), ya que las podrá regular mejor y mantenerlas bajo control, y por lo mismo podrá evitar las enfermedades, pues sus emociones controladas ya no podrán gestarlas. En otras palabras, personas que no tienen o no cuentan con un sistema simpático sano o un cerebro saludable, fatigado por el estrés, aumenta su predisposición a sufrir fuertes emociones de ira, frustración, celos, odio, o cualquier otra perturbadora, por una ligera irritación o por presentársele un nimio estímulo de molestia exterior”. ¿Será coincidencia que esos estados sean los mismos que las manifestaciones encubiertas por el instinto Tánatos? La práctica de la caminata y el sistema WALK-RWD opera en dos sentidos y niveles: por un lado, nos permite recuperar el sentir de ciertas emociones agradables que por diversas razones hemos llegado a dejar de sentir; es decir, volveremos a descubrir algunas de ellas como si fuera la primera vez; por otro lado, también nos ayuda a eliminar las emociones negativas.

Las emociones negativas y los hábitos desagradables gobiernan nuestra existencia diariamente.

También he expresado: “Todos los efectos nocivos provenientes de las emociones negativas se generan dentro de un desequilibrio funcional del cerebro, y su mayor o menor grado de manifestación está directamente relacionado con la incapacidad o fatiga cerebral; sabemos que un estado saludable del cerebro, liberado del agotamiento (del estrés, por ejemplo), permite, aún en situaciones muy desagradables de desequilibrio emocional, que la persona pueda recuperarse rápidamente, pues puede autocontrolarse mejor y restablecer su equilibrio de modo inmediato. Su sistema nervioso funcionará mejor, proporcionándole un total dominio sobre sus emociones perturbadoras”.

“El sistema WALK-RWD aumenta la irrigación sanguínea y la oxigenación del cerebro, lo que provoca un mejor trabajo de él, y un funcionamiento más sano y saludable, liberándolo de la fatiga y el debilitamiento, otorgándole fortaleza para enfrentar (generación de descargas) mejor las emociones destructivas”.

“El alma del caminante genera una fuerza (invisible) que busca corregir aspectos emocionales, mentales y físicos. Recibe un aliento completo a su ser. Esa forma de ‘animación física, mental y emocional’ la reciben todas y cada una de las partes del organismo de la persona que camina, que le infunde un efecto de empoderamiento”.

“Cuando estamos bajo la influencia de una emoción negativa, no podemos sentir ni pensar en otra cosa, más que en esa emoción dañina. Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo y salir a caminar, porque está demostrado que la práctica de la caminata reestructura el sistema nervioso, ese que está formado por células nerviosas, logrando potencializar esa reconfiguración nerviosa y su efecto sanador nervioso-emocional al complementar la caminata con las otras 3 actividades estructuradas dentro del sistema WALK-RWD. Esto nos permite enfrentar las dos vertientes de las emociones, tanto la parte negativa (emociones desagradables) como lo poderoso de las mismas (emociones poderosas). Para ambas vertientes es necesario tomar decisiones inmediatas”.

“El sistema WALK-RWD, aplicándolo de modo integral, leyendo, escribiendo y dibujando, mientras caminamos, nos equilibra, compensa y armoniza en nuestra interioridad en relación con las emociones negativas, y nos mantiene a cierta distancia saludable de las preocupaciones y relaciones desagradables de todo tipo (sociales, familiares, escolares, laborales, etc.). El sistema no sólo es caminar sino que está estructurado con 3 actividades básicas (promueven y desarrollan el impulso artístico) que permiten la evolución y la revolución mental y emocional, un ejercicio permanente que nos mueve positiva y trascendentalmente hacia el futuro, haciéndonos vivir nuestra existencia en el aquí y el ahora”, invitando -por su propia estructura sistémica y funcional- a la participación efectiva de EROS.

“La escritura, mientras caminamos, es el medio idóneo para poder conocer los diferentes ‘vasos vitales’ que tenemos bajo nuestro dominio psicológico emocional, al permitirnos, por este medio, extraer alguno o varios de los elementos que conforman cada vaso vital”.

