CAMINAR ENTRE RUINAS DIGITALES:EL REALISMO TÓXICO COMO RUTA DE CONCIENCIA

El futuro no nos espera: ya está respirando entre nosotros.

Se manifiesta en pantallas, decisiones algorítmicas, emociones codificadas y vínculos que mutan sin que lo advirtamos. A cada instante, estamos pisando una realidad que se transforma. Sin embargo, muy pocos logran narrarla.

Acabo de publicar el ensayo “Realismo Tóxico” (1), un manifiesto narrativo, filosófico y anticipador que propone un nuevo modo de mirar el presente: no desde el escapismo literario, ni desde la nostalgia conservadora, sino desde una conciencia poética, ética y tecnológica. Es un llamado a todos aquellos que aún desean entender, escribir y vivir el tiempo que les toca.

El Realismo Tóxico observa al Caminar como columna vertebral del pensamiento y la experiencia:

Este enfoque no nace desde la teoría, sino desde el cuerpo que camina.

En este ensayo, caminar es el símbolo radical del pensamiento lúcido. No es sólo desplazarse: es resistir la velocidad, romper la programación, tocar la tierra y oler el presente. En una época saturada de hiperconexión, simulación y automatización emocional, caminar se convierte en el acto más revelador: recuperar el espacio, el tiempo y el pensamiento encarnado.

¿Qué es el Realismo Tóxico?

Es una forma de narrar el presente inmediato y el futuro inmediato sin anestesia, pero sin cinismo.

Es una forma de ver con claridad lo que ya está ocurriendo —aunque aún no tenga nombre—:

  • La digitalización del alma.
  • La entrada de humanoides en la familia.
  • La inteligencia artificial que prescribe emociones.
  • Las amistades y los afectos mediados por interfaces.
  • El lenguaje que se desfigura al ritmo de los algoritmos.

Es un estilo literario, pero también una herramienta de análisis.

Es un instrumento de sensibilización para todos aquellos que intuyen que algo está cambiando profundamente, pero aún no saben cómo nombrarlo.

Un diálogo entre literatura, tecnología y conciencia

El Realismo Tóxico no teme a la tecnología, pero no se deja engañar por su maquillaje.

Es un llamado a escritores, programadores, diseñadores, ingenieros, artistas y caminantes del mundo a narrar con lucidez estas transformaciones.

El ensayo culmina con un Apéndice dividido en dos partes:

1. Ejemplos literarios de creciente complejidad (sencilla, media e intrincada):

Ideas para novelas, cuentos, crónicas, poemas y relatos que nacen de esta visión y permiten a los escritores crear obras que interpreten la mutación del presente.

2. Ejemplos tecnológicos, también escalonados:

Proyecciones concretas sobre lo que viviremos en los próximos años en campos como la robótica afectiva, la arquitectura de datos íntimos, la algoritmización del comportamiento y las nuevas plataformas narrativas generativas.

Ambas secciones no buscan dar respuestas, sino disparar ideas, fundar caminos, ofrecer horizontes posibles desde esta mirada realista, sensible y crítica.

¿Por qué caminar entre ruinas digitales?

Porque las ruinas ya están aquí:

El tiempo se ha fragmentado.

El lenguaje se ha estetizado y vaciado.

Las emociones se han convertido en productos.

Y la conciencia peligra si no despierta.

Caminar es pensar.

Escribir es advertir.

Crear es resistir.

Este libro es una invitación a fundar obras, miradas, rutas y proyectos desde el Realismo Tóxico.

Es un llamado a no desviar la mirada. Porque lo que hoy narramos… es lo que mañana será realidad.

O quizá… ya se encuentra conviviendo entre nosotros.

El Realismo Tóxico es la palanca sensibilizadora y concienciadora que puede ayudarnos a interpretar el torbellino de cambios que ya vivimos, pero aún no logramos comprender ni nombrar. Y aunque en este ensayo hemos desarrollado su aplicación a la literatura y la arquitectura digital, lo cierto es que esta mirada abre una miríada de posibilidades: en el arte, en la educación, en la política, en la espiritualidad y en la vida cotidiana.

Ha comenzado una nueva etapa narrativa, tecnológica y existencial.

Bienvenidos a ella.

Y en medio de esa nueva etapa, caminar no debe ser olvidado.

Caminar es el acto fundacional de esta conciencia. No es un gesto antiguo, sino un ejercicio contemporáneo de presencia, crítica y conexión con el mundo real. En un tiempo donde todo parece impulsarnos a la velocidad, al encierro digital y al pensamiento automatizado, caminar se revela como una herramienta urgente de recuperación del cuerpo, del entorno y del sentido.

Caminar cada día, aunque sea unos pasos con plena conciencia, es reconectar con lo esencial. Es la forma más directa de habitar el presente, de escuchar el rumor del tiempo y de percibir lo que se transforma a nuestro alrededor.

Porque, al final, quien camina, despierta.

Y quien despierta, puede narrar.

Y quien narra… puede transformar.

P.D. Con este Post estamos cerrando, de manera innterrumpida, el séptimo año del Blog.

(1) Loya Lopategui, Carlos, Realismo Tóxico, EMULISA, México, 2025. Disponible en Amazon, Edición Kndle: https://www.amazon.es/dp/B0F63MPMGZ.