He expresado en el Post AUTOLIBERACIÓN DE LAS EMOCIONES NEGATIVAS MEDIANTE LA SUGESTIONABILIDAD PROPIA: “El mantenernos caminando de una manera recurrente, suscitamos e impulsamos que las negaciones mentales y emocionales, como pueden ser, en general, las inseguridades, prejuicios, desconfianza, vacilaciones, indecisiones, ideas negativas, temores, dudas, fobias, manías, odios, etc., en cualquier grado de desarrollo [de todo tipo (categoría, clase) y profundidad (grado, nivel)], que han estado almacenadas (latentes, subyacentes, escondidas, ocultas, disfrazadas, potenciales, silenciosas, furtivas, disimuladas, traicioneras) dentro de nuestra interioridad (nuestro ser interior) empiecen a convertirse en afirmaciones positivas, por el sólo hecho de avanzar física y simbólicamente en el espacio y en el tiempo”; en una sola palabra: ¡caminemos!

Para terminar con este vocablo Castigar, citaré lo que expresé en el Post ¿HOMO SOCIABILIS O SOCIALIS? LA AGRESIÓN HUMANA CAMINANDO EN LUGARES CONCURRIDOS. PARTE IV de IX: “Esta actitud natural de agresividad en el ser humano se observa en diversas acciones en la convivencia social: ¿Cuántas veces no nos hemos visto impedidos en alguna acción que deseamos realizar, por otros individuos? Cada uno de nosotros tenemos cientos de sucesos (eventos y anécdotas) de este tipo. Es un hecho de que el hombre no es sociable por esencia (naturaleza); esto se patentiza en el transcurso de la vida; a medida que vamos teniendo más edad, nos vamos haciendo insensibles a nuestros propias debilidades y temores; ya no vamos necesitando de la ayuda de los otros, y en esa medida, vamos alejándonos de los demás (hasta que alcanzamos la 3ª edad y esta es otra situación muy diferente); como un proceso natural para recuperar nuestra esencia de estar acompañados con nosotros mismos. Así es que no se asusten si van perdiendo esos amigos que fueron entrañables, ya sea por se alejan ellos de nosotros o nosotros de ellos. En esto hay que hacer la diferenciación entre lazos de sociabilidad y lazos de amor y reproducción. La sociabilidad se pierde, sin embargo, la necesidad de amor y del instinto de reproducción, se mantienen. En estos últimos dos, los lazos se mantienen casi hasta el último día de vida. Respecto al grado de intensidad entre el hombre y la mujer, existe una diferenciación: en la mujer persiste más tiempo el amor, en el hombre perdura más tiempo el instinto de reproducción. Esto se puede ampliar cuando se establece la confrontación entre los instintos Eros y Tánatos. En todos los casos que tenemos el aspecto contrario: bien y mal, blanco y negro, día y noche, que es casi en todos los momentos de la vida, podemos señalar lo mismo, en cuanto a que el ser humano busca siempre su estado natural o esencial, en este post es no ser sociable, aunque a veces nos confundimos y no sabemos qué realmente somos más: si Eros o Tánatos.”

A los 21 años escribí un poema constituido por 2 estrofas, que ahora lo titularía EROS VERSUS TÁNATOS, que dice así:

LA VIDA

La vida, la tengo,

pero como si no la tuviera;

es un imposible el tratar de mantenerla viva;

Viva, como el deseo de vivir,

como el deseo de morir

para observar si de verdad estoy viviendo.

&

En sí, ¿qué es lo que tengo?

¿ansias de vivir  o de morir?

yo no lo entiendo;

¿Por qué entonces el deseo de morir,

si amo el deseo de seguir viviendo?FIN

Y otro más, de 9 estrofas, a los 23 años:

LA VIDA Y SU MUERTE

La vida: antes de ella, el querer ser;

después de ella, el dejar de ser.

Dos polos inalcanzables,

momentos inaplazados

inexorablemente se unen entre sí;

uno es el día, otro la noche.

&

Uno termina, el otro empieza.

Eslabones de una cadena

que ineluctablemente llega a romperse.

&

Trozos unidos de diversas formas,

algunos se guardan, otros se olvidan;

verdadera razón de vivir es hacerlos permanecer,

olvidarlos es morir, es acabar, es fenecer.

&

Recordarlos es persistir; recrearlos para trascender

exaltarlos en afán de inmortalidad.

Dejarlos perder es morir,

sólo la muerte los puede volver a unir.

&

La vida: continuidad de la obra;

esfuerzo humano invertido que no debe abandonarse;

obra, parte de la vida misma,

importante o no para aquellos, sí para ti;

dolor y sudor vertido que no debe desdeñarse.

&

La muerte: fin y principio; principio y fin

que no debe soslayarse.

Desfallecer con su dolor,

es no transformarlo

en conciencia, en valor y en fuerza.

&

Y en esa cadena interminable de eslabones,

tu ser continuará presente

en el insondable misterio de la noche.

&

Misterio de la vida,

angustia de la muerte,

une la noche al día;

renueva el espíritu con asaz entereza

no pienses que la cadena se rompió,

sólo ella empieza.

&

La muerte: antes de ella, el querer ser;

después de ella ¡no dejar de ser! FIN

Me pregunto: ¿Qué pasa con mi propia cadena, en esta época? ¿Cómo se llevarían mi Eros y mi Tánatos?

Se ha comentado en varias épocas que la tranquilidad es la antesala de la felicidad; la satisfacción de las necesidades humanas es el proceso razonado mediante el cual se puede presuponer y definir lo agradable sobre lo desagradable, en función de lo disponible, y de ahí el auto-valorar la felicidad de nosotros mismos para la toma de decisiones y seleccionar lo más conveniente, valioso y provechoso.

En otras palabras, esto nos permite tomar conciencia de lo que somos y de lo que podemos realizar, de lo que se tiene, y que no sabemos disfrutar como podemos y debemos, debido a ese espíritu de inconformidad que está alimentado y gobernado (regido, administrado, manipulado, dirigido, conducido, guiado, nutrido, sustentado) por la lucha abierta –pero inconsciente- que celebran cotidianamente dentro de nuestro ser íntimo, esos 2 personajes instintivos: el eros y el tánatos, que indudablemente el impulso a la “muerte” siempre está venciendo y dominando al instinto eros.

El resultado más extremoso sería –en este escenario de no saber cómo vivir la vida- de la confrontación entre estos dos personajes, como en algunos casos se suscita, señalarnos a nosotros mismos como el personaje que nos gustaría llegar a ser.

Por lo pronto, creo que debemos salir a caminar para fortalecer nuestro yo, para no permitir a Tánatos llevar la ventaja. Fortalezcamos a nuestro instinto Eros saliendo a caminar todas las mañanas.

Nota de última hora: Antes de despedirme, con todo lo que está sucediendo respecto a las Inteligencias Artificiales, quisiera invitarlos a leer mi último libro que publiqué en Amazon el día 20 de febrero, titulado “Manual para elaborar preguntas inteligentes a las I.A.” Ha sido tal mi asombro descubrir esta nueva tecnología que me gustaría que todo mundo incursionara en ella; por tal motivo decidí ejercitarme y logré encontrar ciertas técnicas y modos para elaborar preguntas a este tipo de herramientas, que estoy seguro les servirá para obtener casi todas las respuestas que se requieren en la mayoría de los ámbitos del conocimiento y actividades del ser humano, de una manera precisa, rápida y efectiva.

En la manera de preguntar está la fórmula para obtener sus respuestas. Hay que experimentarlo por uno mismo.

Loya Pinera, Rodrigo & Loya Lopategui, Carlos, Manual para elaborar preguntas inteligentes a las I.A., EMULISA, USA, 2023, Edición Kindle.

(*) Loya Lopategui, Carlos, El Dintornismo en la Plástica de los Antiguos Mayas, EMULISA, México, 2012.

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